
Recientemente, se celebró el Día Mundial del Medioambiente. Curiosamente, este año más que en los anteriores se han desplegado muchas más iniciativas para celebrar esta fecha. Gobiernos de diversos países –el argentino también, claro- empresas, instituciones, políticos, medios de comunicación y ciudadanos están empapados de ecología. ¿El medioambiente está de moda o hay real conciencia?
Sería maravilloso creer que los argentinos estamos adquiriendo conciencia medioambiental, que le están traspasando nuevos hábitos a las generaciones venideras, pero la verdad es que vivimos otra realidad. Hay muy poca conciencia ambiental.
Son los niños los que están siendo de alguna forma “nativos ecológicos”, quienes impulsan y comunican a sus padres las iniciativas pro medioambiente que les enseñan en los colegios o liceos. ¿Pero qué sacan con trasmitirle los nuevos hábitos aprendidos si los adultos los frenan?
Un claro ejemplo es cuando llega un niño a su casa con la idea de reciclar los residuos sólidos domiciliarios. En el colegio le enseñaron a separar los tipos de basura (vidrio, metal, botellas de plástico, plástico en general y papel) en bolsas distintas. Aprendieron que reciclar una tonelada de papel evita cortar 14 árboles y previene la desforestación; una botella de plástico permanece en la tierra entre 400 y 1000 años si no se recicla; y que la fabricación de una tonelada de aluminio nuevo necesita de cuatro toneladas de petróleo.
Ellos toman conciencia de esto, pero no pueden hacerlo sólos. Lamentablemente, si los padres no compran las bolsas para depositar la basura, no disponen en el sector, patio o lavadero un espacio para colocarlas y no son capaces de llevar la basura para ser reciclada en los puntos limpios o de acopio en su comuna, la “cadena de ayuda o concientización” se rompe inmediatamente.
Lo mismo pasa con las empresas que lanzan al mercado productos que dicen en sus etiquetas que ahorran un 50 por ciento de energía, que están hechos con materiales reciclados o que el envoltorio es con papel hecho de árboles reforestados. ¿Es cierto todo esto? ¿O las empresas venden estos productos “amigables con el medioambiente o green” porque creen que el medioambiente está de moda y eso elevará sus niveles de venta entre los consumidores que también tienen esa convicción? ¿O lo hacen porque también está de moda el concepto de Responsabilidad Social Empresarial donde el medioambiente constituye uno de sus cuatro pilares? La real conciencia comienza desde el proceso de producción y la cantidad de emisiones de gases contaminantes y no se amortigua sólo comprando bonos de carbono. Va más allá…
Algo similar pasa con los medios de comunicación. Algunos se jactan de que son “carbono neutral” o que están comprometidos con el medioambiente porque publican una nota sobre el Día Mundial del Medioambiente y sus múltiples actividades.
Pero no sirve este apoyo una sola vez al año. El compromiso debe ser siempre. Después del 5 de junio el medioambiente seguirá siendo una noticia para tenerla guardada en el “escritorio” por si se cae una más importante o hay que cubrir espacio en el noticiero o en el papel por falta de noticias.
O será un tema considerado como contenido de nicho, sólo publicable en un programa de televisión o radio que se emite el fin de semana durante el día, pero por ningún motivo tiene espacio en horario prime.
¿De qué estamos hablando entonces? ¿Dónde está la real conciencia de los argentinos? Ésta debe comenzar por la educación en los hogares, continuar su aplicación en las empresas, ser foco de difusión permanente en los medios de comunicación, ser prioridad en las políticas públicas y convertirse en hábitos cotidianos –no de esfuerzo- de cada argentino.
La preservación del balance ecológico a todos los niveles en el planeta es vital para toda la humanidad y el mundo que nos rodea, por lo que la educación ecológica es clave para lograr las metas.
La moda es efímera, el problema medioambiental es permanente. El cambio depende de nosotros como individuos y como sociedad.
Fuente: Síntesis y adaptación realizada por Pedro Héctor Cornejo sobre un artículo cuya autoría le pertenece a Andrea Obaid C y que fue publicado en el diario La Tercera (Chile)
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