Breaking News
recent

“Hay un desfasaje entre la oferta de libros que hay y la cantidad de lectores”

El escritor y animador del ciclo televisivo “Ver para Leer”, Juan Sasturain, estuvo de visita en Colonia Caroya dentro del marco del programa Café Cultura Nación. Confirmó lo que su aparencia muestra en la tele: que es un tipo macanudo y muy entretenido.

Es notable lo cómodo que puede sentirse uno al entrevistar a Juan Sasturain, con ascendentes vascos/navarros pero argentino hasta la médula. Porque tiene trayectoria, una catarata de publicaciones, y conduce un programa de televisión ¡¡sobre libros!!, pero no se cree ninguna bestia sagrada de la literatura universal. Entonces, el diálogo fluye y uno abusa de esa generosidad...

¿Dónde se gestó el escritor, leyendo a quién?
- Mi casa no era una casa de muchísima lectura. Había revistas, todavía no había tele, y el universo de la comunicación la recibías por radio, o íbamos al cine, y leíamos muchas historietas. Libros también, la colección Robín Hood -la de los libros amarillos- pero estaba dividida la lectura de los varones de la de las chicas pero no éramos tan lectores de los clásicos -Salgari, Verne- sino más bien de historietas. Después me pasó, que era muy lector y llegó a mis manos Leoplan, un agazine que tenía cuentos de todo tipo, novelones, y notas sueltas, fotos. Hojeé más eso que las novelas de la época. Fui muy lector en eso y me tocó leer aventuras muy hermosas porque leí historieta de una época de oro en Argentina porque eran muy maduras, muy buenos textos.
Cuando apareció EUDEBA empecé a leer como un desaforado y leía de todo. Cuando tenía 16 años ya sabía que quería estudiar literatura.

Esa apertura para leer de todo ¿persistió después o le ponés algún filtro?
- No, no, no, a esta altura ya han pasado muchas cosas. Estábamos hablando de los inicios. Después estudié letras, fui profesor de la facultad, me dediqué a esto y simultáneamente empecé a trabajar en los medios. Cuando la Triple A nos corrió bajo amenaza de muerte en el ´74 y ´75, después de la muerte de Perón, me quedé sin universidad y casi naturalmente mi fuente de laburo fueron los medios. Trabajé en la revista Humor y después quedé vinculado a los medios y con la vuelta de la democracia ya no tenía ganas de volver a la docencia. Mientras tanto, escribía, todo el tiempo escribía. Terminé mi primera novela Manual de Perdedores en el ´75. Publiqué muchas cosas desde entonces.

¿Tenés alguna deuda pendiente con algún tema por escribir?
- No tengo idea. Qué sé yo. No tengo asignaturas pendientes, solamente la lucha cotidiana contra la pereza, contra la haraganería, contra la cobardía para sentarse. Qué te falte energía para laburar.

¿Te da miedo repetirte?
- Hay que ser claro. Uno se repite bastante. Incluso uno no se da cuenta de que hay ciertos temas recurrentes, que te vuelven. Hay que tratar de no ser demasiado tramposo, no repetir fórmulas demasiado transitadas, no repetir mecanismos, pero bueno ciertas cosas aparecen.

Tenés escritos muchos textos sobre fútbol ¿a qué se debe?
- Porque me gusta el fútbol. Trasladé al oficio lo que me pasa como hincha. Uno escribe sobre las cosas que le interesan y el fútbol me gusta y me interesa. Las he disfrutado mucho mientras las escribía. Tengo varios libros sobre el tema: El día del Arquero, La patria transpirada, El win de metegol, Picado Grueso. También escribí ficciones, ensayitos, reflexiones y todas esas cosas que dispara el fútbol ¿no?. No estamos hablando del fútbol como cosa partidaria ni tampoco como el lugar de militancia del hincha sino el fútbol como maravilla del juego y todas las cosas que nos dispara.

¿Cómo te parás frente a la crítica que hacen sobre tu obra literaria?
- En general, me han tratado bien. Sino lo que generalmente pasa es la indiferencia. Cuando uno escribe y nadie se entera. No sólo que nadie compra los libros sino que ¡nadie se enteró que salieron!. Vos trabajás dos años en una novela y nadie se enteró. Además, en Argentina se publica mucho y muchas cosas lindas. Diría que casi hay un desfasaje entre la oferta y la cantidad de lectores. No tenemos tantos lectores como ha crecido la cantidad de gente que escribe y que publica.

¿Creció la cantidad de gente que escribe y publica o la cantidad de medios a través de los cuales publicar?
- Hay una tendencia a establecer parámetros entre ahora y antes. Ese “antes” no existe. Vamos a segmentar ese pasado y hablar puntualmente de algunos momentos porque siempre hay que hacer una composición de lugar. Hoy es muy fácil en la composición que se hace en la actualidad colocar la actividad de leer literatura y compararla con otras actividades y señalando cómo ha sido desplazada. Como si antes todos estuvieran leyendo porque no había televisión. No es así. Antes se estaba más en la calle. La contraposición es entre estar sentado y en movimiento, tal vez. No entre “mirar una pantalla” y “leer”. La operación de leer ocupa un lugar distinto del que ocupaba en otras épocas. Ni hablemos de escribir. Antes, en determinada época, había que escribir para comunicarse. El rol de los libros también está atravesado por la historia: han cumplido roles diferentes en el uso social. Antes tuvieron el monopolio del conocimiento, de los saberes y hoy están repartidos en otros soportes que no son necesariamente libros.
Claudio Minoldo

Claudio Minoldo

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Con la tecnología de Blogger.