Breaking News
recent

En Deán Funes, la Fazenda de la Esperanza trabaja en contra de las drogas y el alcohol


El predio está asentado en las antiguas canteras y es el lugar que impactó a sus fundadores como un designio del destino.

Por: Dante Taboada Cardoso (Periodista).

Son centros de rehabilitación que nacieron en 1983, en Brasil por una idea de Nelson Giovanelli, en el interior de Sao Paulo conjuntamente con el padre franciscano Hans Stapel ante la situación de un grupo de jóvenes del vecindario que se juntaba en la esquina a consumir drogas.
A partir de entonces, se distribuyeron en diversos centros esparcidos en el mundo ante la necesidad emergente de este flagelo que afecta a muchas familias en todo el mundo.
En un viaje cuyo destino era Mendoza y por algunas situaciones imprevistas, el matrimonio que los había ido a buscar al aeropuerto de la ciudad de Córdoba y que los trasladaría en vehículo a Mendoza, les hizo conocer este predio ubicado 7 km antes de llegar a la ciudad de Deán Funes, por la ruta 60 y a 120 km de la ciudad de Córdoba. Por intermedio de Monseñor Aurelio José Kühn, obispo de esta ciudad, el 26 de febrero de 2006 quedó fundada la primera Fazenda masculina en Argentina. 
Hoy, existen dos en Paraguay, una en Uruguay y cinco en la Argentina que están ubicadas en La Rioja, Tucumán, Florencio Varela y una en Quilino que es la única para mujeres.
Es una comunidad terapéutica para adictos a las drogas y alcohol. La base del tratamiento es el trabajo, la espiritualidad y el auto sostenimiento de las personas que desean ingresar, por voluntad propia, pero cuyo acompañamiento familiar es indispensable para lograr un resultado favorable.
El ingreso se realiza tras el pedido personal del paciente interesado a través de una carta escrita de puño y letra, firmada por el interesado. Se empieza a estudiar el caso y se realizan algunas entrevistas personales, además de cumplimentar una serie de requisitos como estudios médicos.
Sin medicamentos ni drogas (no poseen psicólogos ni médicos), solo con un paisaje puro, con una importante arboleda en estas 9 hectáreas de predio. Cuentan con una capilla y varias casas donde, en cada casa, los ingresantes viven como una gran familia de entre 14 y 16 personas. También cuentan con dos coordinadores. Todos distribuidos en habitaciones con baño privado de 4 a 5 chicos. 
Los primeros tres meses no se puede recibir visitas de sus familiares. Es una etapa importante para recapacitar acerca de la importancia del vínculo familiar deteriorado por el flagelo de la adicción.
Se vive en total libertad, sólo con la oración y el uso de la palabra del Evangelio; y la aplicación diaria de lo aprendido en una total convivencia. Éste es un requisito para los internos a pesar de que la diferencia de credos no es excluyente.
Se trabaja en la huerta y en las labores diarias que se realizan en recogimiento y armonía. No hay rejas ni muros, se dedican a la cría de conejos, la huerta, se realizan conservas, productos de panificación y artesanías para que, cuando la familia viene a visitarlos una vez al mes, se  lleven en sus canastas para su consumo o reventa por lo aportado para la estadía de los internos.
El tratamiento dura doce meses y el compromiso solidario de la familia y la sociedad inmediata del interno es fundamental para el excelente resultado en la recuperación que lleva adelante esta institución que recibe jóvenes y adultos de todo el país y que hoy tiene una población de 50 internos entre 16 y 60 años de edad.
En la localidad de Quilino, un poco más al norte, se encuentra la única Fazenda de Mujeres en el país, inaugurada el 15 de agosto de 2008 y que están realizando algunos últimos arreglos para ampliar sus instalaciones y así duplicar su capacidad.
Según nos informaba su coordinador general de estos centros, Marcelo Rodrigues (recuperado en una Fazenda de Brasil cuando era joven) es inferior en proporción el ingreso de mujeres adictas porque la realidad de éstas es mucho más difícil pero a la hora de la recuperación son mucho más fuertes.
Los interesados pueden comunicarse con Hermana Sara al (03521) 15438638. Con el coordinador Marcelo Rodriguez al (03521) 1509052 o al (03521) 420522. Por carta a Fazenda de la Esperanza Argentina, casilla de correo 24, CP 5200, Deán Funes, Córdoba. También por carta a Fazenda la Esperanza "Las Canteras", Colón 555, Deán Funes, Córdoba.
Claudio Minoldo

Claudio Minoldo

4 comentarios:

  1. soy adicto al cigarillo desde hace 40 nesecito que me ajuden

    ResponderEliminar
  2. se que soy un adicto al cigarillo y no lo puedo dejar nesecito alguna ayuda me pueden ayudar

    ResponderEliminar
  3. Fui fumador de 60 cigarillos diario. Un día dije basta y no compre más, esto no me costo casi nada; lo que más costo es no acepta cuando me ofrecían. El primer tiempo caminaba hasta por la pared. El hombre más fuerte es el que se puede a si mismo. No es fácil pero no imposible. Desde que deje de fumar han transcurrido más de 30 años. Gracias a Dios , hoy vivo una vejez digna.
    Jorge

    ResponderEliminar

Con la tecnología de Blogger.