Las mujeres contaminan menos que los hombres

La mujer contamina menos que el hombre, y sus actividades tienen un menor impacto sobre el deterioro del medio ambiente y del clima, segĂșn coinciden diversos estudios recientes.

Diferentes investigaciones ponen de manifiesto que las pautas y el comportamiento masculinos conducen a unas mayores emisiones de gases de efecto invernadero.
El hombre europeo deja mĂĄs huella ecolĂłgica sobre el planeta que la mujer, sobre todo porque utiliza mĂĄs el vehĂ­culo privado, hace mĂĄs salidas fuera de casa (restaurantes, bebidas y tabaco) y come mĂĄs carne, alimento asociado a un uso mĂĄs intensivo de la energĂ­a.
El hombre consume entre un 6% y un 39% mĂĄs energĂ­a que la mujer contando todas sus actividades, segĂșn un estudio que ha analizado los comportamientos de hombres y las mujeres sin pareja (singles) en cuatro paĂ­ses, Noruega, Suecia, Alemania y Grecia.
El consumo medio de energĂ­a de los hombres es superior al de las mujeres en los cuatro paĂ­ses, segĂșn el trabajo de Annika Carlsson-Kanyama y Riita Raty, quienes analizaron las pautas de consumo en diez categorĂ­as de actividades (haciendo cĂĄlculos de las emisiones deCO2 para el ciclo de vida de productos y servicios).
El estudio concluye que las diferencias en el uso de energía superan el desigual volumen de gastos entre hombres y mujeres, lo que indica que en algunos países hay un componente de género en el consumo de la energía, independientemente del gasto, agregan. Los hombres de Noruega gastan un 6% mås de energía que la mujer; los de Alemania, un 8% mås; en Suecia es un 22% superior, y en Grecia estån incluso un 39% por encima.
La mayor diferencia en el uso de la energĂ­a se da sobre todo en el transporte. El comportamiento sobre el consumo de combustibles fĂłsiles es muy diferente segĂșn el gĂ©nero. El hombre viaja mĂĄs en vehĂ­culos privados mientras que el segundo capĂ­tulo que influye son sus salidas mĂĄs frecuentes (restaurantes, alcohol y tabaco).
La mujer consume mĂĄs energĂ­a por las compras derivada de la alimentaciĂłn, la higiene, menaje del hogar y mobiliario y la salud. Sin embargo, los hombres consumen mĂĄs carne, al menos en tres de estos paĂ­ses, en Alemania, Suecia y Noruega. El consumo de carne es un indicador importante del impacto ambiental, pues el 18% de las emisiones de CO2 proceden de la ganaderĂ­a, segĂșn la FAO. SegĂșn el mismo estudio, las mujeres comen mĂĄs frutas, legumbres y verdura en general.
El dato mås relevante para los investigadores es la diferencia en el uso de energía en el transporte. En Alemania, los hombres emplean el 25% del consumo total de energía en el transporte, mientras que las mujeres sólo destinan a este fin el 18%. Los resultados son mås espectaculares en Grecia; pues el hombre gasta el 23% de sus consumos en transporte y la mujer sólo un 7%. Los principales gastos vinculados al transporte se refieren a los derivados del coche privado, el combustible, las reparación o los recambios. La diferencia entre varones y mujeres es enorme. En términos absolutos, el hombre gasta entre un 70% y un 80% mås energía en transporte en Alemania y Noruega, un 100% mås en Suecia y un 350% mås en Grecia.
Los singles, hombres o mujeres, consumen –segĂșn el mismo estudio– menos energĂ­a cuando no tienen hijos. Sin embargo, estas diferencias se estrechan cuando la mujer tiene un hijo a su cargo, porque entonces incrementa el consumo de energĂ­a en el transporte.
Otros datos que abonan la misma tesis se desprenden del cålculo de las emisiones totales de CO2. En Suecia han sido estimadas en 10,7 toneladas por persona y año para los varones singles y de 8,5 toneladas para las mujeres solas.
Algunas de las conclusiones de este estudio se ven avaladas por observaciones anteriores que analizaban las pautas sobre los desplazamientos de hombre y mujeres de diferentes edades y clases sociales. AsĂ­ ya se puso de manifiesto que el hombre usa mĂĄs energĂ­a para viajar, un hecho que ha sido atribuido a que la mujer efectĂșa trayectos mĂĄs cortos. La mujer se muestra mĂĄs inclinada al transporte pĂșblico y a hacer viajes que sirven para ayudar a otras personas. Y cuando conduce lo hace recorriendo menos kilĂłmetros que el hombre, segĂșn ya pusieron de manifiesto Carlsson y Kanyama.
De la misma manera, estudios anteriores ya indicaron igualmente que los hombres comen mås carne y otros productos ricos en proteínas y consumen mås bebidas procesadas y embotelladas, mientras que las mujeres comen mås fruta, verduras y cereales. En las åreas rurales de EE.UU., las mujeres hacen mayor ingesta de frutas y vegetales que los hombres (excepto patatas), mientras que los hombres beben mås bebidas embotelladas y engullen raciones de comida de tamaño superior. Las mujeres de las fuerzas armadas de Estados Unidos y los jóvenes adolescentes de Canadå registran niveles de alimentación vegetariana mayores que los hombres adultos.
Este nuevo estudio demuestra que muchos hĂĄbitos que generan CO2 se dan prioritariamente entre los hombres; y en el caso de la preeminencia del automĂłvil es algo que ya habĂ­amos detectado.
Fuente: La Vanguardia.
Claudio Minoldo

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