Este artículo explora implícitamente la cuestión fundamental: ¿Hemos superado ya el punto de no retorno?
El pasado 6 de mayo fue dado a conocer el borrador de un extenso paper firmado por 14 eminencias científicas de todo el mundo, lideradas por James Hansen, el climatólogo jefe de la NASA. Este artículo, titulado The Case for Young People and Nature: A Path to a Healthy, Natural, Prosperous Future, está destinado a constituir una referencia en el campo del cambio climático en general, pues establece las eventuales posibilidades con que la humanidad cuenta, todavía, para resolver esta grave cuestión. De cara a la esperanza que todavía podamos albergar en solucionar el mayor problema con el que la humanidad se ha enfrentado jamás, este texto, y los que le dan soporte, están llamados a tener gran repercusión en los círculos científicos y políticos de los insiders.
James E. Hansen, considerado el mejor climatólogo del mundo por sus compañeros de la National Academy of Sciences de los Estados Unidos - y convertido a su vez en activista climático a pesar de haberse declarado republicano moderado – está muy prolífico en este 2011, pues ha emitido ya otros tres artículos, dos de los cuales contienen investigaciones que ofrecen fundamento a las conclusiones del que nos ocupa, han sido publicados en Archiv. En uno de ellos firma con su principal colaborador, Makiko Sako, y en el otro son 14 los autores de los principales centros de investigación de todo el mundo. En el caso del texto final, el que voy a intentar describir en lenguaje asequible, son 15 los firmantes de distintos países. Todos ellos de la máxima categoría científica. El paper que ha sido dado a conocer está en su versión borrador (draft).
Cuando un texto de este tipo se hace público fuera de los circuitos científicos establecidos es por alguna razón de peso. Y es que a veces hay verdadera prisa. Anunciar que han calculado que, deteniendo las emisiones de gases de efecto invernadero en seco en 2011, es posible todavía reducir la concentración atmosférica de CO2 desde su valor actual de 390 ppmv al valor seguro de 350 ppmv en 2050 pero que, si espero unos pocos años más, sólo 10, aunque haga lo mismo, el sorpasso actual duraría más de 100 años, es algo que hay que dar a conocer lo antes posible. Sobre todo porque, en el segundo caso, el tiempo durante el cual la temperatura ha superado un valor crítico habría sido excesivo, y el sistema climático de la Tierra, a través de sus lazos de retroalimentación lentos, nos conduciría inexorable e irreversiblemente al desastre.
En el primer caso también hay números para que así sea, pero bastantes menos. Con sólo un poco de suerte podríamos librarnos de lo peor, y las generaciones más jóvenes no tendrían que andar lidiando con la destrucción permanente de la Tierra a lo largo de sus vidas, retirándose continuamente de la línea de mar, viendo como desa-parece buena parte de la herencia cultural arquitectónica y luchando por la estricta supervivencia toda la vida. Como así sería, en el caso contrario, no sólo para los más jóvenes sino a lo largo de tantas generaciones como nos podamos imaginar. Virtualmente, para siempre.
Dicho de otro modo: con un poco de suerte, habríamos salvado la civilización.
¿Es posible, pues, evitar la disrupción climática? Según estas eminencias, es físicamente posible todavía salvar el planeta manteniendo más o menos el mismo aspecto que el que ha permitido el desarrollo de las civilizaciones. A muchos científicos les resulta no computable concebir que, siendo físicamente necesario, no se obre en consecuencia. Así, que lo sea económicamente, o políticamente, es algo en lo que los autores apenas entran. En todo caso, la (bien conocida) relación de impactos concretos del cambio climático que efectúan en la segunda parte del artículo – y en los que, por hoy, no entraré – puede entenderse como una forma de presión hacia la adopción de las acciones que plantean, o bien como un anuncio de lo inevitable, conocedores como deben ser de la dificultad de realización de sus propuestas.
Con respecto a los famosos 2 ºC de límite máximo, invención del entorno político, que no científico, de la Unión Europea, y ratificada en el “Acuerdo de Copenhague”, señalan taxativos: “Debido a las evidencias acumuladas en las últimas décadas, la afirmación de que un calentamiento de 2 ºC es un objetivo ‘seguro’ es extremadamente insensata (!). Un calentamiento de esta magnitud llevaría a la Tierra hacia las condiciones del Plioceno, es decir, hacia un mundo diferente caracterizado por continuas disrupciones masivas tanto de la sociedad como de los ecosistemas [énfasis añadido].
Las condiciones del Plioceno, período geológico de hace dos a cinco millones de años, no parecen muy atractivas, no tanto porque la temperatura media era 2 ºC superior a la actual sino, especialmente, porque el nivel del mar alcanzó un nivel 25 ± 10 metros superior al de ahora (10), fusión parcial de la Antártida mediante. Veamos pues qué nos proponen para evitar este desaguisado, pues cabe suponer que habrán explorado todo el océano de posibilidades.
Para entender bien la importancia del desafío es necesario, previamente, conocer algunos datos básicos, en número mínimo de tres.
Por: Ferran P. Vilar (http://ustednoselocree.com)
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¿Estamos a tiempo de evitar la disrupción climática?
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