
“Nunca soñamos con poder restaurar al mismo tiempo gran parte de nuestra colección de grabados, pinturas, esculturas y documentos, no tanto por el costo económico de los materiales que se necesitan sino por la idoneidad técnica y humana con la que hay que contar”, arranca diciendo Nelso Lenarduzzi, director del Museo Jesuítico Nacional de Jesús María, mientras muestra la restauración de obras pictóricas y escultóricas que se hizo con personal contratado para eso.
Está claro que para recuperar obras que tienen 100, 200 o 400 años de antigüedad, no se puede traer a improvisados y entregarles obras como las que forman parte de la colección de la Estancia que es patrimonio de la humanidad.
La presentación de algunas obras restauradas se realizó con motivo de celebrarse la semana pasada el Día de los Museos y realmente el proceso para llegar a ver las obras casi como lucían originalmente es sorprendente.

Los primeros trabajos de conservación fue en todo lo que fuera soporte de papel y se empezó a ver un antes y un después que obligó a continuar con la obra pictórica. Paralelamente, el Museo Jesuítico recibió una cesión del Museo de Arte Decorativo de Buenos Aires de 12 obras de Alonso Cano, gran ebanista español, talladas en madera pero que se encuentran casi todas en un estado deplorable. Son obras que tienen cuatro siglos y van a ser casi los objetos más antiguos que el Museo pondrá en exhibición a medida que se vayan restaurando.
Así es que la Lic. Tomasa Heredia se fue encargando de la recuperación de documentos y grabados. A ella, se le sumó la especialista en restauración de obras de arte Andrea López Camino que arrancó por la pintura cuzqueña del siglo XVIII titulada “Virgen de la Merced con santos mercedarios y el eterno Padre”. Y la especialista en restauración escultórica Ana María Salgado comenzó a trabajar sobre la obra “Ángel” de Alonso Cano.
Trabajar en la restauración de la pintura y de la escultura demandó entre cuatro y seis meses pero el resultado final es muy interesante y le permite al Museo contar con más piezas para la exhibición de arte sacro.
La Asociación de Amigos y el propio Museo fueron los encargados de recaudar fondos para ir comprando en el tiempo materiales para poder intervenir estas obras y aunque no hay precisión la inversión se estima que sólo en materiales hay más de 20 mil pesos invertidos.
El gobierno Nacional, del que depende la Estancia de Jesús María, respondió rápidamente en la contratación de la especialista en restauración pictórica que se sumó a las especialistas en restauración de documentos y de esculturas.
López Camino considera que casi toda la colección pictórica del Museo debiera ser intervenida para evitar el deterioro pero la siguiente obra sobre la que está trabajando es un cuadro pequeño que lleva por título “Virgen de la Paz”. Su colega Salgado ya se puso manos a la obra en la restauración de “Querubín”, aunque le representa un mayor desafío su próxima obra que es el “Peregrino jacobino”, una obra de grandes dimensiones.
Y Tomasa Heredia lleva restaurada la friolera de casi dos mil folios de documentos antiguos que testimonian la presencia de los españoles y los jesuitas en las tierras de Guanusacate. Esa obra, además, está digitalizada y disponible para los historiadores con su correspondiente traducción realizada por la Lic. María Belén Domínguez.
Paralelamente, el Museo trabaja en la conservación de las obras que fueron restauradas para evitar posibles deterioros como los que sufrieron por el inevitable paso del tiempo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario