La última crecida del río no sólo se llevó el puente sobre ruta 9 sino que arrancó una fracción del basural y llevó basura aguas abajo.
Hace dos años, el programa de televisión ADN del periodista Tomás Méndez dedicó un espacio a denunciar la contaminación de la que era responsable el municipio de Jesús María sobre el río Guanusacate. La denuncia formulada era que el municipio estaba arrojando al curso de agua cantidades por encima de las permitidas de bacterias coliformes fecales. O en otras palabras, que las lagunas de cloacas no funcionaban como correspondía y el agua mal procesada iba a parar al río. El caso es que la denuncia televisiva terminó en denuncia penal por parte de Raúl Montenegro, de la organización ambientalista FUNAM, quien acompañó a Méndez en la elaboración del informe sobre el problema ambiental local.
Mucho hizo el municipio desde entonces para corregir la deficiencia en este tema pero la última creciente del río del 31 de enero le disparó otra bomba ambiental cuando se desprendió una parte del basural y toda la basura que estaba enterrada en esa fracción se desperdigó hasta varios cientos de metros más adelante, contaminando las márgenes del río y dos campos aledaños.
Si bien el accidente no es atribuible a la actual gestión municipal, el problema no deja de ser de la Municipalidad y sin contra que las últimas cuatro gestiones vienen realizando un enterramiento de residuos en condiciones muy lejanas de las que se debieran practicar para cuidar el ambiente. Quien tiene que resolver sus problemas ambientales fue, en este caso, quien generó otro problema más.
Es cierto que la mayoría de los desperdicios que la corriente desparramó son inorgánicos y que muchos de ellos son reciclables pero no menos cierto es que esos desperdicios están contaminando el suelo y el agua en el sector. O dicho de otro modo, es una razón más por la que el río es agredido en su integridad.
La remediación del problema tiene dos aspectos. El primero de ellos es sencillo: el municipio contratará a una cuadrilla de diez hombres para sacar la basura que se desparramó, tarea que podría demandarle cerca de un mes ya que la superficie afectada es de unas 80 hectáreas.
El segundo aspecto, más complejo, tiene que ver con el cierre definitivo del basural municipal, con su traslado a otro predio donde la disposición final de los residuos se realice como corresponde.
Entre los anuncios formulados por el intendente de Jesús María el año pasado, uno de los que se destacó fue, precisamente, el de la solución definitiva para el problema del basural. Marcelino Gatica señaló que la ciudad contaba con los fondos para la compra e incluso para la expropiación de un terreno. Ahora, parece que el plazo sería fines de 2010.
El predio del basural no se ve, no es visible para los vecinos, pero eso no quiere decir que el problema de un inadecuado tratamiento para los residuos se pueda posponer indefinidamente. La situación es muy delicada y necesita decisiones en el corto plazo.
Panorama Deportivo
31 de enero 2010
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creciente
Guanusacate
río Jesús María
Denunciaron otra contaminación en el río Guanusacate
Claudio Minoldo
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