“Las grandes urbes tienen problemas para cumplir la ley”


El médico psiquiatra Gustavo Santillán visitó Colonia Caroya el pasado miércoles para dar una charla sobre adicciones en el salón de la Parroquia de Colonia Caroya.

¿Cuál es el trabajo que realizan en el Instituto Provincial de Alcoholismo y Drogadicción (IPAD)?
- Allí, hacemos la parte asistencial de los pacientes consumidores de sustancias con trastornos psiquiátricos. Son pacientes con muchas causas en cuanto al consumo de sustancias pero habitualmente lo que predomina es el alcohol que está dentro de las drogas legales. Pero desde hace cinco años a la fecha se viene evidenciando la interacción con otras sustancias psicoactivas como marihuana, cocaína, y psicofármacos.

¿Cómo ven el avance de la problemática en los pueblos del interior?
- Hay varias connotaciones para tener en cuenta. En primer término, las grandes urbes como Jesús María, Villa María, o San Francisco tienen graves problemas para cumplir la legislación vigente. No tanto por el tema de las drogas ilegales sino de las legales, particularmente por el consumo de alcohol en adolescentes y ya no sólo los fines de semana sino durante la semana. Hace meses en San Francisco se evidenció que los adolescentes van trasnochados y alcoholizados a la escuela y para impedir eso se quiso poner en funcionamiento la medición de la alcoholemia.

¿Cómo se puede dar respuestas a esos indicadores?
- Para ello, hay que tener políticas de salud saludables, una legislación clara y precisa, y un trabajo mancomunado a nivel comunitario donde se entrelacen educación, padres, y justicia. Que modifiquemos leyes y no podamos esclarecer quiénes van a ser los beneficiarios, no ayuda. Por ejemplo, estamos trabajando en la ley sobre salud mental para la provincia de Córdoba. Y así como hay que regir por derechos humanos y una connotación clara respecto de los pacientes psiquiátricos, también hay que tener una connotación clara sobre lo que va a pasar con la salud de los pacientes consumidores de sustancias.

¿En qué sentido lo dice?
- La Corte Suprema al expedirse favorablemente frente a la inconstitucionalidad de penalizar a los consumidores de sustancias, abrió una instancia política y social a nivel nacional que se va a discutir probablemente en breve para renovar la ley de estupefacientes, la 23737. Pero la modificación va a hacer que el paciente adicto no vaya preso. Desde la Asociación de Psiquiatría de Córdoba, que vicepresido, estamos de acuerdo en tanto y cuanto se rija por el valor de los derechos humanos, se lo someta a la asistencia de tratamiento, acorde a medidas de seguridad curativas y paliativas, y no que el poder jurídico se borre y deje al Estado todo lo que se viene en materia de abordar la pandemia.

¿No es demasiado el término pandemia?
- Esto era una pandemia encubierta de la última década a la fecha. Somos un país de tráfico, de tránsito y de producción de sustancias. Ya no se puede ocultar esa temática. La única forma de avanzar es que Justicia, Salud, y Educación pongan dinero para poder seguir avanzando y proyectando nuevas políticas sanitarias. Todos tienen que tirar del mismo carro. Un paciente adicto no va a concurrir por sí mismo a un tratamiento y es el fiscal o el juez el que tiene que exonerarlo y exigirle una rehabilitación.

¿Son efectivos los tratamientos?
- Es una enfermedad tratable, posiblemente curable, que sabemos que los que se han enfermado de esta patología tienen un curso crónico con reincidencias y recaída y de por vida. Pero puede ser tratable, puede ser sostenible en estabilidad de abstinencia. No obstante, considero que estamos ante una pandemia no declarada.

¿Precisan una calificación especial quienes trabajan en asistencia al adicto?
- El consumo de sustancias psicoactivas data de hace dos siglos atrás cuando se consumía opio, marihuana o hashish en los rituales de las tribus. Ya tenemos una historia en la que venimos perdiendo todos los rounds frente a la connotación de las drogas. Quienes trabajamos en la asistencia tenemos que tener una gran capacidad de resiliensia que es la capacidad que tiene el ser humano para revertir situaciones frente a afectos adversos o anómalos, para salir airosos frente a ellos. La satisfacción que nos puede dar nuestra profesión es la posibilidad de darles un poco de salud a nuestros pacientes.

¿Hay forma de impedir el inicio de las adicciones?
- Si vos trabajás y lográs que un pibe tres, cinco, o siete años tenga plena capacidad y concientización sobre lo que significaría el uso de sustancias, nunca va a llegar a ser adicto. Porque se les cortan las alas de entrada. Ahí es donde tenemos que trabajar: con el lego, con la ciudad, con la religión, los jueces, los educadores.
Claudio Minoldo

Claudio Minoldo

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