Los hermanos Clara y Eduardo Márquez, propietarios de la Estancia San Javier, confirmaron a Primer Día que el municipio de Jesús María viene destinando personal y recursos para limpiar el desparramo de basura inorgánica que provocó la crecida del río del 31 de enero cuando desprendió una parte del basural municipal.
Vale recordar que la contaminación abarcó una zona importante de las riberas del río y también entre 60 y 80 hectareas del establecimiento productivo de la familia Márquez.
De la contaminación en el campo ya está resuelta la limpeza de más del 70 por ciento, ya que hay tramos que están entre la ribera del río y el campo cultivado donde sigue habiendo basura y de donde es difícil extraerla.
Pero el municipio trabajó sobre el problema y poco puede hacer para prevenir que eso pase nuevamente ya que la jurisdicción sobre el río es de la Subsecretaría de Recursos Hídricos (ex Dipas). Pero esa repartición no autoriza ningún tipo de intervención sobre el río e, incluso, llegó a incautar maquinaria municipal que intentaba ordenar parte del cauce.
Tampoco interviene con recursos ni con personal para diagramar las obras que eviten problemas similares en el futuro.
La consecuencia de esa negativa es que se vienen formando diques de arena que elevan el nivel del cauce y lo dejan al nivel de los campos linderos con lo que la menor crecida inunda los campos aledaños.
Si no se hace algún trabajo sobre el río, ¿el problema va a repetirse?, se le consultó a E-duardo Márquez: “Va a volver a ocurri y peor porque el depósito de arena cada vez es más alto. Hoy hay partes del río que están más altas que los campos y por eso se desborda de esa manera y toma por las lomas hacia dentro donde nunca vino un río. Hay tramos donde el ancho del río era de 60 metros y hoy supera los 600 metros”.
Históricamente, en la zona noreste del río Guanusacate se realizaba una intervención controlada para extraer arena y evitar que el cauce quede al mismo nivel de los campos (dicho sea de paso, el costo de esas intervenciones la pagaban los productores). Pero la entonces Dipas tenía maquinaria propia y personal, cosa que no sucede más desde hace por lo menos una década.
Algo parecido se intentó hacer con la gente que tenía canteras de arena que hacían un trabajo de extracción lineal, no en profundidad, para tratar de sacar el tapón de arena y permitir que el agua fluya con velocidad suficiente para hacer bajar el nivel del cauce. Pero esa solución no fue suficiente, y también hubo otros extractores que hicieron un trabajo pésimo al extraer arena destruyendo la línea de riberas.
Ahora, se espera el informe que están elaborando para intervención sobre el río y que están financiando el consorcio de conservación y suelo del río, la Sociedad Rural de Jesús María, y los tres municipios de la región. El proyecto incluirá obras y tareas de mantenimiento.
Una ardua tarea
La preocupación de los productores que tienen campo en la zona noreste del río tiene que ver con que no se vuelvan a producir estos vertidos de basura y con que se corrijan los vertidos de aguas servidas. Aunque hay un reconocimiento sobre las mejoras introducidas por el municipio en la materia, sostienen que falta trabajo por hacer aún.
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