Pasivos ambientales y Día Mundial del medio ambiente

Por: Oscar Beas (Grupo Ecológico Jesús María - GRUEJMA)

Una reflexión a propósito de celebrarse en breve el Día Mundial del Medio Ambiente sobre hábitos que van en contra de su cuidado y los desafíos que representa para los distintos estamentos del Estado.

Hemos elegido este tema que, quizás, pueda parecer reiterativo al señalar conductas y hábitos flagrantes con respecto al medio ambiente; pero el  mejor homenaje al próximo 5 de junio -Día Mundial del Medio Ambiente- que proponemos es, precisamente, revertir este camino de consumismo individualista suicida que ofende  nuestra inteligencia de seres racionales ya que deberíamos haber superado este accionar depredatorio, contrario a la responsabilidad ciudadana para defender  el medio ambiente.
Desde ya que estas prevenciones no caben para los sectores marginales de nuestra sociedad que -por supervivencia,  pura y natural- fabrican carbón vegetal,  por ejemplo: a costa de nuestros bosques nativos para procurarse unos pocos pesos y satisfacer sus urgencias mínimas. Ellos están exentos porque no tienen otro camino. Su falta de educación y las condiciones miserables de su existir los libera de esta condena social.
 Sí, señalamos con el dedo a causantes conscientes del daño a esos bosques (siguiendo el ejemplo referido) como a las corporaciones de productores, que, valiéndose de su peso económico, lograron torcer el brazo de legisladores incapaces de la Unicameral de nuestra provincia para aprobar, entre gallos y medianoche como se dice vulgarmente, la Ley provincial de bosques que, sin duda, va ser declarada inconstitucional por la Corte Suprema de Justicia, por contrariar la Ley Nacional del Ambiente 26340, tal como ocurrió en un caso similar en la provincia de Salta. Sí, de eso se trata: de  consentir  deliberadamente una depredación de los bosques nativos, verdaderas fábricas de agua y reguladores del clima.
Pero el despropósito continúa. La  semana pasada, se consumó otra tropelía. En el gobierno provincial, fue separado de su cargo el licenciado Darío Sbarato, de reciente designación al frente de la Secretaría de Ambiente por sus sólidos antecedentes profesionales, quien solicitó, con la modificación de los artículos 6 y 14, una enmienda parcial a la desmesura de esa Ley para adecuarla a la Ley madre y lograr así compensar a pequeños productores, que no deben sembrar pasturas perennes en los “fachinales” (bosque nativo en proceso de recuperación).
Como este caso se pueden señalar varios más. Son pasivos  o deudas ambientales: la contaminación con agroquímicos o industrias, la carencia de planes serios y firmes  de  forestación de espacios públicos destinados a la agroecología y  de estímulo y  promoción a buenas prácticas  urbanas, que corresponderían a una verdadera política de Estado en temas ambientales. Otra deuda y aspecto que complementaría estas acciones son la carencia de Ferias de Ciencias y Exposiciones que promuevan -mediante la divulgación científica- la creatividad y la innovación en nuevas tecnologías que favorezcan el cuidado del ambiente, el ahorro de energía, del agua, la prevención de la salud y el saneamiento urbano.
Todo lo señalado es responsabilidad primaria de las autoridades, pero también hay otros sectores que deberían sentir esa responsabilidad social, como los medios de comunicación, los educadores, los productores, las organizaciones vecinales y todos los ciudadanos, por  informarse debidamente sobre los problemas ambientales de su ciudad y, así, participar activamente en su solución o por lo menos en la mitigación de sus consecuencias  negativas. Felizmente hay casos que nos señalan que no todo está perdido, tal el proyecto de Ciclovías para nuestra ciudad presentado por el Ariel de barrio La Florida.

Claudio Minoldo

Claudio Minoldo

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