Poner sobre la mesa

Nuestras comunidades no discutieron seriamente todavía cómo hacer frente al flagelo de las drogas en adolescentes y jóvenes.

¿Qué hago si descubro que mi hijo es un adicto crónico? ¿A que se atribuye que no se haya popularizado el uso del paco todavía en Córdoba? ¿A qué edad se puede hablar con el adolescente de estos temas? ¿Qué otros signos puedo detectar además de los físicos y psíquicos en un adolescente que se droga? ¿De los residuos materiales que generan los adolescentes puedo inferir que haya consumo de sustancias? ¿Se puede obligar a un adolescente a que no se mueva en ambientes donde el consumo de marihuana se ha naturalizado?
La lista de preguntas podría ser mucho mayor, pero éstas son algunas de las que se generaron durante la noche del miércoles en el colegio Domingo Faustino Sarmiento donde unos 80 padres participaron de una charla con el médico psiquiatra Gabriel Bender del Instituto Provincial de Alcoholismo y Drogadicción. Pueden parecer pocos los padres que participaron de la iniciativa que impulsó la Comisión Multisectorial de la que participan vecinos de Jesús María, Colonia Caroya, y Sinsacate. Pueden parecer pocos si se toma en cuenta que el universo de adolescentes escolarizados supera ampliamente los cuatro mil y que 80 no representa siquiera el 10 por ciento del total.
Pero también puede tomarse la instancia como una posibilidad, una oportunidad para poner sobre la mesa una problemática que cada vez preocupa más a los adultos en una trama de relaciones vinculares cada vez más compleja. Quienes participaron del encuentro se fueron con una serie de informaciones que los ayudará a estar más atentos y a anticiparse a la posibilidad de que sus hijos caigan en las redes del consumo y la adicción.
Y como siempre, la mejor terapia recomendada para este tipo de grave afección de salud es un entorno familiar donde se practique con frecuencia la contención, la escucha, el oído atento. “En la búsqueda de la identidad, es mejor ser indeseable que ser nadie y el adolescente quieres ser alguien”, señaló en un momento de la charla Bender para tratar de explicar el porqué de que los adolescentes se comporten de una manera antisocial, a veces.
En esa misma línea, explicó que tanto las drogas como el alcohol ofrecen un bienestar inmediato y que sólo hay un paso entre el consumo abusivo y el consumo adictivo, donde las primeras características de comportamiento en los adictos suele ser la impulsividad y hasta la agresividad.
Las actuales generaciones de adolescentes y jóvenes cuentan con mucha más información que la que tenían los estudiantes en los ´80. Saben sobre drogas y alcohol mucho más que lo que sabían aquellos. Y, sin embargo, caen cada vez más en las manos de la droga y cada vez a edad más temprana.
Esa luz de alerta nos habla de un mundo adulto que condena más de lo que acompaña, de un mundo adulto que no ha sido capaz de generar confianza, y donde la lejanía suele ser la marca más frecuente.
Para que realmente haya un cambio, harán falta más papás comprometidos en las cosas de todos los días de los hijos. Hará falta sentarse y propiciar varias charlas que hagan sentir a los hijos valorados. Pero hay que hacerlo antes de que sea tarde.
Claudio Minoldo

Claudio Minoldo

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