Cuando los concejales de Colonia Caroya aprobaron la firma del convenio con la telefónica Personal –a cambio de un canon de 12 mil pesos anuales- para instalar una microcelda en el techo del municipio, no debieron haber imaginado que una parte de la población se iba a oponer con tanto énfasis.
Y con el correr de los días el malestar de una parte de la ciudadanía se hizo cada vez más patente, tanto que un grupo de ellos (cerca de 100) se manifestaron contra la medida el pasado lunes en la puerta del edificio municipal.
La mayoría de los manifestantes fueron estudiantes del IPEM 165 Presbítero José Bonoris, quienes vienen haciendo campaña dentro del colegio en contra de la instalación. ¿El Argumento? La microcelda se instalará a 100 metros del centro educativo cuando en otros países la distancia mínima que se requiere es de 500 metros.
Otra porción de la población sostiene que el convenio violó artículos de la Carta Orgánica y la ordenanza vigente que regula la cuestión de las antenas de telefonía móvil.
Sin embargo, las autoridades del municipio se manifestaron con tranquilidad respecto de la cuestión afirmando que las ondas electromagnéticas que emitirá esa microcelda no generarán ningún inconveniente para la salud. Sus afirmaciones están fundamentadas en informes técnicos elaborados por organismos nacionales y universidades.
El intendente Rodolfo Visintín hizo un pronunciamiento sobre el tema pidiendo a los vecinos que no lleven pánico y que no desacrediten a los profesionales que se pronunciaron sobre la inocuidad de las radiaciones emitidas por las antenas.
Si todo marcha como hasta ahora, la microcelda se instalará en el techo del municipio, aunque hay vecinos que dijeron que harán lo imposible por impedirlo.
Acciones en contra de la instalación de la microcelda
Unos 100 estudiantes y vecinos de Colonia Caroya se congregaron frente al municipio para pedirles a las autoridades que dejen sin efecto el convenio que le permite a la telefónica Personal instalar una microcelda en el techo del edificio municipal.
Después de cantar el himno, de levantar las manos (con la palabra NO escrita) y de esperar en vano que alguna autoridad se haga presente, los integrantes de la organización Caroya contra las Antenas formularon declaraciones a la prensa.
Luis María Angulo, uno de los integrantes, resumió: “Venimos a protestar porque se violaron dos artículos de la Carta Orgánica Municipal: el 72 que habla de la consulta popular y el 124 que habla de que no se puede otorgar ninguna excepción a nadie. Acá se la ha otorgado por la vía de la excepción el permiso para que pongan la antena a diez metros –una repetidora de dos por dos metros- sobre el techo del municipio que es del pueblo”. Y añadió: “No creemos que nuestros gobernantes tengan derecho a afectar nuestra salud en algo que es nuestro. También se violó la ordenanza 1102 y ante la duda también se está violando la Ley 25.675 que contiene el principio de precautoriedad que establece que, ante la duda, mejor prevenir que curar”.
Julia Cecato, alumna de 4º año del Colegio Bonoris, también se refirió al reclamo: “Pedimos que esta microcelda no se instale acá. La microcelda tiene como función duplicar la emisión de las antenas. Cuando la antena manda la señal, la microcelda la multiplica. No queremos que estén están microceldas acá, simplemente porque hacen mal. Estuvimos averiguando y esto, internacionalmente, no estaría cerca ni en sueños”.
“Además de que esté contra la salud, es una falta de respeto porque no nos interiorizaron antes de ponerla. Las charlas se hicieron pero después. Correspondía que nos den la charla antes. Por eso, nos parece que no está bien”, añadió la joven.
Otra vecina, Leny Migotti, se mostró muy enojada con la situación y disparó algunos insultos, aunque después se retractó y solicitó a los periodistas presentes que atenúen dichas declaraciones.
“El intendente y los concejales que dijeron sí a la antena son ignorantes de lo que pasa con una microcelda. Son ignorantes en ese tema. Por favor, que lean. Porque nos están perjudicando la salud. A mí, que tengo 57 años, a mi hija que tiene 30, a mis nietas que tienen 6 y 9 años”, indicó Migotti.
“¿Qué les pasa a Rody Visintín? Voy a hacer lo imposible para que esta antena no se ponga acá. Estoy luchando por mi pueblo, por la salud de todos. De pronto soy revolucionaria. Por supuesto que soy revolucionaria y voy a hacer una revolución -no con un arma- en contra de la boludez de un intendente y los concejales”, concluyó.
El intendente pide evidencia científica sobre el daño que producirían las antenas para celulares
Por primera vez desde que se desató la protesta de los vecinos, el intendente de Colonia Caroya, Rodolfo Visintín, se refirió y opinó sobre el convenio que firmaron con Personal y que le permite instalar una microcelda en el techo del edificio municipal.
Sobre la protesta del lunes, el jefe comunal señaló: “Tomo el reclamos como una inquietud ciudadana, respetable, honorable, de una partecita de la ciudadanía, inquieta por este tema. Sí me preocupa que hemos convocado a profesionales para que expliquen estos temas y a esos lugares no han asistido. Me preocupa porque es un tema eminentemente técnico-científico. No es un tema político. No es voluntarismo mío ni ajeno”.
Visintín aclaró que la microcelda forma parte del un complejo de trasmisión con una antena que se va a colocar en la esquina de la calle 22 y 124 y cuya aprobación tiene que brindar la Agencia Córdoba Ambiente, una repartición nada veloz, por cierto.
Personal solicitó, para no darle tanta altura a la antena principal y tampoco darle tanta potencia, un sistema complementario –la microcelda- que permite ofrecer mejor señal en toda la ciudad.
“Conozco con fundamento lo que es una onda electromagnética porque lo tuve que estudiar. Entiendo que no se ha escuchado a los profesionales. No me escuchen a mí, escuchen a los profesionales que hemos traído porque no es cuestión de descalificar a uno u otro. No quiero que descalifiquen a los profesionales ni que me descalifiquen a mí sin escucharme antes”, reiteró Visintín.
Después de explicar el funcionamiento de una onda electromagnética, el intendente aseveró que jamás puede disociar y que es mucho más pernicioso agarrar una pila entre dos dedos o agarra una batería entre los dos bornes, antes que la exposición a las ondas electromagnéticas.
“Si no tuviera razón –graficó Visintín- pobres los que están trabajando con microondas, y si no tuviera razón, pobre Jesús María porque tendrían que estar todos muertos alrededor del correo porque ésa sí que tiene carga (la antena)”.
“Yo me valgo de informaciones técnicas, de gente que estudia, que analiza, que razona. Eso me gusta: charlar razonando. Una antena no hace más ni menos a mi gestión, por favor. Es más, si algún ingeniero viene y me dice «estás equivocado, esto no es así» o de la Universidad, la primera patada se la pego yo si soy ciudadano de la Colonia”, sintetizó.
¿Cómo sigue todo esto?
Visintín se pronunció a favor de conversar con alguno de los integrantes de la organización Caroya contra las Antenas, aunque aclaró que el pasado lunes nadie había solicitado una audiencia. Reconoció también que algunos de los manifestantes son sus amigos personales.
“No nos hagamos daño –solicitó el intendente- con suposiciones porque la gente común se siente mal y con razón y le va a echar la culpa a las antenas. Estamos a favor y en contra como si fuera un partido de fútbol y no lo es”.
Visintín fue muy claro en el sentido de que el municipio está autorizado por el Concejo Deliberante para seguir adelante con el proyecto y descartó que tenga algún interés particular en este convenio. “Sabemos de la inocuidad que tiene esto. No soy un hincha furioso del celular. Pero están las ondas del aire, las ondas de FM, las ondas de AM, la de los satélites. Todas las ondas de emisión están pasando por nuestro cuerpo. Si fuera tan disociativa y tan generadora de enfermedades debiéramos estar todos bajo tierra ya”
Respecto de si negoció bien el municipio el uso del espacio físico, el jefe comunal opinó: “Se le pidió el doble y aceptaron. Por ahí le hemos pedido poco. Yo no estoy en ese mundo de negocios. Dijeron que iban a pagar 12 mil pesos por año. ¿La municipalidad se va a parar porque no tenga esos 12 mil pesos? No. No vivimos de eso. Le podemos dar el fin que la comunidad quiera. No dependemos de eso, gracias a Dios”.
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