Al caos natural del tránsito en el centro de Jesús María, se le sumó esta semana una protesta de los remiseros de la ciudad por los hechos de inseguridad que vienen viviendo.
La semana comenzó movidita en la cabecera del Departamento Colón ya que el pasado lunes 2 de noviembre y por el término de una hora y media, unos 100 choferes de remises cortaron las calles Córdoba, Ingeniero Olmos y San Martín –en inmediaciones de la Municipalidad- para reclamar por mayor seguridad para quienes prestan el servicio.
La gota que hizo rebalsar el vaso fue el reciente robo de dos vehículos y varios hechos de robo en que algunos permisionarios resultaron heridos o golpeados.
“Nosotros no venimos a pelearlos. De los años que hace que están ustedes, nunca hemos hecho ningún problema. ¿Y ahora que venimos a pedirles? Seguridad, que controlen los coches cuando vayan a la zona roja. Nos han obligado a generar esta medida. Queremos que nos digan qué van a hacer”, le manifestó el remisero Gustavo Gaudencio al secretario de Gobierno, Enrique Brizuela.
Durante la manifestación, que incluyó bombas de estruendo y cánticos, José Alberto Chalup, se refirió a la sustracción del vehículo de su propiedad: “A una marcha como ésta se tendría que sumar toda la ciudad porque los hechos de inseguridad que estamos viviendo nos afectan a todos, sin contar que en el caso particular llevo dos meses sin trabajar ni llevar ingresos a mi casa”.
Chalup narró la difícil situación que está atravesando mientras aguarda que el seguro le notifique si le va a reponer la unidad sustraída. Un pasajero desconocido por el permisionario lo hizo ir hasta una zona rural en la que procedió a “limpiarlo”. La denuncia la tuvo que radicar en la ciudad de Córdoba porque de allí era la jurisdicción del paraje y no tuvo novedades hasta el momento.
Al robo de la unidad de Chalup, se sumó recientemente el robo del remis de Walter Ludueña, que conducía su mujer, quien no puede reponerse de la tremenda experiencia que vivió en la zona de Colonia Tirolesa y donde pensó que iban a ultimarla de un balazo. Por fortuna, la Policía logró dar con la unidad robada, un Fiat Siena último modelo con el que trabajaban desde hacía tres meses.
Tras lograr que el secretario de Gobierno municipal acceda a dialogar sobre otros aspectos vinculados al servicio en la ciudad, por ejemplo, los espacios de estacionamiento, y la representación de los remiseros en la mesa de transporte, un grupo de manifestantes se reunió con las autoridades policiales, quienes volvieron a prometer que iban a reforzar con su presencia las zonas en que se produjeron los últimos hechos delictivos.
La respuesta oficial
“Ustedes han tenido las puertas abiertas. Siempre hemos pretendido tener una excelente relación con los permisionarios. La decisión fue crear este espacio donde ustedes están representados y nosotros estamos convencidos de que éste es el ámbito. La mesa del transporte público más allá de que ustedes hoy están cuestionando de que no se sienten representados, es un tema que podemos instalarlo nuevamente y si lo podemos revertir”, comenzó diciendo Brizuela a los manifestantes.
“Quienes están ahí sentados -añadió el funcionario- vinieron con las propuestas de ustedes. Si hoy existe un desgaste, si ustedes se sienten que no están representados, la instancia de renovar esta representación está abierta”.
Para Brizuela, existe una situación que es objetiva: hay una legislación que regula el servicio de taxis y de remis y de transporte escolar y si hay necesidad de reformas el lugar donde se puede discutir sobre posibles modificaciones es en la mesa de transporte.
“La ciudad explotó en el tema tránsito y las situaciones que genera el transporte público como el particular están siendo perseguidas y sancionadas como corresponde de acuerdo a la legislación que tenemos”, se defendió el funcionario ante la acusación de que el municipio persigue a los permisionarios con la Guardia Urbana Municipal.
Brizuela ofreció la posibilidad de que se pueda discutir acuerdos en pasos inmediatos el próximo martes en la mesa del transporte.
“Siempre hemos ido con el consenso, nunca hemos ido arbitrariamente”, argumento el secretario de Gobierno.
Lo que quedó absolutamente claro tras la protesta es que el municipio no controla los resortes a partir de los cuales se garantiza la seguridad de los prestatarios del servicio. En tal sentido, se recordó que es la Policía la que debe implementar los controles que disminuyan los riesgos de padecer asaltos y robos.
Los remiseros recordaron que la Policía prometió montar un suerte de guardia en los barrios más complejos , pero que esa vigilancia se mantuvo por escaso tiempo.
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