Invitado por la Sociedad Rural, el Comisario Mayor Bombero Voluntario Juan José Nievas disertó sobre la incidencia de los incendios en la economía.
Nadie discutiría el impacto económico que tiene en la economía familiar la destrucción de una vivienda por un incendio. Fíjense, sino, en el monto que le asignan a los incendios las compañías aseguradoras.
Pero la mensura de ese impacto parece más lejano cuando se habla de pérdidas en la naturaleza, en montes y bosques nativos, en sembradíos, o en pastizales. Y más difícil mensurar cómo impacta el mal uso del fuego en lugares donde la naturaleza suele ser el único sustento.
Según un estudio reciente, las poblaciones de los departamentos Río Seco, Tulumba, Sobremonte, Pocho, Minas, Ischilín, y Cruz del Eje decreció entre 1947 y 2011, aunque parezca increíble. Otra curiosidad es que esos siete departamentos solo aportan el 3 por ciento del producto bruto provincial.
Y aunque no es la única causa, la desaparición del hábitat natural de los pobladores del norte a mano de los incendios ha hecho mucho para que esa brecha de pobreza se incremente. Sobre todo, los jóvenes han migrado hacia las ciudades más pobladas a poblar las villas miseria.
La única manera de trabajar en los incendios y que no se vayan de las manos es trabajar sobre la prevención. Por eso, la capacitación que se brindó desde la Sociedad se orientó a que el personal que trabaja en los campos comprenda la problemática del fuego. Y por eso también se convocó a un especialista en la materia, el comisario Mayor Juan José Nievas, jefe de los Bomberos Voluntarios de Jesús María.
Nievas ofreció valiosa información a unas 70 personas que se dieron cita en el auditorio de la Sociedad Rural: “Los bomberos son una parte pero la sociedad y, principalmente, el ámbito de la producción son lo más importante para trabajar en la prevención”.
Con ese punto de partida, los trabajadores rurales recibieron información sobre la consecuencia de los incendios: la erosión de la tierra, cómo perjudica al suelo y a los ecosistemas productivos porque elimina los microorganismos que son los que mueven los nutrientes y hacen que el suelo sea fértil. También se les enseñó cómo se puede trabajar en todos los ambientes de la producción sin fuego, incluso aquello que ancestralmente se acostumbraron a manejar con fuego. Por ejemplo, haciendo corrales con pastoreo selectivo que permite eliminar el material combustible de modo que cuando llega la época de estiaje hay franjas cortafuegos y si hay un siniestro queda limitado a un solo sector.
Asimismo, se les aportaron algunas medidas que tiene que tomar en los campos para trabajar en la prevención y el control de los incendios.
En conjunto con la fundación OSDE, Juan José Nievas desa-rrolló un trabajo sobre el impacto cultural y socio ecoómico de los incendios. “Es un trabajo sobre la sostenibilidad ambiental y el desarrollo económico en la que encontramos cosas que son tremendas. La mayoría de las poblaciones del norte decreció cuando todos los departamentos del gran Córdoba tuvieron un crecimiento muy grande”, aportó Nievas.
“Toda la población -añadió- joven por falta de capacitación y porque el eje económico de los departamentos del norte era fundamentalmente el recurso natural que se ha terminado por los incendios, por el cambio de la ganadería a la agricultura, se ha ido a formar parte de los bolsones de pobreza de las grandes ciudades”.
Eso implicó la pérdida del acceso a la Educación, a la Justicia, a la Seguridad. No tienen escuelas de formación técnica para la producción y se cerraron muchas escuelas. En definitiva, siguen alimentando un círculo vicioso de pobreza.
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Cuando los incendios contribuyen a incrementar pobreza y merman a las poblaciones del norte de Córdoba
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