Por: Rodrigo M. Chaves (vecino caroyense)Desde octubre del año 2009 estuve participando de una espontánea asamblea de vecinos que se llamó Caroya por la Vida, cuyo objetivo primero fue evitar que el actual gobierno local permitiera a la empresa Personal instalar celdas de telefonía celular, nada más ni nada menos que en el techo del edificio municipal. Nuestro camino de lucha se inició con el antecedente de un vecino caroyense que colectó más de 800 firmas en oposición a la ordenanza que permitía el proyecto de la antena. Luego nos sumamos algunos vecinos más y organizamos la visita del biólogo Raúl Montenegro para informarnos al respecto. A partir de esa charla conformamos el grupo, comenzamos a juntarnos semanalmente en reuniones abiertas a las que constantemente fueron incorporándose más vecinos de distintas edades e ideologías que le dieron al grupo la fuerza y el poder ciudadano suficiente para actuar. Primero convocamos a un abrazo simbólico al edificio municipal con más de 150 personas, colmamos la sala del Consejo Deliberante, conseguimos la audiencia con el Sr. Intendente Visinitín para proponer una solución concreta de dónde instalar las antenas. Luego, ante la falta de respuestas del ejecutivo realizamos otro abrazo simbólico con más de 70 personas. Redoblamos nuestros esfuerzos y en el mes de diciembre organizamos lo que el intendente nos pidió: un debate entre dos especialistas para que el pueblo y los gobernantes nos informáramos y, así demostráramos, a través de personas idóneas en la materia, si las ondas de las antenas de telefonía celular son dañinas o inocuas a la salud de las personas y el ambiente.
Ese debate del día 17 de diciembre en el Centro Integrador Comunitario fue, quizás, la muestra de participación ciudadana más contundente del año 2009 en Colonia Caroya. Asistimos casi 200 vecinos y la presencia del Secretario de Salud y Medio Ambiente, el Dr. Chalimond fue fundamental para demostrar que los vecinos siempre buscamos el diálogo y el encuentro con nuestros gobernantes y funcionarios para solucionar este problema social. El mismo Dr. Chalimond valoró este feliz encuentro que demostró que el pueblo de Colonia Caroya sabe buscar soluciones con educación y civismo.
Pero otra vez, al día siguiente, el Sr. Intendente volvió a traicionarnos y darnos la espalda.
Igual resultado obtuvimos en la audiencia con el Consejo Deliberante del día 18 de diciembre.
En este año 2010 un grupo de vecinos seguimos reuniéndonos, trabajando también con otras problemáticas ambientales. Y continuamos con nuestra preocupación ante la actitud misteriosa de los funcionarios caroyenses con respecto a las antenas (tanto en el Lote XV como en las calles 22 y 124), nos sentimos absolutamente desinformados de qué harán finalmente las empresas. A través de la prensa, el ejecutivo y el legislativo sólo han expresado contradicciones con respecto a las ordenanzas vigentes o información incompleta.
Mientras tanto nosotros, los vecinos ya nos estamos acostumbrando a reunirnos, a estar alertas, a organizarnos y luchar por lo que creemos justo para todos y eso es lo que me impulsa a escribir esta nota. Ya que siento que esta experiencia ha sido una pequeña, pero dignísima acción democrática. Sólo así, participando, vamos a transformarnos en Comunidad algún día, vamos a vencer el individualismo que nos conforma o nos paraliza socialmente.
Hemos soportado la indiferencia, el ninguneo y hasta la traición por parte del actual gobierno radical, hemos escuchado todo tipo de chicanas políticas y científicas. Pero lo que vivimos el día miércoles pasado en la Reunión del Consejo Deliberante fue literalmente una humillación.
El concejal Mario Rojas tuvo la nefasta desdicha de decir que las acciones del grupo de vecinos que luchamos contra las antenas le recuerdan a gobiernos totalitarios. Y nos acusó de sembrar miedo en la sociedad, a través de nuestras maniobras desinformativas al respecto de los efectos de las ondas electromagnéticas. Dijo que en nuestro país antes hizo falta hacer desaparecer a 30.000 personas para lograr el control del resto de la población mediante el terror. Y que hoy, nosotros, los vecinos “anti-antenas” estamos logrando el mismo efecto con nuestras mentiras.
Escuchar esta lamentable y peligrosa comparación por parte de un edil en una sesión legislativa ha sido la experiencia más humillante en mi corta vida de participación ciudadana.
Realmente sentí dolor y desamparo ante la pasividad con que el resto de los concejales tomaron las desafortunadas expresiones de Rojas. Pero, después lo pensé más tranquilo y creo que ellos no entendieron semejante atropello hacia los vecinos. Porque no entienden ni valoran que cientos de ciudadanos se estén organizando, movilizando, informando, juntando miles de firmas en defensa de la vida y defendiendo lo público en contra de empresas inescrupulosas y políticos egoístas.
Creo que ellos no nos entienden porque no entienden nada, o casi nada, a la Democracia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario