
El Mundial de Fútbol de Sudáfrica, que comenzó el 11 de junio, generará tanto CO2 como el que generaría la producción de más de mil millones de hamburguesas, cuatro veces más que el Mundial de Alemania de 2006 y dos más que los Juegos Olímpicos de Pekín de 2008.
La Copa Mundial de Fútbol es un acontecimiento que paralizará el mundo. Durante junio y parte de julio no existirá la crisis. Ni el paro. Ni el vertido de crudo de BP. Ni las matanzas de ballenas en Japón.
Cualquier noticia, por importante que sea, quedará separada mientras ruede el balón, quizá el único objeto capaz de narcotizar durante varias semanas a más de la mitad de la población del planeta.
Para los aficionados al fútbol no hay acontecimiento más grande que un Mundial. Es la única oportunidad de ver al mismo tiempo y en el mismo lugar a los mejores futbolistas del planeta.
Pero alrededor de la Copa del Mundo hay más que fútbol: construcción de infraestructuras, desaforado consumismo, desplazamientos… lo que genera una importante huella ecológica que suele pasar totalmente i-nadvertida. Para que esto no suceda en Sudáfrica las autoridades responsables del turismo de ese país, en colaboración con la embajada de Noruega, realizaron un estudio al respecto que arrojó unos resultados demoledores: el Mundial generará 2,7 millones de toneladas de CO2.
La cifra es la misma que generaría la producción de más de mil millones de hamburguesas, ocho veces superior a la producida en el Mundial de Alemania de 2006 y dos veces mayor que la generada en los Juegos Olímpicos de Pekín. El transporte será el responsable del 67% del total de las emisiones, ya que Sudáfrica no cuenta con medios de transporte eficientes, lo que obligará a las selecciones y a los aficionados a utilizar el avión y los coches para desplazarse (sólo el viaje de ida y vuelta de la selección mexicana de su país a Sudáfrica producirá 102 toneladas de CO2). El consumo de energía en los estadios (como el Moses Mabhida de la ciudad de Durban) y en los centros de hospedaje de equipos e hinchas supone buena parte del 33% de las emisiones restantes.
El ‘pasaporte verde’ y otras iniciativas para cuidar el medio ambiente
El Mundial no será un espectáculo precisamente ecológico. Y eso que la FIFA ha promovido iniciativas para disminuir la huella ecológica del campeonato con la colaboración del Fondo para el Medio Ambiente Mundial (FMAM), las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) y el Departamento Sudafricano de Asuntos Ambientales (DEA).
La principal incluye tres proyectos ‘verdes’: el fomento de las energías renovables en seis ciudades sede del Mundial, una unidad de sensibilización sobre el turismo verde (ambos financiados por el FMAM), y un programa del PNUMA para compensar las emisiones de carbono de los once equipos de la Copa Mundial.
Asimismo, en Sudáfrica se ha apostado por la instalación de semáforos, farolas y vallas publicitarias alimentados por energía solar y se ha realizado un folleto denominado ‘Pasaporte verde’ de 32 páginas repleto de consejos e información ecológica sobre el turismo responsable que se distribuirá a los 100.000 espectadores de la Copa del Mundo.
Estas iniciativas, sin embargo, apenas minimizarán la profunda huella ecológica de un torneo tan espectacular como poco ecológico.
A la espera de Goles verdes
La mitad de los equipos que participarán en la Copa Mundial de Futbol en Sudáfrica, compensarán sus emisiones de dióxido de carbono, con programas ambientales en seis ciudades del país, informó este lunes el Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (UNEP).
El titular de la agencia de Naciones Unidas, Achim Steiner, explicó que se trata de un esfuerzo para que los equipos "anoten sus goles verdes en 2010", con este plan que tuvo su primer antecedente en la Copa del Mundo 2006 en Alemania.
Argentina, Brasil, Camerún, Chile, Costa de Marfil, Inglaterra, Grecia, Italia, Japón, la República de Corea, los Países Bajos, Nueva Zelandia, Nigeria, Serbia, Estados Unidos, Uruguay y Sudáfrica, serán las selecciones que participen de este plan.
Steiner indicó que se trata de compensar las emisiones de gases de efecto invernadero de sus equipos en esas ciudades sudafricanas, así como por los viajes en avión de funcionarios y comitivas que asistirán.
El proyecto ayudará a seis de las ciudades anfitrionas de reducir su consumo de energía mediante la instalación de energía solar y la energía de alumbrado público eficiente en semáforos en Johannesburgo, Pretoria, Ciudad del Cabo, Polokwane, Rustenburg y Nelson Mandela Metropolitan Municipality.
El financiamiento del Fondo complementará iniciativas verdes de los organizadores de Sudáfrica 2010, incluidas las inversiones en transporte público, recolección de aguas pluviales, el reciclado y plantado de árboles.
En Ciudad del Cabo se han fijado como objetivo que el 50% de los aficionados viajen a los estadios de 2010 por transporte público.
Steiner declaró, "hoy las naciones del futbol que representan a millones, si no miles de millones de fans, están de pie para ser embajadores del medio ambiente, en uno de los mayores acontecimientos.
Fuente: Aktuaya.com
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