El municipio de Jesús María debe ser uno de los pocos que tiene un relevamiento sobre juventud del que surgió la necesidad de dotar de herramientas y estrategias a 700 jóvenes de la ciudad que abandonaron sus estudios de nivel medio y que no pudieron insertarse en el mercado laboral.
Por ello, decidieron sumarse al Programa Jóvenes por Más y Mejor Trabajo que promueve el Ministerio de Trabajo de la Nación, aunque con una tónica y desarrollos adaptados y orientados a las necesidades locales.
Así fue que en una primera etapa 180 chicos tomaron parte de un proyecto formativo que, a su vez, les sirvió como espacio de participación. En la segunda etapa, se formarán 240 jóvenes más, y el grupo restante lo hará en una tercera etapa.
Aunque se aborda a cada grupo con estrategias diferentes, todos comparten ciertos ejes idénticos, por ejemplo, todos tienen que pasar por el Proceso de Inducción y Orientación al Mundo del Trabajo (POI). Quien no atraviese ese eje no puede estar dentro del programa. Son 95 horas de capacitación divididos a lo largo de dos meses en los que se abordan cuatro módulos temáticos: higiene y seguridad en el trabajo, derechos laborales, proyecto formativo laboral, y alfabetización informática.
Se trabajan cuestiones cualitativas durante esos meses que a los participantes les sirve para fortalecer su autoestima y aprender cómo se busca trabajo (entrevista, currículum) además de compartir el espacio con pares a quienes les suceden las mismas cosas.
Una vez finalizado ese primer proceso, tiene lugar una etapa de “elección” personal por parte de los participantes y que la mayoría utilizó para reintegrarse al sistema educativo y culminar los estudios de nivel primario y secundario.
Otros 43 jóvenes eligieron hacer cursos de formación profesional -merced a un acuerdo con el CEDER- sobre gestión de ventas, computación (100 horas), informante turístico, gastronomía, gasista, y carpintería, entre otros.
Lo más interesante es que un último grupo optó por la realización de prácticas calificantes en empresas locales que aceptaron el convite de la Oficina de Empleo: Mayorista Comarca, Óptica Santa Lucía, y las guarderías Picardías y Campanita.
Esos jóvenes tiene que trabajar cuatro horas de lunes a viernes y perciben por esa especie de pasantía 550 pesos de los cuales 400 pesos financia el Ministerio de Trabajo de la Nación.
Las empresas debieron armar una suerte de programa de capacitación para poder incorporar a los jóvenes en su primer experiencia laboral.
La apuesta local
Contrariamente a lo que puede pensarse, muchos de los chicos que se acercaron al programa de la Oficina de Empleo de Jesús María no provienen de familias pobres ni de barrios marginales.
Jesús María no escapa al promedio nacional que establece que un 25 por ciento de los jóvenes que buscan empleo no lo consiguen. Y esa situación alcanza también a jóvenes de clase media.
Se estima que en la ciudad quienes están en esa situación pueden ser unos 1200 jóvenes, de los cuales 700 van a pasar por esta instancia de formación y capacitación por la que el gobierno nacional hace un desem-bolso de 150 pesos mensuales.
Las prácticas calificantes significan mucho para los jóvenes aspirantes a ingresar al mercado laboral, pero vale aclarar que las empresas no pueden ofrecer cualquier tipo de empleo sino alguno en el que el joven salga habiendo aprendido algo. La intención es que no ocurra lo mismo que ocurrió con el Programa Primer Paso que sirvió para que algunas empresas tengan personal de limpieza subsidiado por el estado.
En tal sentido, los puestos ofrecidos por el momento fueron de auxiliares de guardería materno-infantil, repositor de mercadería y, en el caso de la óptica, su propietaria, María Elena Cargnelutti, decidió redoblar la apuesta y enviar a su joven “pasante” a realizar un curso de capacitación en la ciudad de Córdoba para trabajos de reparación en el taller del negocio.
La firma de seguros Orué y Godoy fue la última que se incorporó y evaluaba esta semana entre cuatro aspirantes a ocupar un puesto administrativo. Cada uno de los jóvenes empleados en estas prácticas calificantes tiene asegurado su puesto de trabajo por los próximos seis meses, después de los cuales el empleador debe decidir si lo incorpora a través del mecanismo habitual (contrato eventual, convenio colectivo, etc).
El empleador tiene obligación durante esos sesis mese de pagar un PMO (prestación médica obligatoria) y la ART o el seguro que corresponde. Y en la AFIP inscribe a este joven con un número especial para sortear sin dificultades cualquier inspección del organismo.
Para las empresas, la búsqueda se facilita porque el equipo profesional de la Oficina de Empleo ayudó a los jóvenes a armar su perfil profesional y de la base de datos se pueden nominar a los mejores calificados para cada empleo.
Reparto de cargas
Durante el proceso de capacitación a los jóvenes, el municipio se hace cargo de abonar los seguros de accidentes personales y de responsabilidad civil, y de parte de los recursos humanos, además de proveer el espacio físico para el desarrollo de las actividades, y la organización de eventos como los egresos, entre otros.
A su vez, El Ministerio de Trabajo paga los 150 pesos mensuales a los integrantes del Programa y financia casi el 100 por ciento de los sueldos de la Lic. en Psicología Cecilia Carrizo (Orientadora) y de la Lic. en Psicología Virginia Renzini y de la Lic. en Trabajo Social Doris Molina (Tutoras) durante los primeros 12 meses del programa y después puede decidir el municipio si las sigue contratando o no.
Vale aclarar que la Oficina de Empleo es un organismo municipal y de su capacidad operativa depende que pueda instrumentar o no algunos programas que bajan desde el gobierno nacional. En tal sentido, fue la capacidad operativa de la oficina de Jesús María la que le permitió incorporarse al Programa Jóvenes por Más y Mejor Trabajo.
Además, ha logrado insertarse con buena aceptación entre el sector comercial e industrial de la zona por la seriedad con la que vienen abordando la problemática laboral.
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