El tío Pichón prefiere cruzar el Guanusacate a nado antes que cruzar un puente como Dios manda. Pero el ejercicio le sirve para reflexionar sobre los puentes que se tienden y se destienden permanentemente con un registro tan pormenorizado como caótico.
Ya hacía rato que el tío Pichón había empinado el codo cuando se apareció el domingo al atardecer por casa todo empapado por cruzar el río, es que yo de los puentes no me fío, empezó, y menos de los de acá, eso que con mis años he visto puentes de todo tipo, pero a la larga terminan siendo más metafísicos que físicos, puras ilusiones, desde el que querían hacer por mil ochocientos y pico para unir el Atlántico y llegar a Europa, el trasandino y el del Pacífico para aparecer en el Oriente, ninguno acaba por cumplir su función de ser un paso hacia otra cosa y se quedan en una pura ambigüedad, en un ni acá ni allá, ni hablemos del que ahora desune Gualeguaychú y Fray Bentos, un despuente pero noble para la causa, más vale nadar. Al final derroche de mano de obra barata para construir semejantes inutilidades, pobres muchachos, víctimas de explotadores tan grandilocuentes como las construcciones que proyectan desde que dimos el primer grito de dependientes en mil ochocientos diez, primer grito de sujeción y ahora ya van doscientos años de yugo admitido, que no es cuestión de hacerse la víctima tampoco, si en todo caso acá le seguimos el juego a la Unión Europea cambiando camionadas de país por basura tecnológica y medicamentos de dudosos beneficios, creo que me gustaban más los espejitos de colores. Ojo al piojo que yo también he movido muchos mis manos y así como le tiré aceite hirviendo a los ingleses he trabajado en las construcciones de puentes y he aguantado a esos misters que venían con sus planos y teorías a dar instrucciones y que nunca levantaron un ladrillo y entonces es difícil comunicarse, digo que esa división entre los que son pura mano y los que son pura cabeza es un poco invento de este siglo, estrategias del poder que ya sabe que dividir es reinar, si al fin de cuentas la mano es la parte visible del pensamiento, y conste que eso lo dice un alemán y hay otro francés, Rimbaud, que dice que la mano con pluma vale lo que la mano con arado, no es por darme aires de nada pero en mis siglos de vida algo he leído, no tanto como bebido pero algo como para decirles muchachos que la cosa es como dice el barbudo, no Dios que soy ateo, de que hay que lograr una sociedad donde no haya escritores sino hombres que escriban, mover la cabeza como la mano y sin pensar que una de las dos tiene más mérito, no es cuestión de sentirse víctimas, porque el que se siente víctima nunca tiene fuerza suficiente para liberarse, pero tampoco es para irse a la otra punta y sentirnos totalmente liberados y celebrar el soberbio espíritu nacional como celebran ahora con pompas y platillos los doscientos años de lo que para mi más bien es para fruncir el ceño y mirar el piso y pensar bajito y hasta ponerse luto les digo, que si de llegar a conclusiones se trata el espíritu de liberación nacional es cadáver de empeños vanos que fecunda el pavimento estéril de estos puentes que se caen a cada rato, y estoy parafraseando, fijense que palabra tan Real Academia uso, “parafrasear”, al Scalabrini Ortiz que era agrimensor así que algo de puentes sabía y yo lo que quiero, como ciudadano que vota paga sus impuestos y se lustra los zapatos y por lo tanto con derecho a peticionar ante las autoridades, lo que quiero es un puente auténtico, un puente colgante, navegante y volador, un puente a lo Girondo: con piensos uñas y pellejos, uno hecho con materia viva y no esos endebles que se han acostumbrado a construir los yanquis, un puente que sea un real paso hacia otra cosa, un puente temporo-espacial que nos saque las nubes negras con que nos paseamos sobre las cabezas, las quejas por los mosquitos, la humedad o por las virreinas que gobiernan. En este punto al tío le vino la melancolía, se levantó, se puso el sombrero, preguntó si había algún lugar cerca donde vendiesen Johnnie Walker y se fue a pedir audiencia con el intendente por lo del puente.
Qué placer leer artículos como este!!
ResponderEliminarNunca paren de escribir!!