En un potrero, los pibes del comedor El Gaby sueñan con ser el próximo Messi o Maradona

Hace poco jugaron en el Kempes los juegos Evita y salieron subcampeones después de ganar cuatro de los cinco partidos que disputaron. Desde que hacen fútbol, los chicos ganaron tres medallas y un trofeo y tienen algo útil para hacer.

A las cuatro en punto de la tarde, los chicos van llegando al comedor El Gaby en Sierras y Parques para tomar el mate cocido con unos bollos de pan francés. Hay chicos y chicas de todos los tamaños. Algunos más callados, otros más extrovertidos. Por ahí, el aire se corta con alguna mala palabra que es reprendida de inmediato y se acaba todo.
Es miércoles y el sol está abrasador en Sierras y Parques, pero eso no les resta ánimo a los chicos que juegan al fútbol en unas improvisadas canchitas que están detrás del comedor y donde será en algún momento el polidepotivo que prometió la Municipalidad de Jesús María.
Hubo que desmontar, limpiar, correr, sacar, y emparejar el predio para que quede ese potrerito donde se amasan sueños. Y la tarde se llena de gambetas, de gritos, de pedidos para que el árbitro del encuentro pite las faltas, de sonrisas, de complicidad.
Están avisados los más grandes de que no tienen que golpear a los más chicos y estos aprovechan la venia para pegar unas cuantas patadas amparados bajo esa ley no escrita.
“mirá, sacame una foto que en la próxima voy a hacer una chilena”, pide uno con hambre de fama. Y de-sata una carcajada entre sus compañeros.
Y es que el fútbol les viene enseñando a esos pibes que hay actividades para hacer en el barrio, que es posible juntarse con amigos, armar equipos, divertirse, y dejar de pensar en la calle como el lugar donde pasan cosas malas. Los saca de las esquinas en las que otros apuran una “birra” o un “tetra”.
Vaya nuestro reconocimiento para Quiquito, Ariel, Fernando, Daniel, Milton, Joel, Huguito, Alexis, y Erwin que fueron los chicos de la clase 2000 que jugaron a fines de octubre en el estadio Mario Alberto Kempes cinco partidos de los que ganaron cuatro y se consagraron subcampeones de los juegos Evita 2012.
Joel se pronuncia a favor de que la escuelita de fútbol que funciona en el barrio progrese porque le gusta jugar y compartir con los chicos. Asegura que se divierte mucho con la actividad.
En un parate del partido, José Luis narra lo que sintió cuando jugó en el Kempes: “Estuvo bárbaron ese campeonato. Cuando sea grande me gustaría ser jugador de fútbol de Boca y jugar de 9. Acá, con (Sergio) Luna ya llevamos ganadas tres medallas y un trofeo”. José Luis dijo que le gustaría ser como Martín Palermo, pero asegura que está lejos todavía de lograr ese objetivo.
Milton es uno de los más calladitos del grupo y escucha de boca de los otros cómo narran que en la final hizo dos goles. El primero fue una pelota que tiró al ángulo superior derecho después de gambetear a un par de jugadores rivales. En el segundo gol, cambió de estrategia y la mandó al fondo de la red, pero abajo.
“Me sentí contento porque era la primera vez que iba. El Kempes me pareció muy lindo y no pensé que era tan grande. No fue como cuando lo veía en la tele que no parecía tan grande. En nuestro equipo andan bien todos, son buenos compañeros, aunque a veces se la ‘morfan’ un poco”, señaló Milton haciendo gala de una locuacidad que no le conocimos cuando recién llegamos al predio.
Milton también asegura que le gustaría ser jugador de Boca y jugar de 9 como Palermo y trata de no perderse ninguna de las prácticas de la escuelita.
Sergio Luna, coordinador del comedor El Gaby y de este proyecto futbolítico echa una carcajada cuando se le pregunta por sus habilidades deportivas. Asegura que es una “ojota” (un calzado que no sirve para la realización de ningún deporte), pero suple su falta de habilidad con esfuerzo, entrega, y maña.
“La verdad es que esto es como el sostén de todo, como sacarlos de los quilombos, de todos los problemas. Para los chicos hacer deportes se transformó en lo principal”, comenzó diciendo Luna.
El terreno donde armaron las canchas era puro monte. Hubo que prepararlo desde cero y se hizo con auxilio del municipio jesusmariense que ha prometido transformar el predio en un polideportivo con pileta semiolímpica y todo.
“Va a ser el puntapié -añadió Luna- para el barrio que nunca tuvo este tipo de actividades. Hubo en algún tiempo profesores de Educación Física que dejaron de venir y los chicos quedaron colgados. Como estaba trabajando con los chicos, me dije ‘a ponerse los pantalones’ y comencé”.
¿Por qué no pensar que si Maradona salió de los potreros de Villa Fiorito desde Sierras y Parques puede salir el próximo? “Durante la entrega de los premios, había un jugador veterano de Talleres que les decía que la posibilidad que tuvieron los chicos de jugar en el Kempes él no la había tenido cuando fue chico. Los felicitó y alentó para que sigan”, añadió el entrenador.
Cabe aclarar que a la escuelita le resulta difícil competir contra otros equipos porque no están federados y están muy lejos de poder hacerlo. Por eso, aprovechan las posibilidades que se les brinda de ir a jugar estos campeonatos de dos o tres días. Eso fue posible por la ayuda que recibieron del funcionario Diego Brazzale de la Agencia Córdoba Deportes.
En Sierras y Parques, unos 50 niños y 25 niñas enarbolan sus sueños en la canchita. El fútbol les hace olvidar, aunque sea por un rato, de la difícil situación en la que muchos viven mientras esperan ser el nuevo crack.
Claudio Minoldo

Claudio Minoldo

Related Posts:

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Con la tecnología de Blogger.