De una reflexión de José Pablo Feinmann a propósito de la muerte del ex presidente.
Por: Mario Vicente (Militante kirchnerista de Colonia Caroya)
Cuando la noticia del fallecimiento del ex Presidente Néstor Carlos Kirchner inundó los medios de toda la Argentina, los que conocimos personalmente al hombre, los que supimos, en su vida, entender su pensamiento, su forma de ser, sus convicciones y su idea de País, sufrimos un inmenso dolor.
Vale la pena recordar que Néstor Kirchner fue el Presidente que se encargó de indicar el rumbo y de dirigir nuestros destinos, luego de que gobiernos obsecuentes al poder económico nacional y sumisos al “Primermundismo” destruyeran la economía y con ello el sueño y las posibilidades de millones de argentinos.
Néstor Kirchner, durante su mandato, evitó la hipoteca de millones de hectáreas de campos, refinanció y condonó muchísimos créditos al sector agrícola-ganadero; potenció el crecimiento agrícola y la industria metalmecánica Argentina. Pero en algunos sólo quedó presente la Resolución 125, la cual recién hoy muchos pequeños productores comienzan a entender.
Néstor Kirchner obtuvo la Independencia Económica, librándonos con sus políticas de Estado del FMI y sus recetas letales para nuestra sociedad, logrando además una de las negociaciones más importantes en la reducción global de la deuda externa.
Néstor Kirchner reestatizó los fondos de los jubilados, menguados por las AFJP, que sirvieron durante una década para negociados entre los “poderosos” de la Argentina.
Néstor Kirchner era auténtico, sin dobles discursos. Supo darle nombre y apellido a los traidores, que amparados por el poder económico y mediático, buscaron y buscan destruir un proceso de crecimiento social conjunto. Aún me resulta inentendible que en la Argentina esté más aceptado que los “poderosos” utilicen un títere de Presidente y dejar en la peor indigencia a 2 ó 3 millones de personas, a que un verdadero Líder enfrente a estos señores (llámese SRA, Mega Empresas Nacionales, Multinacionales y Bancos de Fondos Buitres) y trate de equilibrar la balanza social Argentina.
Ahora, con su muerte comienza a divisarse su real dimensión; por qué será que la gente humilde, los artistas, los trabajadores, los científicos, etc, etc, lo despiden. Por qué será que toda Latinoamérica lo despide. Por qué será que el Mundo y hasta el Papa Benedicto XVI envío sus respetos al Líder que se nos fue. Es lamentable que como argentinos aún no sepamos identificar quienes nos brindan un concepto de Nación Para Todos. Ahora, con su muerte, hasta sus acérrimos adversarios políticos se rinden, fuera de sus conveniencias, a la realidad que como Líder Nacional poseía NCK. Suelen decir sus detractores que era una persona que “confrontaba”, ojalá muchos políticos sean “confrontativos” y tengan las ideas, la pasión y el patriotismo para dar su vida por nuestro país como lo hizo NCK.
Humildemente, creo que NCK, nos devolvió a los argentinos la autoestima y nos hizo entender que somos capaces de dirigir y gobernar nuestra Nación. Nos invitó a soñar con un País más justo, dio su vida e hizo mucho para poner en pie a una Argentina devastada por “la peor guerra económica de todos los tiempos”, él nos dejó un legado que hay que continuar porque aún queda mucho por hacer por nuestra Querida Argentina, para que el bienestar y la justicia social llegue a todos los que habitan este Gran Pueblo Argentino.
¡Gracias Néstor, por tu vida e ideales! ¡Hasta siempre, compañero!

Claudio Minoldo
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