La Vanguardia sale del Closet

A propósito de haberse cumplido un año desde la sanción de la Ley que permite el matrimonio entre personas del mismo sexo y a propósito de la nueva agenda política

Por: Lucas Matías Contreras  (Estudiante de Comunicación Social de la UNC).

Hace un año nuestro Congreso de la Nación aprobó la ley que permite a parejas del mismo sexo unirse en matrimonio.  Día más, día menos, aquel 14 de julio de 2010 políticos y ciudadanos se desvelaban en una maratónica sesión en el Parlamento.
Es que nuestro país ha tenido desde hace ya unos años noches de insomnio con los ojos puestos en el Congreso de la Nación, un síntoma evidente de que algo estaremos haciendo bien.  O probablemente algo estaremos haciendo que les quita el sueño a muchos.
Pues hace un año, hasta el más alejado de la política tuvo que levantar la oreja para escuchar el intenso debate. Sí, crease o no, este país del que (hasta  hace una década) nada se esperaba, algo empezó a hacer.
Ya habrán escuchado a las viejas… las viejas estructuras ideológicas del país (aclaro), decir a coro: “¿Vanguardia?, ¿Pero quién te crees que somos para hablar de ESO?”
Y ESO, se empezó discutir. Ya es tiempo de hablar de ciertas cosas, y todo apunta a que por cuatro años más se  hablará mucho. Claro, más allá de lo que griten las viejas, tanto va el cántaro a la fuente que al final se rompe.
Es tiempo, querido amigo de baja autoestima, de sacarnos ese temor de ser grandes. Sólo los grandes pueden hablar de lo que les ocurre y actuar en concecuencia. Eso es ser vanguardia.
 Pero  la Vanguardia,  tiene su contraparte. Una minoría. Hay personas de diversas edades que se atan a prejuicios infundados. Los llamaré viejas y viejos. Por lo general, ese grupo emana de sus intelectos una fuerte desvalorización. No la aplican a su persona (no son ningunos tontos), la aplican al conjunto social con tal de dejarlo inmóvil.
También les llaman conservadores.
Viejas y viejos se han encargado por mucho tiempo de quitarnos las ganas de ser grandes, de hablar y de cambiar las cosas.  Son el “colectivo del QUE”.   Que este país está gobernado por corruptos, que este país no debe discutir ciertas cosas, que este país no tiene remedio, que este país está alabando el pecado, que este país se va en cualquier momento –si usted me permite- al carajo.
Hace un año nuestro país confirmó que una nueva vanguardia política puede discutir, legislar y promulgar leyes. ¿Pero qué tiene de curioso eso?... Sencillo: son leyes evidentemente avanzadas.
Argentina a partir de julio del 2010, se transforma en el primer país de América Latina en reconocer el Matrimonio entre personas del mismo sexo, con derecho a adopción de hijos. Hasta entonces sólo era un derecho reconocido en Irlanda, Canadá, España, Portugal,  Sudáfrica, Noruega, Finlandia y algunos estados de Estados Unidos.
Por otro lado, Según informó en 2007 la Societal Attitudes Towards Homosexuality, la sociedad argentina es el segundo país en todo el continente americano en la aceptación de la homosexualidad (en el primer lugar está la Guayana Francesa y en el tercero Canadá). Aun así queda mucho por hacer.
 Ciertamente vienen tiempos fríos para los fríos conservadores. Todo indica que al “colectivo del QUE”, viejos y viejas que no quieren hablar de ciertas cosas, le deparan cuatro años difíciles. Es muy difícil que todo se conserve como ellos quisieran. La profundización de derechos sociales y económicos es inevitable. Sí,  Mamá… Papá… de eso se trata la Democracia.
Me encanta este país. En este país puede ocurrir cualquier cosa… y, por lo general, ocurre.
Claudio Minoldo

Claudio Minoldo

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2 comentarios:

  1. Muy interesante y reflexiva la nota. Felicitaciones Lucas, me atrapas cada vez que escribis. Seguí así!

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  2. muchas gracias por tus consideraciones sobre la nota "anónimo dijo", todo indica que andaremos por ahí atrapando gente entre redes de escrito. lucas contreras.

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