
Por: Pedro Héctor “Pilo” Cornejo (DT Nacional de Fútbol, ATFA 2313/23)
El Mundial de Fútbol que cada 4 años organiza FIFA ha tocado a su fin.
Todo el mundo en todos los niveles sociales estuvo pendiente durante un mes de todo lo que acontecía por primera vez en territorio africano, más precisamente en Sudáfrica, al sur del continente.
Lejos quedó el primer torneo realizado en Uruguay en 1930 y el nuevo Campeón también era la primera vez que obtenía el título repartido durante 80 años entre Uruguay, Italia, Alemania, Brasil, Inglaterra, Argentina y Francia. El país de Sudáfrica, organizador del 2010, puso en evidencias culturas distintas ya que sus habitantes se inclinan más por el Rugby, producto de la influencia inglesa colonizadora.
Sin desmerecer a los equipos que llegaron a las finales, quizás el Torneo mostró más frustraciones que novedades. En forma temprana quedaron en el camino Italia y Francia siguiendo luego en las fases siguientes Brasil, Inglaterra y Argentina.
El campo quedó abierto para un representante sudamericano, Uruguay que, de paso, entró al Torneo al último en el repechaje de las eliminatorias en nuestro continente americano. Mientras tanto también Chile con la conducción de Marcelo Bielsa lograba resultados positivos aunque quedándose en octavos al igual que Paraguay. Entre los 4 semifinalistas en la que estaba Uruguay, estaban potencias europeas como España, Alemania y Holanda y de los dos finalistas, solo Holanda en el 74 y en el 78 habían llegado hasta esa instancia. Lo paradójico es que los Técnicos holandeses después del 78 se asentaron en España y fueron creando el estilo, muy holandés, principalmente en el Barcelona, que con los años se transformaron en juego vistoso y efectivo, llegando los catalanes ganar en el 2009 todos los Torneos que participaban (con Messi como goleador) y como la Selección española se nutre en mayoría con jugadores del Barsa, se presumía que en África, si se cumplía la lógica, serían principales animadores y vaya si lo fueron.
Argentina conducida por Diego Maradona demostró que no siempre un extraordinario jugador de fútbol puede ser un buen conductor técnico de un equipo que contó con jugadores que brillan en el fútbol mundial y en los equipos más poderosos. Una clasificación americana un poco complicada presagiaba dudas. El reiterado anuncio de Diego que jugaría con un Sistema 4-4-2 lo cambió durante la preparación tomando referencias a un intrascendente partido amistoso en que se le gana a Alemania. Decide entonces jugar atacando con 3 jugadores (Messi, Higuaín y Tévez) afectando entonces el Sistema defensivo teniendo que “inventar” un Lateral-volante por derecha por lo que la parte del medio juego, y aún intentando cambios, ya no pudo tener la solvencia necesaria para jugar un Mundial. Messi, Di María, Jonás Gutiérrez, Otamendi, por nombrar solo a cuatro jugadores, ya no lo hacían en sus puestos habituales o sea que más de un 30 % del equipo tenían resentidas las posibilidades de hacerlo en los puestos por el que fueron convocados. En ningún momento el equipo jugó “como quiere la gente” según equivocadas expresiones de Diego, y el equipo que empezó con la idea de atacar para defenderse con solvencia tuvo que cambiar y defenderse para poder atacar cuando podía. El “as de espadas” que a priori significaba Lionel Messi, se lo vio más de una vez jugando detrás de la línea del balón, muy lejos del arco contrario y muy lejos entonces de los espacios donde más pesa si tomamos el equipo donde juega, el Barcelona, y donde es el goleador.
A pesar de todo y entre 32 participantes, de acuerdo al Ranking de la FIFA, quedamos quintos delante de Brasil, Inglaterra, Italia, Portugal, México, EE UU.
Podemos pensar entonces que finalmente no nos fue tan mal pero esto es lo que nos queda como consuelo nada más porque futbolísticamente dejamos mucho que desear y para un país futbolero como somos nosotros, no fue un buen Torneo, no fue una buena participación y quedamos en deuda a pesar de los calificados jugadores que tuvimos.
Bienvenida España Campeona, Bienvenido un nuevo Campeón. Brasil en el 2014 nos espera y todos los argentinos, sin distinción de colores, esperamos un mejor papel y ojalá, sin las ensordecedoras y molestas Vuvuzelas.
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