Para seguir hablando de accesibilidad, el bailarín Demián Frontera, integrante de Mundo Alas visitó Jesús María para dialogar con alumnos de colegios secundarios sobre el tema.
Por muchos motivos, Demián Frontera merece respeto -entre otros por su calidad como bailarín en silla de ruedas- pero fundamentalmente por su integridad como persona y por su defensa cerrada sobre los cambios que tiene que encarar nuestra sociedad para ser más inclusiva. Visitó Jesús María la semana pasada y dialogó dos días seguidos con unos 2000 alumnos de nivel medio sobre la problemática de la accesibilidad y la inclusión.
¿Cómo vivís la discapacidad en tu caso?
- Hace 22 años que estoy en la silla y cuando me accidenté no recuerdo haber escuchado terminologías como “transporte accesible”, “educación inclusiva”, “accesibilidad”, “integración”, “igualdad”. No recuerdo haber escuchado eso. Los lugares eran inaccesibles y, de hecho, cuando mi madre buscaba colegio para mí la enviaban a un colegio donde trataban la discapacidad mental. Avances hubieron un montón, pero si nos comparamos con otros países que tiene mucho más avanzado el tema, falta todavía.
Una parte de lo que falta tiene que ver con quienes comandan un país, con la parte gubernamental, pero otra parte tiene que ver con la educación y con la sociedad. Que uno sepa, por ejemplo, que no puede estacionar en un lugar donde hay un cartel que dice reservado para discapacitados. La idea es poder construir desde esta desconstrucción que fue el neoliberalismo que fomentó y generó el individualismo.
Implica hacer hasta un cambio de lenguaje
- Desde luego, hacer el cambio de la terminología “capacidades especiales” o “necesidades diferentes” que a mí en particular como persona con discapacidad me molesta eso porque al decirnos con esos términos me están poniendo en un gheto en el que no quiero estar. Si hablamos de para todos, sociedad, e igualdad, me están poniendo en un lugar que no va. Aparte, otro punto de partida es que aprovechamos la convención de las personas con discapacidad para señalar que se erradicó esta terminología por dos motivos: primero, porque capacidades diferentes tenemos todos en distintos momentos de la vida. Necesidades especiales también. Para la mamá de cualquiera de ustedes, son especiales. ¿La especialidad de qué parte estamos hablando, entonces?. Lo importante es que la terminología es “persona con discapacidad” que lo transforma en un sujeto de derecho como todos con la diferencia de que cada discapacidad tienen una necesidad distinta: un ciego necesita un bastón, un hipoacúsico un audífono, o yo necesito una silla de ruedas para desenvolverme en la vida que es considerada una ayuda técnica para la ley.
Y después vienen los acondicionamientos sociales que implica que un lugar público tiene que tener acceso para todos: rampas, ascensores, etcétera.
El vocabulario que se usó sobre el tema estuvo muchos años vigente ¿Cómo hacer para poder avanzar cuando el lenguaje es tan poderoso?
- Creo que los medios (de comunicación) tienen un rol importante en esto en lo que es la formación y la construcción de un país. Pero también los docentes tienen que ver, los gobiernos tienen que ver. Aparte, esta terminología esta asociada a una década que fue bastante fea que vivió Argentina que fue la del ´90. Sabemos quién estuvo y qué es lo que pasó. Hago esta asociación para que sepan a qué década no queremos volver nunca más. La manera de cambiarlo es esto: un aporte desde mi lugar como persona con discapacidad y aprovechando que me hice conocido con Mundo Alas. Para mí, es tener sentido común y, antes que eso, ser un poco más respetuoso. El respeto no pasa por decir ¡uy, mirá, hay una persona con discapacidad, le voy a preguntar si necesita ayuda!. Pasa por no ocupar un espacio donde no se puede estacionar o donde hay una rampa. El punto de partida es el respeto al otro, salirte un poco de vos y saber que hay un otro.
Al respeto habría que acompañarlo no sólo con el lenguaje sino también con cosas concretas: una rampa en la esquina, un lugar para acceder al transporte público, o puedas disfrutar de un espectáculo.
- En Argentina hay provincias que trabajan mejor que otras la temática. Esto depende de quien está a cargo de llevar adelante la gestión provincial o municipal. Insisto en que el punto de partida es el respeto al otro y si ese otro es una persona con discapacidad, saber que tiene una necesidad específica o distinta a la tuya.
A los jóvenes les sorprende mi historia y experimentan un cambio de lugar y eso está buenísmo. De sólo pensarlo ya les agarra un poco de cosa.
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“El punto de partida es el respeto al otro, salirte un poco de vos”
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