Vino un alto directivo de la empresa, pero supeditó la continuidad laboral a los acuerdos con el gobierno por subsidios y para que liberen la venta de productos termoprocesados.Carlos Fernández Souza, gerente de Relaciones Laborales del grupo empresario JBS Argentina, mantuvo una reunión con los empleados del frigorífico de Caroya donde les señaló que la suerte de la empresa está atada a la liberación por parte del gobierno nacional de los subsidios que prometió, según señalaron fuentes sindicales.
Si esa cuestión no se resuelve en un plazo de diez días, JBS pediría el procedimiento preventivo de crisis con lo que las indemnizaciones podría liquidarlas al 50 por ciento. Los subsidios que deberían cobrar los 360 empleados de la firma son el equivalente a 200 horas por un precio de 12 pesos la hora, por un término como máximo de seis meses.
Los operarios abrigaban la esperanza de cobrar los primeros 2400 pesos correspondientes a julio pero se toparon con que solo tenían 1400 pesos que correspondían al 30 por ciento restante de sus haberes que la empresa les líquidó por los meses de mayo y junio.
Paralelamente, la empresa se comprometió a liquidar indemnizaciones al 75 por ciento a los empleados que quieran acogerse al retiro voluntario.
Fernández Souza les narró a los trabajadores que existiría una posibilidad de volver al trabajo en tanto y en cuanto la Secretaría de Comercio Interior les libere los gravámenes a la comercialización de los productos conocidos como “termoprocesados” (picadillo, hamburguesas, etc) que ya no cuentan con el subsidio que tuvieron históricamente.
El mayor problema, según señalaron los empleados consultados por este semanario, es la faltante de hacienda porque la capacidad de faena que tienen estos establecimientos es muy superior a la que vienen recibiendo.
Un grupo de operarios tiene la sospecha de que el grupo empresario tiene intenciones de mantener el frigorífico como depósito para los termoprocesados, tarea para la cual no precisarían más de 100 empleados.
Si la especie fuese cierta, no sería descabellado pensar que no se movilizará demasiado la empresa para que el desánimo de los trabajadores los lleve a aceptar la indeminización por menor monto del que correspondería.
Muchos de los empleados que tienen entre 25 y 30 años de trabajo analizan seriamente aceptar la propuesta de tomar el 75 por ciento de lo que les corresponde porque los dejaría con cifras que van desde los 130 a los 200 mil pesos y la posibilidad de buscar otro empleo.
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