
Dentro de la Comisión del Bicentenario de la Revolución de Mayo, se formularon varias propuestas de actividades a realizarse en Colonia caroya.
Entre los proyectos que se llevarán a cabo a lo largo de este año, está la elaboración de “Crónicas sobre el Ayer y el Hoy”.
La primera de dichas actividades fue puesta en marcha el 21 de Mayo pasado con la exposición de la Galería: “Hombres gestores de nuestra historia” dedicada a las autoridades que tuvo Caroya hasta la actualidad.
Y en esta oportunidad presentamos una muestra fotográfica sobre bodas, especialmente las que tuvieron lugar en nuestra zona, donde podremos observar figuras conocidas, reconocer a nuestros abuelos, padres, e hijos, ya que van desde el comienzo del siglo XX hasta la actualidad.
En ellas, podremos observar la calidad de las fotografías, las expresiones en los rostros de los contrayentes que también van variando según la época, los modelos que la moda fue imponiendo a través de los años.
El color negro que se usó al comienzo y que fue una costumbre netamente italiana (algunos dicen por practicidad ya que lo podían seguir usando o por tradición).
Con la aparición del siglo XX, comienza aparecer el vestido blanco, y que adquiere significado de lujo para aquel momento, aunque luego representa también la virginidad y pureza.
Los tiempos fueron corriendo y el color y su significado fue variando. El blanco, el marfil y el beige predominan en los vestidos actuales o los detalles de color sobre el blanco tradicional (dicen que el vestido azul realmente representa el amor)
Detalles como mangas largas, hasta las soleras, guantes y vestidos sin mangas, coronas simples y tules que formaban la cola que, mientras más metros tenía, más representativo era.
En las casas de fotografías, adherían al vestido de novia más detalles, como los ramos de flores, el tocado, el paisaje posterior. Allí, la postura tradicional era el hombre sentado y la mujer parada y esta toma de fotografías se llevaba a cabo varios días después del casamiento porque había que trasladarse a la ciudad de Córdoba. Luego, aparecieron algunas casa en Jesús Maria, hasta que Don Bepo llegó de la Europa y se convirtió en el fotógrafo preferido de las novias.
Los hombres también fueron motivo de preocupación para las bodas, el traje tradicional de la ceremonia a veces no era el que figuraba en las fotos, especialmente en los detalles, como moños, y guantes.
Como todas nuestras crónicas, es un homenaje a la mujer especialmente, a la memoria que debemos rescatar, a la importancia de una unión matrimonial muy discutida en nuestra época,
A la creación de una familia, donde si observamos los retratos, encontramos la continuidad de las mismas.
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