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Una campeona nacional de karate de 11 años representó a Colonia Caroya

Guadalupe Medrano participó en la categoría lucha en el campeonato nacional que tuvo lugar el 17 de julio pasado en la ciudad de Córdoba. Tiene 11 años y peleó contra rivales hasta dos años más grandes que ella.

Sobre la calle 42 de Colonia Caroya a la altura 3031, el “sensei” Daniel Ranzi ha montado una academia de Karate del estilo Shotokan al que concurre una buena cantidad de niños y no tan niños.
Por una módica suma -30 pesos mensuales los niños y 35 pesos los mayores- está enseñando desde hace dos años en suelo caroyense y no tiene como objetivo enriquecerse con el karate sino trasmitirlo. Además, está satisfecho porque algunos de sus alumnos obtuvieron buenos resultados en el último campeonato nacional que se hizo en el predio Ferial Córdoba a mediados de julio. Allí, Melina Medrano se consagró campeona compitiendo contra rivales de 12 y 13 años, aunque a ella le correspondería competir en una categoría inferior porque tiene 11.
Y Ranzi quiso contar la experiencia con la sana intención de compartir lo que para él es una pasión, un arte, un estilo, y una filosofía de vida: la práctica del Karate que lo atrapó hace 30 años y lo ha empujado a seguir adelante y contagiar su experiencia.
“El anhelo era que los chicos empezaran a representar a Colonia Caroya o a Jesús María en torneo nacionales o mundiales, cosas que se irán viendo en la medida en que los chicos vayan creciendo”, señaló Ranzi. El “sensei” (quiere decir maestro, en japonés) oriundo de Villa del Totoral pero afincado en Caroya desde hace un tiempo señaló que las perspectivas son grandes desde que decidieron unirse a la Federación Única de Karate de Córdoba que preside el sensei José García Mañón. De hecho, la campeona tuvo la posibilidad de tener un entrenamiento especial en el prestigioso CENARD (Centro de Alto Rendimiento Deportivo).
“Queremos que el karate -añadió Ranzi- no sea visto tan sólo como algo para defensa o pelea y mucho menos como aparece distorsionado en las películas donde las artes marciales aparecen para reprender a otra persona o rencauzarlo. Verdaderamente el karate es enseñarle a los chicos a través de la disciplina qué es el Dojo Kun”.
Cada estudiante se compromete a trabajar sobre aspectos que tienen que ver con la formación de la personalidad, la rectitud, el esfuerzo y la constancia, el respeto a los demás, y reprimir la violencia.
Pues bien, después de 30 años de práctica continua, la pregunta que cae de madura es de qué le ha servido al ahora sensei: “Al karate lo considero una disciplina y una filosofía de vida porque, más allá de la técnica, el movimiento, la acción, y la expresión que hacen los chicos, ves esa profundización que hay entre la mente y el cuerpo es algo sorprendente. En los tiempos que vivimos, con tanto estrés y gente que tiene problemas, el karate puede ser uno de los medios para descargar o sacarnos de encima todos esos fastidios que tenemos diariamente”.
Ranzi desmitificó la creencia de que el karate sirva solamente para la competencia y lo vinculó a la posibilidad de que los practicantes se sientan cómodos y saludables. Para esos momentos, están las posiciones del “kata” que son los movimientos que los maestros han ido compilando a lo largo de 1500 años.
“Es ahí cuando uno le empieza a tomar afecto al karate. Es lo que me pasó a mí cuando era chico”, completó Ranzi.
De la observación, surgen cosas obvias: no se trata de un deporte que demande grandes inversiones, salvando un kimono y un cinturón ya que ni siquiera es necesario calzado para practicarlo.
Una muestra de la pasión que despierta el deporte lo muestran los alumnos que se adaptan a los horarios rotativos del “sensei” que tiene que ganarse la vida trabajando para una empresa de la firma ARCOR. Nadie se queja si dos semanas tienen karate por la mañana y dos por la tarde. Tampoco si tienen que ir a las siete de la mañana cuando hace mucho frío. Es notable lo concentrados que lucen alumnos de cuatro o cinco años mientras practican sus “katas”. ¡No parecen niños de esa edad de tan concentrados que lucen!
Además de la campeona, tuvieron un excelente desempeño en ese certamen nacional Brian Álvarez y Lautaro Pinto en la categoría menores y en juveniles (hasta 18 años) obtuvo el tercer puesto Facundo Astrada, quien fue uno de los primeros alumnos que tuvo la academia de Colonia Caroya. Cada uno de ellos ya tiene en su repisa medallas y trofeos por su desempeño en diferentes campeonatos lo que habla bien de las enseñanzas del “sensei” Ranzi.
Claudio Minoldo

Claudio Minoldo

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