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Casa del Sol quedó al borde de la clausura definitiva por los escándalos

Cuando todo parecía encaminarse hacia la nada, hubo un giro en la investigación que le permitió clausurar el salón de fiestas por 60 días e imponerle una multa de 600 pesos al propietario. Se conoció que fue un menor quien se intoxicó con alcohol.

Colonia Caroya volvió a ser notiocia en los medios provinciales por un nuevo caso de intoxicación alcohólica en la que estuvo involucrado un menor de edad. Y volvió a ser noticia porque fue en el mismo lugar en el que cayó en coma alcohólico una adolescente en diciembre del año pasado: Casa del Sol (ex Villa Giulia).
Con el correr de las horas, lo que había parecido una insensatez de un mayor de edad, terminó siendo una mentira de un adolescente de 15 años que se hizo pasar por uno de 19.
Pero al ir a declarar junto a su padre a la Policía se desenmascaró todo y se aclaró su verdadera edad y le dio herramientas al juez de Faltas municipal, Matías Peralta Cruz, para que actúe de inmediato. Con ese elemento y la ordenanza que regula los espectáculos públicos en mano dispuso una clausura por el término de 60 días corridos y una multa de, en principio, 600 pesos pero que podría alcanzar los 1200 pesos conforme avancen las investigaciones.
Por si el panorama no fuese lo suficientemente negro, se corrió la versión de que el Jefe de Bomberos Voluntarios de Jesús María, Juan José Nievas, no había habilitado el local, especie que fue desmentida a través de un parte del prensa el pasado viernes con una copia del certificado habilitante.

Reincidente y en el borde
Semanas le llevó a esta comunidad digerir lo que ocurrió en diciembre pasado cuando una jovencita del secundario cayó en coma alcohólico en Casa del Sol después de haber participado en un concurso para ver quién consumía más Toc Toc. Mucho más triste aún es recordar que en la puerta de ese lugar está pintada una estrella amarilla que recuerda que allí murió un joven en un accidente de tránsito.
El salón se convirtió en los últimos años en el elegido por los estudiantes para organizar fiestas para recaudar fondos, algunas veces con fines personales, y otras para el viaje de estudios. Pero también fue elegido por algunos “pícaros” que montan un negocio paralelo al de los boliches con muchísimas menos obligaciones y gastos que aquellos. Eso no quita que hay una franja de chicos que va de los 14 a los 17 años y que no se siente contenido ni en el boliche que tiene Colonia Caroya ni en el que tiene Sinsacate. Ya no se trata de una cuestión de competencia desleal sino de gustos y aquellos boliches no han sabido captarlos como clientes.
Pues, precisamente, a esa franja se destina la mayoría de las fiestas privadas donde la entrada y, fundamentalmente, la consumisión es mucho más barata que en los locales habilitados.
Ahora, parece que las autoridades tienen en sus manos la posibilidad de lograr una clusura definitiva del lugar si es que se repite otro escándalo en el que esté involucrado un menor de edad.
Independientemente de eso, esta semana se reunió el municipio con la Policía local para ver de qué manera se extremarán los controles en los futuros eventos circunstanciales que seguirá habiendo en la zona, no exentos de nuevos problemas.
Claudio Minoldo

Claudio Minoldo

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