Tres formas de ver el bicentenario. Desde la juventud, la docencia y la gestión municipal. Y en los tres casos, la misma sensación: Argentina nos deja con la boca seca y un gustito a que podemos ir por más, cada uno haciendo lo suyo.
En apretada síntesis, rescatamos los párrafos más sobresalientes del 25 de mayo en que celebramos 200 años desde aquella gesta revolucionaria de 1810.
Las palabras iniciales, después de la bendición del párroco, estuvieron a cargo de Valeria Rodríguez, alumna del sexto año “A” del Instituto Privado Nuestra Señora del Huerto, quien se despachó con una enumeración exhaustiva sobre derrotas y triunfos: “Argentina estás detrás de una puerta que espera por abrir. Golpeando están aquellos que aportaron, los que intentaron, los que te vendieron, los revolucionarios, los indiferentes, los soñadores frustrados, y los que todavía siguen caminando. Los artistas que pintan lo que las palabras no puede contar de tus mil colores, los que palpitan en el aliento de cada gol, los trabajadores del día a día, que mueven los engranajes, abren el surco para la nueva semilla, esenciales. Los que ocultaron la libertad durante días negros, empañando lo verdadero y la realidad a nuestro alrededor”. Y añadió: “Traemos con nosotros las emociones, las dudas, y el misterio de lo que está por venir. En nuestra sangre, traemos la fuerza del pasado, de los aborígenes, olvidados y despojados, que nos enseñaron del amor a la tierra y a la libertad. Traemos los mismos ideales que siguen vigentes desde ese mayo de 1810: libertad y justicia. Traemos el cambio, impulsados por las voces que claman verdad, transparencia, una democracia para todos, que no van a callar por miedo o por vergüenza la fuerza de su grito”.
Después llegó el turno de la directora de la escuela Francisco Antonio Ortiz de Ocampo, Susana Carrizo, con un planteo en dos tramos. Por una parte la reinvindicación a las mujeres que también hicieron patria como Juana Azurduy, Manuela Pedraza, Mariquita Sánchez de Thompson, Flora de Azcuénaga, Guadalupe Cuenca, Magdalena Macacha Güemes, y Martina Céspedes, entre otras.
“Unas y otras tuvieron un rol vital en cuanto a la obtención de recursos y elementos para comenzar y sostener la lucha, a través de donaciones, recolección de dinero, organización de actividades lucrativas, cesión de sus casas para reuniones, y hasta tareas de espionaje y correo”, describió la directora antes de detenerse en la exaltación de Manuel Belgrano como figura excluyente de mayo: “es en él donde todos los argentinos debemos inspirarnos. Nació en cuna de oro porque su padres fue un importante comerciante pero se pasó la vida repartiendo su fortuna entre la gente común. Su vida se transformó en una bandera de austeridad republicana. En el bicentenario, digámosle gracias por haber protegido siempre a los más humildes, a los ancianos, a las mujeres y a los indios. Por haber impulsado el progreso y el bienestar de la gente. Por darle a la tierra el carácter de generadora de riquezas y haber inventado el impuesto a las tierras improductivas. Progresismo puro”.
“Usted es el espejo en el que todos los argentinos debiéramos mirarnos. Su ética nos enorgullece, su lucha por la patria estuvo siempre antepuesta a los intereses personales”, concluyó Carrizo.
Finalmente, el intendente Marcelino Gatica tomó la posta dejada por la docente y reiteró su propuesta de mejorar como ciudadanos.
“Si uno piensa que esta gente de mayo era gente como nosotros, de carne y hueso, con dos piernas y dos manos, que pensaban y sufrían y sentían como nosotros. Pero que también tenían miserias como nosotros, me parece que si uno mira estas cuestiones de la historia de esta gente se puede ir planteando y pensando que es posible reconstruir mínimamente algunos comunes denominadores que nos permitan honrar verdaderamente a la gente que ha hecho posible la construcción del país”, comenzó diciendo el jefe comunal antes de señalar el dolor por ver lo que pasa en países hermanos.
“Países hermanos, que iniciaron revoluciones después de la nuestra, están caminando por otra senda: la del encuentro, del progreso y del desarrollo, de la inclusión, de la educación. ¿qué nos pasó como argentinos que no fuimos capaces de seguir estos buenos ejemplos que nos muestran hoy los hermanos chilenos, uruguayos, y brasileros?”, acotó y formuló la invitación a los vecinos: “Se me ocurre que el mejor testimonio y el mejor reconocimiento a la gente de mayo de 1810 quizás sea reiterar el compromiso ciudadano, que como vecinos, estudiantes, docentes, trabajadores, nos toca a cada uno. Y quizás, a quienes tenemos responsabilidades de gobierno nos toca hacer una profunda autocrítica”.
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