A poco de transitar diferentes destinos de Córdoba y del país, Silvana Gudiño y Adrián Rolfo sintieron que debían hacer algo con ese interés común que tenían por las artesanías de gran factura, además de comprar muchas de ellas por el sólo hecho de reconocer la belleza y el esmero de su autor.
Primero pensaron en abrir una casa de decoración, pero una visita a la ciudad de Córdoba donde se toparon con un negocio muy vistoso de artesanías los convenció de torcer el rumbo y trasladar la experiencia a Jesús María.
Fue así que Don Segundo nació allá por 2005 sobre la calle Italia, entre General Cabrera y Nemesio González, en un local muy pequeño y se trasladó hace un par de años a la calle John Kennedy 150, Local 1, donde pudieron exhibir la vistosa colección que fueron adquiriendo en cada uno de los viajes.
En el local hay artesanías del Norte del país y del Sur también, pero también hay muchos objetos que fueron concebidos por artesanos en Córdoba y sorprenden por su originalidad, por los materiales utilizados en su confección y por la belleza que irradian.
Aunque uno no compre nada, vale la pena pegarse una vueltita a observar las colecciones, mientras acompaña música andina o música folklórica suave que hacen del recorrido un momento de relax. Como si el tiempo se detuviera un rato para sumergirnos en aguas serenas.
Adrián Rolfo asegura que desde chico tuvo cierta habilidad en las manos que le perrmitía con un poco de arcilla modelar pájaros y otros objetos que después le vendía a las amigas de su mamá. Ya de grande, le resultó de mucha utilidad un taller de carpintería que tomó en el CEDER de barrio 17 de octubre y que lo transformó en constructor de muebles, muchos de los cuales están expuestos y a la venta en Don Segundo.
Relación estrecha con artesanos
¿Cómo hacer para mantener un estándar de calidad en los productos que se venden? Silvana y Adrián revelan un secreto: manteniendo respeto por el trabajo y el precio que el artesano le pone a su trabajo.
“A nosotros nos lleva mucho tiempo elegir los trabajos porque nos fijamos hasta en el más mínimo detalle buscando el significado que tiene ese trabajo”, explica Silvana.
Después, vendrá una descripción completa sobre los secretos de la cerámica negra y su cocción a 1200 grados centígrados y exlicaciones sobre lanas, cueros, astas, y maderas.
Es que han ido interiorizándose tanto en el tema que se entusiasman mutuamente a medida que transcurre la charla.
“A todos los productos que entregamos los siento míos -añade Silvana- y sufro cuando los vendo y se lo hago saber a los clientes”.
Además de artesanías argentinas de excelente calidad, recientemente incorporaron platería uruguaya, y artesanías del Perú que, tal vez, sea el próximo destino de viaje de la pareja.
Aunque la variedad de objetos expuestos es muy grande, en el fondo termina siendo bien representativo de Argentina, tanto que muchos extranjeros que residen en la zona de las sierras han regresado en varias oportunidades en busca de algún objeto típico para enviar al exterior como regalo.
Y también extranjeros que ocasionalmente visitan la ciudad por las Estancias Jesuíticas encontraron en Don Segundo la oportunidad de llevarse algo bien argentino.
Sin embargo, existe como un mito respecto del precio de las artesanías. Como en todo rubro, hay algunas más accesibles que otras.
“Tratamos de hacer siempre buenas elecciones y la mayoría de las veces coinciden nuestros gustos. De cada objeto, sabemos cómo está hecho, cuál es su esencia”, concluye Adrián mientras ceba unos mates dulces.
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Don Segundo, artesanías argentinas de calidad
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