Adiós, ciudad de mi infancia...

Crecen las ciudades, se transforman, y ese cambio llena de melancolía y reproches a los que cuestionan el modo de progresar.

Por: Adrián Rolfo (vecino de Jesús María)

Tus veredas me recuerdan...aún reconocen mis pisadas, ellas guardan los secretos de mis largas andanzas. Por la siesta tus grandes árboles me esperaban, no era casualidad, a cada paso que escalaba aparecía una rama...
Estaba seguro que había un pacto... un mutuo compromiso de lealtad, mas nunca imaginé otra vida lejos de tus calles, desde niño en tus tierras sembré mis esperanzas...Compartimos los dos nuestros mejores años, yo los de mi infancia y tu los del crecimiento, el genuino crecimiento que invitaba al trabajo y la perseverancia.
Qué ha pasado entre nosotros... ciudad de mi infancia, que ya no me albergas, que ya te siento extraña. En qué momento dejé de merecerte, cuándo fue que se rompió nuestro trato, si tú estabas en mis planes, así de inaccesible... nunca te hubiera imaginado.
Cuánto más deberé esforzarme para no sentirte ajena, cada vez que los contratos asfixian y las eternas mudanzas llegan... Cuando volveré a estar en tus planes ciudad de mi adolescencia, cuando llegará ese día... que tu progreso deje de pensarse en términos de apariencia.
Me embelesan por momentos tus floridos canteros, tus modernas edificaciones, pero no logran más que recordarme a aquella muchacha inalcanzable, que a todos entusiasma pero a nadie necesita, sólo para las miradas se pone bonita...
Mensajes contradictorios se desprenden de tus postales... cifras siderales en inversiones inmobiliarias sugieren un clima de festejo, un ostentoso escenario con pocos invitados... sólo a firmar onerosos contratos, la gran mayoría estamos convidados.
Adiós ciudad de mi adolescencia... mis brazos ya no te abrazan, mis anhelos ya no te alcanzan..., una mochila de de-sengaños se han vuelto tus promesas, que hace peso y resta aliento a quien sólo sabe de trabajo... Un bien exclusivo son tus tierras, que premia a los premiados y oprime a los castigados, un “daño colateral” de las leyes del mercado.
Claudio Minoldo

Claudio Minoldo

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