Ascender en la pirámide social es un ejercicio directamente proporcional a la inversión en educación que hagan nuestros gobernantes y en todo nivel.
Crisis es sinónimo de oportunidad. Cada crisis funciona como un espiral que siempre te elevará después de haber tocado fondo. Lo preocupante en estos tiempos posmodernos está relacionado con el discurso que asegura que todo está en crisis. Cada institución parecería atravesar un momento crítico. Se habla de crisis en la institución Justicia, se habla de crisis en la institución Policía, se habla de crisis en la institución Gobierno, y también se habla de crisis en la institución Escuela.
Es probable que la Educación haya atravesado la más feroz transformación en la última década a raíz de la aparición de la tecnología y de Internet. Teléfonos, tablets, cámaras, grabadores, todo on-line las 24 horas de día.
Pero también es probable que esa irrupción de la tecnología, acompañada recientemente por la aparición de las redes sociales y el concepto 2.0, representen el nuevo desafío para los educadores que se están formando.
Crisis es sinónimo de cambio y tenemos que tomar los cambios no como algo que rompen sino que tienden puentes. Pues que es, sino, la posibilidad de reencontrarse con un amigo de la infancia en una red social, saber cómo cambió su apariencia, cómo son sus hijos o su pareja, cómo es el lugar donde vive ahora. La tecnología acortó las distancias.
Ésa es la distancia que tienen que acortar los educadores del mañana. Imagino a los maestros del mañana sacando dudas a través de skype o del chat. Enviando correcciones a través del mail u otro tipo de mensajes, interactuando en las redes con sus alumnos, extendiendo el contacto más allá de las paredes de un colegio.
Pero también imagino un Estado preocupado por los educadores, preocupado por su capacitación, brindándoles las herramientas tecnológicas y teóricas más sofisticadas, ofreciendo programas de formación continua y gratuita, mejorándoles los salarios, devolviéndoles el prestigio que fueron perdiendo.
Imagino un presidente o una presidenta que defienda y valore su rol para la sociedad y no que los denoste cuando protestan.
E imagino un Estado que no tenga miedo de ir incrementando el presupuesto anual para el ítem Educación.
De la mano de esos sueños, vendrán los nuevos ciudadanos, los que serán capaces de aplicar la criticidad con ánimo constructivo, los que serán capaces de interpelar a los incapaces, los que estarán en condiciones de reemplazar a los cientos de políticos que no han hecho otra cosa que esquilmar los fondos públicos sin retribuirle en servicios lo que la sociedad demanda.
Si Argentina tiene futuro, lo tiene de la mano de una Educación de calidad, universal, de acceso gratuito, la que soñaron los precursores en el siglo XIX. Argentina fue distinta cuando tuvo estándares altos en Educación y ese sitial debiera ser la nueva meta que emprendamos.
Panorama Deportivo
editorial
educacion
semanario primer dia
Editorial: El rol de la educación en este tiempo
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario