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ACES coronó el año con una distinción a Nacho Aguirre

Ignacio Aguirre fue elegido por el diario La Voz del Interior como el cordobés del año, distingo que el bioquímico hizo extensivo a todos los chicos que forman parte de la ONG que lucha contra el VIH-Sida.

Dos periodistas y un profesional de Río Tercero fueron quienes promovieron la candidatura de Ignacio Aguirre a cordobés del año en la elección que viene haciendo desde hace años el matutino más grande del territorio provincial. Y gran parte del jurado y el voto del público decidieron que la distinción recaiga sobre él. Un verdadero orgullo para Jesús María donde Aguirre hizo la mejor parte de su vida.
En una ceremonia tan sencilla como emotiva, el diario La Voz del Interior entregó el premio al cordobés del año a Ignacio “Nacho” Aguirre en el teatro del Libertador San Martín en la ciudad de Córdoba.
El periodista Sergio Suppo, secretario de Redacción del diario La Voz del Interior, fue el encargado de anteceder en las palabras la entrega propiamente dicha de la estatuilla con la inscripción ‘Ignacio Aguirre, cordobés del año 2012’ al bioquímico y docente coordinador de ACES desde hace 20 años.
Con un teatro San Martín colmado, Nacho Aguirre ocupó unos pocos minutos para reflexionar sobre todo lo que se ganó y perdió en las últimas dos décadas en la lucha contra el VIH-Sida, durante la ceremonia que tuvo lugar en la noche del jueves en la ciudad de Córdoba.
“Nacimos con la idea de luchar contra el VIH/SIDA. No sabíamos los cómo pero sí los por qué. Queríamos  ser útiles. Entonces,  desde 1992 enfrentamos temas por demás complicados de los que la sociedad prefería barrer bajo la alfombra: el de la sexualidad, las drogas, la muerte pero por sobre todo... la vida. Y salimos a defenderla.  Será por eso que mi amigo Hugo Roland nos bautizó Soldaditos de la vida”, comenzó diciendo Nacho tras los agradecimientos de rigor.
“Creo -añadió el bioquímico y docente- que el VIH/SIDA es la epidemia de los contrastes. Por un lado, mostró lo peor de los seres humanos como la discriminación, el estigma, el rechazo, el  egoísmo -aliados insoslayables de la epidemia- pero como contrapartida apareció la reconstrucción de redes sociales, la solidaridad puesta en acciones que conmueven  y que posibilitan que la contención  ayude a las personas afectadas imitando a la solidaridad de la sangre que acude a la herida sin necesidad de ser llamada”.
Aguirre señaló en otro párrafo que pudo tutearse con la vida y con sus ‘incondicionales’ Soldaditos, quienes entendieron que era la posibilidad de bajarse de la tribuna y jugar ‘su’ partido contra el VIH, dejar de ser meros observadores y transformarse en verdaderos protagonistas para invitar a sus amigos a serlo.
Pese al optimismo general del mensaje, Nacho no pudo evitar  señalar su preocupación por el avance de la enfermedad: “Cada diagnostico de una nueva infección conlleva el reproche hacia mí mismo: por qué no llegamos a esta persona con nuestro mensaje o, si llegamos, por qué no tuvo la contundencia para que se cuidara. Pienso mucho en las oportunidades perdidas y en tratar de llegar antes. Hoy, tenemos muchas respuestas más que favorables y alentadoras para las personas que viven con VIH , pero recuerden que la mejor de las medicaciones no le llega a los talones a la ventaja de no tener el virus”.
En el orden de los deseos, Nacho abogó porque el modelo de trabajo entre pares se repita en otros lugares: “Tengo la esperanza de que esta maravilla que naciera en mi amada Jesús María hace tan sólo 20 años -llamada ACES- se replique, que cada pueblo, cada ciudad tenga miles de chicos y chicas que transformen intolerencia, indiferencia y negación en amor, contención y compromiso. Podremos entonces mirar el futuro con esperanza”.
Y sobre el final, le dedicó un extenso párrafo al problema del VIH para la humanidad: “Todos, absolutamente todos, afectados no, lo tenemos como grave problema a resolver. La única condición que se debe tener para contraer la infección es la de ser humano. El VIH/Sida es, sin duda alguna, una tragedia que ha golpeado fuertemente a la humanidad en este tiempo que nos toca transitar, pero también puede ser una oportunidad: la de generar una sociedad más justa, digna y -por sobre todo- más solidaria. Nosotros creemos que podemos, sabemos que podemos y queremos hacerlo. Será por eso que, después de 20 años, ¡seguimos creyendo!”.
Y como no podía ser de otra manera, el renglón final y más importante fue para Martita y Coty, esposa e hija de Nacho, y sostenes imprescindibles.
Claudio Minoldo

Claudio Minoldo

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