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Credo laico

La tierra, la historia, y la posibilidad de una construcción colectiva se dan la mano en este credo Laico que propone un vecino.

Por: Luis Pastawski (Vecino de Jesús María)

Creo que todos tenemos algunas contradicciones.
Creo en el Cristo que echó a los mercaderes del templo. Creo que, lamentablemente, de nuevo los mercaderes están rondando; creo en la democracia y en los poderes del pueblo para volverlos a expulsar.
Creo en un seguro nacional de salud, administrado desde el estado, que permita a todos los ciudadanos tener a su alcance los requerimientos indispensables en caso de enfermedad; creo que la infraestructura de las obras sociales debe adecuarse a ello; creo que este seguro debería ampliarse a las prestaciones de alta complejidad; creo en países como Canadá que cuentan con servicios de salud de tal jerarquía.
Creo que el estado debe actuar en la prevención de las enfermedades y que debe legislar firmemente en la prohibición de sustancias y empresas contaminantes.
Creo que sería posible que el municipio de Jesús María implementara un programa de salud social preventivo básico. Creo que las cargas impositivas de los contribuyentes deben estar dedicadas prioritariamente a salud y educación. Creo en las “obras bonitas”, pero después de las prioridades.
Creo que la tierra se está agotando y que hay que oxigenarla para que no muera. Creo en la tecnología de última generación pero sólo si se aplica y sirve para el bien común y un mejor vivir. Creo en el documento “Carta de la Tierra”, una declaración de principios éticos fundamentales para la construcción de una sociedad global justa, sostenible y pacífica, elaborado entre otras personalidades por Leonardo Boff, Maurice Strong y Mikhail Gorbachov.
Creo en una educación pública, gratuita y laica educando en la excelencia e incentivando la investigación; creo en sistemas de becas promocionales y en que los egresados universitarios, solidariamente, brinden sus servicios, por un tiempo determinado, en zonas que lo requieran. Creo en las escuelas municipales y creo en la enseñanza de las artes y los oficios, priorizando la sensibilidad sobre la habilidad. Creo que los buenos técnicos serán mejores si aprenden a ver más con sus corazones que con sus ojos.
Creo en la libertad responsable; creo en los premios y en las correcciones.
Creo que las fuerzas de seguridad deberían trabajar en forma mancomunada y que Gendarmería Nacional (centinela de fronteras) podría estar habilitada (los recursos humanos los tiene) para controlar las 24 horas del día las rutas, “fronteras internas” plagadas de huesos y sangre de hermanos. Creo en el camino y en poder llegar.
Creo en este año del Bicentenario revolucionario, en Moreno, en Castelli, en San Martín y Belgrano; creo que debemos volver a pensar como aquellos que no se enriquecieron en la función pública; creo en los que murieron y mueren en la pobreza.
Creo en los derechos humanos, para todos los humanos y para todas las especies que dependen de que los humanos sean derechos. Creo en las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo y creo en el dolor de los que perdieron un ser querido simplemente porque llevaba uniforme. Creo en el blanco, en el negro y en los grises. Creo en colores para el futuro. Creo que hasta los más parecidos somos distintos, por suerte.
Creo en las construcciones políticas colectivas; creo que los consensos inevitablemente implican, para que progresen, dejar de lado personalismos, ambiciones económicas y de poder. Creo en la polémica y en los debates, incluso en los generados por este credo; y creo en las palabras.
Creo en las palabras del poeta Jesús Cos Causse, el "Quijote del Caribe": "Creo en la paloma de la paz / pero que vuela bien alto / porque la esta vigilando el cazador / y tiene buena puntería. Creo en la resurrección eterna del amor. Creo en el vientre de la madre / y que el ser humano sea un fruto sagrado. Creo en la vida y en la flor".
Creo en las palabras de Aquiles Nazoa:
“Creo en el amor y en el arte, como vías hacia el disfrute de la vida perdurable”.
“Creo en la amistad como el invento más bello del hombre”.
Creo en las palabras de Julio Cortázar y Leopoldo Marechal y creo en la economía del zorzal que transforma seis granitos de alpiste en tres horas de música y solo un gramo de estiércol.
Creo en el sueño de los sensibles que vuelan buscando utopías y se despiertan enlodados en el fango.
Y, por siempre y para siempre, creo en la noche y en los días, en el murciélago y en las mariposas y en el canto del crespín que al cantar se nombra, y llora, por creer.
Creo en lo que creo.
Apasionadamente.
Claudio Minoldo

Claudio Minoldo

4 comentarios:

  1. Yo creo en mi amigo Luis, que piensa humanitariamente. Creo en mi amigo Luis que sabe hacia dónde ir y hacia dónde se debe ir. Creo que a muchos que nos les interesan el bien común, sino el bien propio, no van a dejar que gente como mi Luis cambien este viejo sistema de cosas. Felicitaciones a Claudio que permite publicar pensamientos que hagan pensar a la gente. Y felicito a Luis, mi amigo Luis, por intentar tocar vidas con el solo objetivo de hacer de ésta, una sociedad mejor y de éste, un mundo mejor. Jorge Ceballos

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  2. Creo lo mismo que vos Luis !

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  3. "Creo en el sueño de los sensibles que vuelan buscando utopías y se despiertan enlodados en el fango."..repitió en Principito para no olvidarse.

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  4. creo en la sonrisa de un niño cuando ve al payaso haciendo sus piruetas, creo en un mundo en el que ya no lloren niños por tener hambre; en el que ya no mueran de frío los expulsados que "viven" en la calle; en el que al vernos las caras nos reconozcamos y lloremos por habernos encontrado. porque habernos encontrado en un mundo tan grande, nos demostrará que es posible un mundo mejor para todas y todos. gracias Luis, dijiste lo que queremos decir. NATALIA EVA (en español) MAYU QUILLAQ (RIO Y LUNA)en quichua

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