
Hace 90 días, aproximadamente, que las instituciones de nuestra zona –convocadas por el Centro Comercial- esperan que les otorguen una audiencia con el gobernador Schiaretti o con el ministro Hugo Testa para exponerles la indignación que provoca en la región pagar un peaje de cuatro pesos por una ruta cuyo estado es lamentable: la ruta 9 norte.
Hay un rosario de quejas para exponer sobre el asunto, empezando por la inclinación errónea que tiene la variante Juárez Celman y que ha ocasionado varios tumbos en vehículos menores y en camiones. En algunos de esos accidentes, incluso, han muerto personas.
Otra queja es por la inseguridad que se genera en los que ingresan a Córdoba por la variante Juárez Celman a raíz de los ataques que sufren los automovilistas con piedras, obstáculos sobre la ruta, y rotura de cristales y neumáticos con todo tipo de objeto. Además de estos atentados, se han perpetrado una importante cantidad de robos en ese sector.
En tercer lugar, la dificultad que representa traspasar a los vehículos del transporte pesado porque la ruta tiene una deficiente señalización horizontal. Hay tramos completos de doble línea amarilla donde debiera haber línea blanca.
Si uno tiene un accidente sobre la ruta 9 norte, olvídese de tirarse a la banquina porque no hay y más vale que tenga un teléfono móvil para pedir auxilio para la mayoría de las torres de S.O.S no funcionan.
A la nómina de calamidades, hay que sumarle el tiempo que uno debe esperar hasta que le cobren el peaje, generalmente mucho más que el tiempo que está estipulado por convenio y por el que deberían levantar las barreras cuando se pasa de los dos minutos de espera.
Y si llueve, la cuestión empeora totalmente en dos tramos, antes de llegar a Estación General Paz (yendo desde Jesús María a Córdoba) y antes de llegar a la variante Juárez Celman. Se acumula tanta agua allí que no se puede transitar, excepto por el medio de la ruta, sin contar las veces en que directamente no se puede transitar porque la cantidad de agua lo hace imposible.
La comparación con la autopista Córdoba-Carlos Paz indigna. Ellos pagan dos pesos por una ruta en buen estado y nosotros el doble por una porquería. En la 9 norte, el 35 por ciento de los vehículos que transitan son camiones que pagan más de 20 pesos para cruzar el peaje. Ello supone que le genera a Caminos de las Sierras un ingreso muy importante como para que la inversión sobre esta ruta sea prácticamente cero.
Por todos estos motivos, el Centro Comercial impulsa una campaña de peaje cero hasta tanto se realicen acciones y obras que tornen menos peligroso el tránsito por esta vital arteria, casualmente la que une Buenos Aires con Jujuy. Pero la audiencia se hace esperar.
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