El ingeniero agrónomo y especialista en conservación de suelos David Torre viene formulando devoluciones parciales de un profundo estudio sobre las cuencas pluviales de nuestra región que viene realizando.
Torre fue contratado por los municipios de Jesús María y Sinsacate, el Consorcio de Conservación de Cuenca del Río Jesús María, y la Sociedad Rural de Jesús María que hizo el aporte económico más importante del total de 150 mil pesos que cuesta el estudio.
Durante la semana, Torre visitó los municipios de Jesús María y de Sinsacate y mantuvo reuniones con las autoridades y con los productores para explicarles los aspectos más destacados del estudio y las propuestas de intervención.
El estudio parte de una realidad: en las últimas temporadas de lluvia se registraron volúmenes de agua inmanejables y que se escurren a una velocidad increíble. En cuestión de horas, pueden inundar caminos, campos e, incluso, arrasar con un puente como ocurrió el 31 de enero pasado.
Frente a esa realidad y a la imposibilidad de saber si en el futuro las lluvias serán iguales o peores que las que venimos teniendo, la propuesta de este especialista en conservación de suelos se fundamenta en la necesidad de cambiar la velocidad de escurrimiento de las aguas generando cadenas de retención.
Es en ese contexto que la propuesta más importante de intervención tiene que ver con la necesidad de construir 90 “microembalses” en toda la cuenca que va desde el río Jesús María hasta Cañada de Río Pinto. Estas construcciones que aprovechan los recursos que ya existen en los campos privados tienen como objetivo retener el agua por períodos de cuatro o cinco horas y devolverlas al sistema natural de escurrimiento en 20 horas.
Claro que la mayoría de estos microembalses habría que construirlos en campos privados y, principalmente, en las zonas altas de las cuencas que es desde donde al agua baja con demasiada velocidad.
La noticia antipática es que, en la mayoría de los casos, la mayor parte del costo de estas obras debería ser absorbido por los propios productores. Sin embargo, Torre sacó una cuenta rápida que hizo reflexionar a los afectados. Por excedente de agua y arrastre y por erosión de los campos, un productor puede perder el 10 por ciento de su cosecha lo que representaría una pérdida de 10 mil pesos anuales cada 100 hectáreas cultivadas. De modo que las obras ayudarían a que no se pierda prácticamente nada y esa ganancia se ocupe para invertir en protección.
Propuestas para la cuenca alta y baja
El ingeniero David Torre hizo algunas propuestas
Para las zonas bajas también se formularon algunas propuestas de construcción de microembalses y comenzar a pensar en la sistematización de los campos. Tarde o temprano ese trabajo será indispensable porque en la zona alta de la cuenca rural la red de drenaje natural se alteró en un 40 por ciento en un término no superior a 20 años.
“Estamos llegando a un punto en que no queda más alternativa que ponerse a trabajar en la conservación de los suelos”, señaló Torre ante la mirada atenta de los productores que le escucharon presentar los informes parciales.
Jesús María tiene urgencia
Vale mencionar que, según el informe de Torre, un 37 por ciento de la cuenca de Jesús María todavía tiene las secuelas de los incendios forestales. Si a eso se le suma que el 97 por ciento de la superficie de la cuenca es de uso agrícola, el resultado es que el agua de lluvia cae de la misma manera que lo haría en una bandeja y lo vuelca rápido y copioso sobre la zona suroeste de la ciudad (Escuela de Gendarmería Nacional, barrio Los Nogales, avenida Miguel Juárez).
Las autoridades municipales ya obtuvieron los permisos de los propietarios para construir seis microembalses de retardo que demorarían el escurrimiento y la velocidad del agua para que no afecte a ese sector de la ciudad. Paralelamente, han obtenido el compromiso “de palabra” por parte del gobierno provincial de auxilio económico para encarar algunas de las obras.
3 de los microembalses de retardo habría que ejecutarlos en campos de propiedad de la familia Pautasso, dos en campos de la familia Kaugcherian, y uno sobre el camino público de Puerta de Hierro. Cada microembalse afecta entre 1,6 y 3,6 hectáreas. La parte más onerosa de la ejecución de obras es el movimiento de tierra que habría que hacer, unos 18 mil metros cúbicos, estimado en 191 mil pesos. El resto de la obra se compone de tubos de 0,80 metro y una mínima parte de mampostería. En total serían necesarios invertir 270 mil pesos para los seis microembalses.
Este Proyecto de Ordenamiento Cuencas Hidrográficas de Aporte a la ciudad de Jesús María era la condición que la Provincia exigía para poder intervenir sobre los cursos de agua naturales. Con el estudio en mano, las posibilidades de que el área de Recursos Hídricos se niegue son mínimos, o al menos eso se supone.
Sin embargo, uno de los mejores auspicios es que, en forma individual, una decena de productores ya comenzaron a trabajar para resolver con recursos propios las problemáticas en que sus campos se ven afectados y otro grupo similar les señaló a las autoridades municipales de Sinsacate y Jesús María su predisposición para hacer todo lo que esté a mano.
Sinsacate también apura
La cuenca hidrográfica de Sinscate tiene unas 30 mil hectáreas y la localidad está prácticamente al final de esa cuenca donde ya registró algunos puntos críticos como en el Camino Real y otros caminos y campos cultivados. Para esa cuenca, la sugerencia de Torre es ejecutar 28 microembalses de retención.
Obviamente, que también el río Jesús María necesita obras de rencauzamiento, particularmente desde la Ruta 9 hacia aguas abajo y que se planificó ejecutar (está al firmar la adjudicación de esas obras) y controles para impedir la extracción indiscriminada de áridos en la zona alta del río.
Contratan a un Ing. Agronomo para un estudio de cuencas????
ResponderEliminarEs como convocar a un abogado para curar un enfermo!!!!
Abajo de sus pies tienen una capacidad de almacenamiento de agua del tamaño de 2 diques San Roque, siiii se llaman napas y ahí solía ir el agua de lluvia cuando no escurría tan rápido. Llamen a Hidrogeólogos, Ings. Civiles, Biologos (ecosistema de por medio), Agronomos (para contar como liquidan ellos y sus patrones todo vegetal viviente con complicidad de Monsanto y Cia, y así eliminan sistemáticamente elementos de retención natural de las aguas, (se llamaba monte). Bueno, para que seguir si nuestro destino ya está fijado :(
Estimado
ResponderEliminarRespeto su anonimato..........la consultora que trabaja en el Estudio de la Cuenca no solo cuenta con los profesionales que Ud demanda, hay ademas Lic. en Psicologia y Sociologos....quienes analizan en particular opiniones como la suya.....Gracias por su colaboracion. La consultora.