¿Qué hacemos con nuestro río?

Por: Comisión de Preservación del Patrimonio de Jesús María 

En los últimos días hemos asistido a una serie de intervenciones sobre el cauce urbano del río Guanusacate.
Las autoridades locales y sus áreas de actuación argumentan la indispensalidad de las obras debido a la necesidad de proteger los barrios e infraestructuras ubicadas a la vera del río, de posibles crecidas del mismo.
Las diferentes obras a llevarse a cabo consisten en limpiar el cauce, ensancharlo y quitar los árboles de las orillas.
La primera pregunta que nos formulamos es: ¿cómo llegamos a esta situación?
Estamos ante un año que comenzó con pocas precipitaciones. Lo llovido hasta el momento no alcanzó para que el río creciera y limpiara él solo su cauce. Esto permitió que la vegetación adyacente creciera hacia el interior del río y lo invadiera. Ante esta situación salta la alarma de que debemos accionar de forma inmediata; ensanchar el cauce para permitir que ante una gran crecida el agua atraviese rápido la ciudad sin causar daño. Eso justifica el uso de grandes máquinas que desplazan hacia las márgenes gran cantidad de arena, tierra, incluido el ecosistema del río. Se están haciendo altos taludes contra las márgenes, desplazando bancos de arena y eliminando árboles.
La segunda pregunta que nos hacemos es: ¿qué se hará después? ¿Cómo se piensan fijar los nuevos taludes de tierra o ralentizar la velocidad del agua para que no cave más el río, ahora que hemos quitado las curvas naturales y la vegetación existente? ¿Piensan sembrar pastizales, plantar cañas, nuevos árboles o engavionar las márgenes?
Hace unos meses se presentó un esperado estudio de la cuenca, en parte financiado por el Gobierno de la Provincia de Córdoba, en parte por los Productores Agrupados en la Sociedad Rural. Se formaron consorcios de conservación de suelo y se comenzaron a realizar algunas obras. Parecía que por fin las cosas se encaminaban, pero ¿qué pasó con la zona urbana del río? ¿Por qué fue “tierra de nadie”?
En las mesas de encuentro y debate hubo muchas presencias: productores afectados, vecinos, autoridades de la Sociedad Rural, de la Provincia, de los Municipios, de Gendarmería Nacional, extractores de áridos, responsables del estudio y profesionales del sector agropecuario. Pero también hubo ausencias: faltaron algunas autoridades municipales, extractores de áridos, productores de la cuenca y representantes de la Secretaría de Ambiente.
Estábamos preocupados porque una sola crecida del río provocó el derrumbe del puente sobre la Ruta Nacional nº 9, descalzó gaviones existentes en algunas zonas de la ciudad, estuvo cerca de destruir una fuente de abastecimiento importante de agua potable, pasó cerca de viviendas costeras, arrasó campos sembrados y los dejó cubiertos de lodo y basura. ¿Qué sucedió? Llovió mucho y en poco tiempo. ¿Fue esa la razón o las distintas actividades desarrolladas a lo largo de la cuenca lo permitieron?
Creemos que es hora de sentarnos todos los involucrados a la misma mesa de diálogo, para debatir el problema, encontrar soluciones y actuar en consecuencia.
El Gobierno Provincial a través de la Secretaría de Ambiente tendrá que esforzarse en la lucha contra incendios, en la recuperación de pastizales quemados y en la reforestación de estas áreas. Esto permitirá que parte del agua de lluvia permanezca en estos campos y no fluya hacia los arroyos que alimentan la cuenca. 
Los productores tendrán que comprometerse también en la protección del suelo, realizando rotaciones de cultivos y plantando nuevos árboles en puntos estratégicos.
La Subsecretaría de Recursos Hídricos (ex Dirección Provincial de Aguas y Saneamiento,   (DIPAS)) deberá consensuar con los diferentes extractores de áridos un modo efectivo de ordenar las zonas y turnos de extracción.
Las autoridades locales deberán llevar a cabo un planeamiento urbano que contemple las necesidades del curso del río y su entorno, no permitiendo la creación de nuevos loteos en zonas próximas al cauce sin atender a los márgenes de seguridad requeridos con anterioridad y fomentando la ampliación de las zonas verdes aledañas.
Provincia y Municipio deberán acordar qué actuación le cabe a cada uno sobre la zona urbana del río.
Y como ciudadanos conscientes de esta realidad, ¿qué rol desempeñamos? Como ciudadanos debemos exigir a los organismos municipales la existencia de proyectos públicos de libre consulta, para poder informarnos y opinar acerca de las acciones que se pretenden realizar. Con esto nos garantizamos la existencia de tales proyectos y evitamos que se realicen acciones sobre nuestra ciudad y nuestro patrimonio que carezcan de una planificación acorde.
De esta forma podremos elegir si queremos un cauce urbano engavionado o una zona de márgenes verdes donde poder tomar sol, matear, bañarse o practicar actividades deportivas al aire libre.
Muchos de nosotros queremos lo segundo, queremos presumir de una ciudad que cuida y disfruta de su río.
La Comisión de Preservación de Patrimonio de la Ciudad de Jesús María invita a todos a participar y fomentar este encuentro.
Pueden comunicarse con nosotros a los teléfonos (03525) 400636/ 444616/ 444550/ 15529513 o por correo electrónico a comisionpatrimonio@hotmail.com y también nos pueden encontrar en FacebookComisión Patrimonio Jesús María”.
Claudio Minoldo

Claudio Minoldo

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1 comentario:

  1. Felicitaiones por su trabajo Comisión, adelante por una ciudad con crecimiento pero sustentable!

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