Carta abierta al futuro intendente

Por: Luis Pastawski (Vecino de Jesús María)


Estimados Carlos, Ricardo y Gabriel:
                                                La vida es un milagro. Merecemos vivirla de la mejor manera. La salud puede ser para algunos, pero cuando es para todos es salud con integración social.                                                                            
La frase “socializar la medicina”, a veces, asusta. Quizás no se interpreta que esto no significa transferir al Estado Municipal toda la responsabilidad de la salud; sino que en una visión más amplia simboliza generar las condiciones sociales que, independientemente de las relaciones con el Estado, favorezcan en los seres humanos el desarrollo armónico de su persona. “Son municipios saludables aquellos en que las autoridades  políticas y civiles, las instituciones y organizaciones públicas y privadas, las ONG,  los propietarios, empresarios y trabajadores,  la sociedad toda, dedican constantes esfuerzos a mejorar las condiciones de vida, trabajo y cultura de la población, establecen una relación armoniosa con el medio ambiente físico y natural, y expanden los recursos comunitarios para mejorar la convivencia, desarrollar la solidaridad, la cogestión y la democracia, siempre promoviendo la salud”.
La  frase  “originar un GRUPO GESTOR DE SALUD MUNICIPAL”, a veces, asusta. Quizás no se interpreta que no sólo con especialistas en salud sino con la participación de referentes zonales: Centros vecinales, Clubes deportivos, Asociaciones profesionales, Cooperativa de Servicios Públicos, Escuela de Gendarmería, Festival de Doma, Instituciones no gubernamentales, Bomberos Voluntarios, Hospital Regional, economistas y promotores socio–culturales; se generaría en el  sistema una horizontalidad necesaria para discernir hacia el futuro los caminos a seguir; creando y fiscalizando los proyectos sanitarios.
Cada una de estas Instituciones realiza en la salud de la zona aportes valiosísimos que deberían estar coordinados integralmente. Valga sólo como ejemplo el Banco de Sangre de la Cooperativa, el gabinete sicopedagógico de la Doma,  la acción de Bomberos en acontecimientos de riesgo masivo, o el consultorio dental de La Casa de Matías.
En un reordenamiento del organigrama Municipal dependería el Grupo Gestor de un ente con mayor presupuesto que el actual, con rango de Secretaría.  Esto permitiría la posibilidad de generar el  debate entre todos los protagonistas, médicos y pacientes. Decisiones de gestión que eliminarían la política estrictamente partidaria en las acciones y  proyectos. Evidentemente los recursos económicos propios deberían redistribuirse jerarquizando los referidos a educación y salud y correspondería procurar los programas vigentes a nivel nacional y provincial para su “total implementación en la ciudad”.                                                                                                                                                                
 La frase “Seguro municipal de salud”, a veces, asusta. Quizás no se interpreta que todo ciudadano de Jesús María podría  por el sólo hecho de ser contribuyente tributario tener una par de controles preventivos anuales, análisis de laboratorio básicos, en un comienzo, aprovechando la infraestructura de los Centros de salud barriales.  ¿Y por qué no un Laboratorio de Análisis Municipal que organizaría una Certificación Municipal,  implicando seguridad indubitable del control y recursos genuinos?  ¿Por qué no podría producir, con muy bajo costo, medicamentos genéricos con patentes ya caducas, pero de masivo consumo cotidiano?                                                                                                                            
La frase “nuestra salud síquica y espiritual está en crisis”, a veces, asusta. Quizás no se interpreta que la violencia y las muertes en las rutas, ahora trasladadas a nuestras calles,  la discriminación a que son sometidos  los estudiantes de Gendarmería y  los “diferentes”, las increíbles estadísticas de denuncias de violencia familiar en nuestra zona, son indicadores de una sociedad enferma. La palabra enfermo significa crudamente el que no anda derecho; el que no se tiene firme. Y esta  definición nada tiene que ver con ideologías o formas de vivir la vida; tiene que ver con no poder vivirla feliz. Cada uno a su manera pero de buena forma. Para esto necesitamos analizarnos y diagnosticarnos como sociedad en la enfermedad; para reconocer a partir de ello que la salud se crea y se vive en lo cotidiano, en los centros de enseñanza, en el trabajo y en el recreo y que es el resultado de los cuidados que uno dispensa a sí mismo y a los demás. Debemos, cuanto antes, encontrar un rum-bo, encontrar una identidad propia que nos congregue, que nos haga sentir que “también somos el otro pero con distinto cuero nomás”; y que entre todos podemos.
Gabriel, Ricardo, Carlos: uno de ustedes en pocos días será el “futuro Intendente”; expreso mis deseos para quién la ciudadanía disponga, se convierta en el “Intendente del futuro”, que suena parecido, pero no es lo mismo.
Nota: me hubiese entusiasmado poder además escribir entre los candidatos un nombre femenino, esa imposibilidad indica también nuestra actual conducta social.
Claudio Minoldo

Claudio Minoldo

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