La ausencia de vecindario en el sector y las facilidades que ofrecía el negocio fueron decisivos para que un grupo de delincuentes se lleve entre 200 y 250 mil pesos entre mercaderías y dinero que había en una caja.
Durante la madrugada del jueves, un grupo de delincuentes cuyo número no pudo ser precisado ingresó al local de la concesionaria Montironi Volkswagen por una ventana ubicada sobre un costado del ingreso. Se trata de una abertura de alumnio que pudo ser abierta con un destornillador.
La presunción es que los delincuentes estaban bien documentados respecto de que el local comercial no cuenta con ningún tipo de medida de seguridad: ni alarma, ni rejas o persianas, ni videocámara. Esa presunción está avalada por el movimiento que hicieron dentro, cuando ingresaron a la parte del taller, que está detrás del salón donde se exhiben los automóviles que están a la venta. Sin rompero nada, buscaron la llave que les permitiría abrir el pañol donde la firma guarda los repuestos con los que hacen el mantenimiento de los vehículos.
Después, el otro daño que tuvieron que hacer fue romper el candado que cierra el portón trasero del taller para salir por el costado del negocio llevándose dos vehículos: un Volkswagen Gol Country cero kilómetro y un Volkswagen Bora -que era de un particular y que lo había dejado el día anterior para un service-. La otra hipótesis que maneja la Policía es que los vehículos fueron robados para poder llevarse los repuestos.
El lugar donde está situada la firma, Pedro J Frías a 200 metros de bulevar Agüero, está ocupado, prácticamente, por empresas, razón por la cual la circulación de personas a esa hora de la noche es muy exigua, reducida a su mínima expresión. Sin testigos oculares, las pistas se redujeron a algunas huellas que dejaron los delincuentes en los vidrios y que fueron levantados por la policía judicial.
“Estamos trabajando sobre algunas hipótesis y viendo si podemos consolidar algunos testigos en el lugar, trabajar un poco con la firma en sí porque nos puede dar una pauta ya que había mucho conocimiento (en los delincuentes) del movimiento de la empresa para poder aventurarse y sacar dos vehículos, los repuestos, y una caja de seguridad portátil con dinero también a precisar”, señaló sobre el hecho el comisario Mayor Juan Carlos Giraudo, jefe de la Departamental Colón de Policía.
Hace un mes, sobre la misma calle pero a unos cien metros de distancia también les robaron una cifra importantísima en mercaderías a Cereales Jesús María. La pregunta que surge es si pudo haber alguna conexión entre estos hechos.
Para la Policía no hay relación entre el modus operandi utilizado en aquella oportunidad con el de este hecho. La teoría más firme que abonan es que los delincuentes venían por los repuestos y no por los vehículos. De hecho, se montó un intenso operativo, coordinado con el resto de la provincia, para tratar de dar con el paradero de los autos robados.
La información que manejaba la Policía era que los delincuentes habrían huido hacia la zona de Sierras Chicas y sobre ese cordón esperaban recuperarlos. Mientras tanto, la delincuencia propinó un duro golpe a la fuerza de seguridad que venía en relativa tranquilidad.
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