Malabrigo cuenta con un espacio de participación comunitaria hecho con fondos nacionales y propios

Gentileza: María Rosa Ponce
Fue inaugurado recientemente con actividades hechas por una mesa que juntó al barrio con otras instituciones. Albergará la guardería,  talleres y servirá para que funcione el Centro Vecinal.

Los vecinos decidirán cómo se llamará en el futuro el Espacio de Participación Vecinal que se inauguró la semana pasada en el barrio caroyense de Malabrigo.
Es un edificio que se construyó con fondos provenientes, mayoritariamente, del gobierno nacional a través de la Comisión Nacional de Tierras para el Hábitat Social que depende de la Secretaría General de la Presidencia de la Nación. Allí,  la superficie está dividida en dos espacios: por un lado, un salón de usos múltiples con baños y una oficina donde funcionará en el futuro la sede del centro vecinal para que pueda desarrollar alllí actividades de todo tipo. El segundo espacio es para que funcione la Guardería Municipal que tiene también baños, oficina, y un espacio generoso. Con estas instalaciones, el municipio deja de alquilar el predio donde hoy tiene el apoyo escolar y algunos de los talleres municipales que Caroya presta en el barrio.
En 15 días, los actores de la región que formaron la mesa barrial volverán a reunirse para ir diagramando los acuerdos de convivencia sobre el uso del edificio. En síntesis: que el vecino sepa cómo tiene que cuidar y devolver el espacio si lo utiliza para un evento familiar, entre otros aspectos.
Malabrigo tiene Guardería desde hace 30 años y es la primera vez que va a contar con su propio edificio. También se mudarán los talleres que hoy funcionan en el edificio alquilado.
En total, el edificio cuenta con 160 metros cuadrados que se edificaron de cero, con materiales tradicionales. El municipio también tuvo que invertir allí. La resolución que autorizó su construcción data de 2006 y fue la actual gestión la que completó los trámites y la papelería exigida para ingresar en el programa.
Sonia Brollo, en su caracter de directora de Educación y Deportes, fue la encargada de enviar todo el informe social del barrio, cuyo diagnóstico demandó más de dos meses de trabajo.
Superados los inconvenientes, se reanudaron las gestiones y se logró la construcción de este espacio para un barrio que tiene más de 2300 vecinos en un sector que demandó muchos servicios durante la última década. En buenahora que las autoridades hayan tenido el tino de continuar y mejorar lo iniciado en la anterior gestión municipal.
Claudio Minoldo

Claudio Minoldo

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