El Colegio de Arquitectos local invitó a pensar el espacio público con otra mirada

El reconocido catedrático e investigador Horacio Gnemmi invitó a la ciudadanía a pensar que los problemas del espacio público no los pueden resolver solamente los arquitectos y que otras organizaciones tienen que intervenir en ello.

El currículum del arquitecto Horacio Gnemmi ocupa unas 9 páginas tamaño A4 o lo que es lo mismo unos 4100 caracteres. Eso lleva relatar la enorme cantidad de estudios, investigaciones, maestrías, publicaciones en revistas especializadas y periódicos, y libros que tiene escritos este  doctor en Arquitectura y magíster en Conservación de Patrimonio, considerado por muchos la mayor autoridad cordobesa sobre el tema Patrimonio Histórico Construido.
Pues bien, Gnemmi aceptó la invitación de la Regional 1, delegación Jesús María del Colegio de Arquitectos de Córdoba, para disertar sobre el tema “Actividades urbanas y los espacios que las contienen y posibilitan”. La charla sirvió de disparador para pensar nuestras ciudades con otros ojos.
“La intención es poner énfasis en el descuido que con el tiempo se ha ido verificando en todas las ciudades con respecto al espacio urbano que no es sólo tener calles limpias sino tener grandes “livings” dentro de la ciudad para distintas actividades que generen el encuentro que en nuestras ciudades se ha perdido. Sobre todo, hay que señalar que no es un problema exclusivo ni excluyente de los arquitectos sino que es de todos los vecinos. Es imposible que el arquitecto imagine todo lo que la gente necesita. Por lo tanto, habría que pensar qué se quiere para la ciudad, que se necesita para hacer propuestas”, resumió Gnemmi sobre la problemática.
“Por otro lado -añadió- la idea mía es hacerles notar que a la hora de pensar no empiecen a mirar para afuera para querer tener acá lo que tienen otros sino que busquen qué pueden hacer para que Jesús María siga acentuando más su carácter sin parecerse a Carlos Paz, Villa María, o San Francisco que es lo triste que le está pasando a estas ciudades”.
Cuando la gente común piensa en los espacios públicos  los circunscribe a a las reparticiones oficiales y a plazas y paseos. Para Gnemmi, ésa es una mirada muy reducida porque las mismas calles son un espacio público: “Son un extraordinario ámbito con sus veredas y pueden servir para tantas cosas. No sólo con actividades artísticas sino con todo lo que tenga que ver con la educación cívica, la concientización, la calidad de vida. Por ejemplo, el arbolado. ¿Se ha puesto a pensar realmente si el arbolado que la ciudad tiene es satisfactorio y si no lo es cómo se lo podría enfatizar, con qué tipos, en qué lugares creando estos momentos dentro de la ciudad que no tiene que ser igual a sí misma sino que tiene que tener episodios de diverso tipo”.
El especialista reconoció que en algunos sitios se dieron algunos desarrollos, por ejemplo, con el Camino de las Estancias o la revalorización del Camino Real. También hay circuitos gastronómicos y circuitos enoturísticos. Pero su mirada fue mucho más allá: “Las ciudades tienen que encontrar su identidad y su propio evento porque es la manera de convertirse en atractiva. A los primeros a los cuales va dirigido este trabajo es a los habitantes de la ciudad pero, lógicamente, hay que pensar en todo aquello que pueda hacer sustentable las acciones de la ciudad y para eso el turista o el visitante puede ser una fuente importante. Pero hay que ofrecerles cosas que no sean las mismas que encuentro aquí y allá”. Y agregó: “Las fiestas populares que no se explotan, que han decaído en nuestras ciudades y que podrían dar motivo a un programa que sumado a la gastronomía, a las actividades culturales, puede hacer que haga una movida más que interesante porque cada vez la gente se mueve más de un lugar a otro pero hay que atraerla”.
En cuanto a la realidad actual de decaimiento de los espacios públicos ¿es atribuible solamente al rol incumplido del Estado y de las organizaciones que están dentro de él? ¿Quiénes son los partícipes necesarios en este proceso de no apropiación?. Para Gnemmi, hay responsabilidad en las organizaciones intermedias, los colegios profesionales, las escuelas porque cada uno se ha ido encerrando en su mundo y eso ha hecho que la ciudad sea esa cosa un tanto anónima que se ajusta a cierta normativa en algunos casos, se cumplen ciertas cosas, pero la vida de la ciudad parece concentrada en ciertos lugares, en ciertos momentos y no son explotadas con todos los recursos que estas tienen.
“Por ejemplo, la Doma de ustedes que, cuando se acabó, se murió hasta el año siguiente. Eso le daría tantos temas para hacer tanta cosa durante el año y no se les ocurre. Con visitantes a lo mejor más próximos, con actividades de otro tipo. No digo hacer mini festivales. A partir de ese tema que se instaló, cómo le podemos sacar el jugo de otra manera. Creo que hay muchas”, ejemplificó.
Y respecto del cuidado del patrimonio y la excusa de siempre de que el Estado no puede intervenir, Gnemmi disintió: “Se pueden encontrar soluciones intermedias. Incentivar a los privados con respuestas de diverso tipo. Si el bien es tan pero tan importante no hace falta expropiarlo. Se le da en algún lugar de la ciudad la tierra con las condiciones suficiente para poder sacar de ella el provecho que podría haber sacado con ese bien y que ahí haga lo que quiera y que deje ese bien para que se abra a la comunidad”.
Claudio Minoldo

Claudio Minoldo

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