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Avances en el manejo fitosanitario de la vid


La ingeniera agrónoma Clara Cragnolini y la bióloga Adriana Viglianco expusieron ante 35 productores los avances de sus estudios sobre plagas y enfermedades de la vid.

Bodega La Caroyense fue la organizadora de una jornada de capacitación para productores viñateros el pasado miércoles con la ponencia de dos investigadoras de la Facultad de Ciencias Agropecuarias de la Universidad Nacional de Córdoba, la ingeniera Clara Cragnolini y la bióloga Adriana Viglianco, quienes vienen llevando a cabo sus estudios en la zona desde el año 2003.
Lo más importante es que durante este tiempo pudieron ser identificadas las principales enfermedades y plagas que afectan la calidad de la uva y, por tanto, los procesos de vinificación. La función de las investigadoras no se limita en este caso a la descripción de los fenómenos observados sino que incluyen sugerencias sobre tratamientos químicos y manuales para impedir el deterioro que plagas y enfermedades le generan a las vides.
Cragnolini, profesora de Terapéutica Vegetal y Manejo Sanitario de los Cultivos en la facultad, fue la encargada de abordar la primera parte de la charla que consistió en la descripción de las enfermedades que mayores inconvenientes le generan a la calidad de la uva en esta zona y que son: excoriosis de la vid, podredumbre amarga de la vid (Bitter Rot), Mildiu (Plasmopara viticola), y podredumbre gris de la vid (Botrytis cinerea). Lo más interesante fue que se sugirieron diversos tipos de tratamientos con dosis, épocas de aplicación, y nombre de compuestos químicos para dar solución a estas enfermedades. Además, se sugirieron otros trabajos como el entierro de los rastrojos, y la eliminación de los restos de poda en cuanto sea posible, entre otros.

El enemigo invisible
Durante mucho tiempo, los productores viñateros de Colonia Caroya responsabilizaron al agroquímico 2.4D éster por los daños que les generaba la deriva de este producto a sus vides. Y estaban en lo cierto. Pero después siguieron observándose efectos similares a los que generaba el 2.4D éster en las plantas pero no había rastros de él. ¿Qué pasó? Que los productores ignoraban la existencia de un enemigo casi invisible –mide apenas 2 milímetros y hay que verlo con lupa- que se llama trips y que genera en las plantas efectos similares a los que genera la deriva de químicos nocivos.
Este insecto coloca sus huevos en el ovario de la flor o en las bayas del racimo cuando tienen el tamaño de arvejas. Las investigaciones no pudieron determinar aún cómo pasan el invierno pero es seguro que comienzan a generar daños cuando comienza la floración. Sobre esta plaga, se refirió la bióloga Adriana Viglianco, autora del libro Manual De Actividades Practicas De Terapeutica Vegetal.
La variedad más abundante de trips en nuestra zona es la Frankliniella gemina que realiza una suerte de raspado de las bayas, llegando a afectar –por ejemplo- al 33 por ciento de la variedad Malbec y un 13 por ciento a la variedad Chardonnay. Ese daño deriva en efectos negativos en la calidad del mosto que se utiliza en la vinificación.
Tanto para esta plaga como para la Cochinilla harinosa se sugirieron tratamientos con productos químicos de clase III y IV que son los permitidos por la legislación vigente en esta región y en la provincia.
Claudio Minoldo

Claudio Minoldo

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