Entrevista: “Tenemos todo para superar el examen con notas muy buenas y, sin embargo, zafamos con cuatro”

En diálogo exclusivo con Primer Día, el ex número uno del Banco Central habló de su pasado reciente, su relación con los Kirchner y dijo que no ve crisis en el mediano plazo.

Sin reservas es un libro que escribe un economista pero que no habla de economía sino de actualidad y que está anclado en los sucesos que derivaron en la salida de Martín Redrado del Directorio del Banco Central de la Argentina. Se presentó el jueves por la noche en Cabildo.

¿Para quién fue pensado el libro?
- A todos los que les interesa saber cómo se toman decisiones en Argentina, cuáles son los entretelones o los vericuetos del poder, las presiones que existen en tales circunstancias. Busqué llevar al lector conmigo a transitar distintos episodios para que pudiera saber cuál es la lógica que hay detrás de algunas decisiones como las que tuvo el país en los últimos tiempos. Creo que se logra un lenguaje íntimos con el lector que nos permite mirar por qué han pasado ciertas cosas, que nos permite entender mejor la realidad argentina, y también que hay que hacer hacia delante con Argentina para poder aprovechar las oportunidades que tiene el país para todos y no solamente para una parte como ocurre ahora.

¿Sabías cómo era el matrimonio Kirchner cuando aceptaste la responsabilidad de ponerte frente al Central?
-Tenés que recordar que yo era secretario de Comercio Internacional. Comencé nuevamente mi gestión en la función pública con el doctor Duhalde a partir de 2002. Me tocó generar muchos acuerdos comerciales para Argentina, entre ellos, uno muy importante para Córdoba que fue un acuerdo automotriz con México que permitió abrir el mercado mejicano para autopartes y 50 mil vehículos con aranceles cero. Y esa función la continué durante la gestión del doctor Kirchner. Yo diría que hasta el 14 de diciembre siempre hubo una relación de respeto profesional. Una vez, un directivo de Página 12 dijo que el periodista Horacio Verbistsky le había preguntado a Néstor Kirchner “cómo es que tenés a una persona como Martín Redrado dirigiendo el Banco Central” y Kirchner le contestó: “Sabés por qué está. Porque sabe. Si tenés un profesional que sepa lo que sabe este muchacho de economía internacional y de finanzas locales, traémelo”. Creo que lamentablemente esa relación de respeto se rompió el 14 de diciembre cuando decidieron llevarse por delante al Banco Central para poder financiar el gasto público e imprimir billetes creyendo que de esa manera se compraban voluntades electorales. Esto está generando más inflación y la que estamos viviendo es producto de esa decisión de tomar el Banco Central. No es que no los haya conocido sino que hasta diciembre hubo una relación de respeto profesional donde yo no cambié, cambiaron ellos. Rompimos ese respeto con el fin de obtener la “caja” que era el Banco Central.

Da la impresión de que la bonanza internacional sigue ayudando a que no estemos peor porque de otra manera no se entenderían muchas de las decisiones desacertadas en economía
- Sin dudas. El campo anda bien, a pesar de los Kirchner. Justamente, este año lo que se ve en término de oferta de divisas es que a pesar de las malas políticas agropecuarias, de haber castigado al campo, y de haberle metido la mano en el bolsillo, igual el campo sigue produciendo dólares que permite darle tranquilidad cambiaria hoy a la Argentina, al margen de la política que tuvo el Banco Central con capacidad de respuesta suficiente como para responder a cualquier tipo de presión. Sin dudas, están aprovechando lo que pasa afuera pero, como decimos los economistas, hay un costo de oportunidad o para ponerlo bien en llano: “Argentina zafa sacándose un cuatro, en lugar de sacarse un ocho o un diez en la prueba”. Tenemos todo para superar el examen con notas muy buenas y, sin embargo, zafamos con un cuatro. Zafar con esa nota significa que hay más cantidad de pobres en Argentina, que no hay inclusión social. Lo que se genera es un país fragmentado, un país partido, un país con diferencia de clases como nunca antes habíamos visto.

Hay todo un aparato destinado a hacernos creer que el discurso es la realidad. ¿Cómo ves esa situación?
- En muchos casos, hay negación de la realidad que es más para estudiar desde el terreno psicológico que desde el político. Creo que hay un fenómeno de negación de la realidad que es digno de estudio de los buenos psicólogos. Igual digo que para ser economista hay que ser un buen psicólogo, un buen sociólogo, un buen historiador.

¿Qué puede esperar el argentino promedio en el mediano plazo y teniendo en cuenta las elecciones de 2011?
- Lamentablemente, vamos a tener más inflación y los argentinos y los medios de comunicación pública deben reclamar una política para atacar la inflación. Dentro de la negación de la realidad, está la negación de la inflación. No creo que haya que haya que ir a ajustes tradicionales para combatir la inflación, al contrario, hay que combatirla con más inversión, con expansión de la capacidad productiva, pero metiéndole la mano a la gente como se está haciendo en los últimos tiempos lo que genera es miedo y retracción de la inversión que es mantener con lo que se tiene y no apostar al futuro de Argentina. En el horizonte no veo crisis pero veo un crecimiento que se va a aminorar y mayor inflación que significa más pobreza en nuestro país.
Claudio Minoldo

Claudio Minoldo

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