Con “Susurro en la oscuridad” bodega La Caroyense propone teatro a ciegas

El sábado 25 de agosto habrá dos funciones de   esta obra de teatro que se desarrolla en total oscuridad. Aunque la entrada es libre y gratuita, se solicita la donación de un alimento no perecedero.

En dos funciones, a las 19.30 y a las 21, bodega La Caroyense propone una obra de teatro que se desarrolla en la oscuridad. 50 personas participan de propuesta contando actores vocales, músicos, operadores de efectos sonoros, especialistas en efectos sensoriales, y actores esparcidos entre el público. Tiene como particularidad que el desarrollo de sus escenas se realiza en oscuridad absoluta, potenciando la utilización de los sentidos sin el auxilio de la vista, y facilitándose de esta manera la participación en la obra de personas con discapacidad visual.
Misael Chiosso, guionista de la obra, señaló sobre la propuesta: “Esta obra despierta sensaciones intensas, adrenalina y nostalgia, infancia y rutina. El espectador siente cada escena fluyendo a su alrededor. Inmerso desde su silla en una historia de la que está siendo parte, interactuando, creando imágenes propias en medio de la oscuridad”.

La trama
Esta obra relata la historia de un hombre común y corriente: Carlos Eduardo Martínez, de 58 años, quien sufre un accidente que lo deja en coma.
Entre sonidos emergentes de un hospital, el personaje va recordando y reviviendo su propia historia. Una historia como la de cualquier argentino. Se transporta a su primera casa. Allí  recuerda con cariño su infancia. Junto con su hermano menor, vive las mayores travesuras llenas de ingenuidad. Compañerismo y picardía se vislumbran por doquier. Se encuentra inmerso en la habitual trama familiar, los conflictos diarios entre padres e hijos como también las diferencias conyugales.
Su madre, Serena, ocupa un rol vital. De manso carácter, dulce y comprensiva, “la vieja” demuestra ser una mujer reflexiva, espiritual. Sus voz, sus consejos, sus principios, quedarán grabados por siempre en lo más íntimo de Carlitos.
La obra va y viene, entre las escenas recordadas y lo que el reflexiona acerca de lo sucedido.
Carlos, en la flor de su juventud, conoce a Daniela de quien se enamora perdidamente. Luego de un tiempo se juran amor eterno y con un “sí” inician su propia familia.  Vienen momentos de decisión, negociaciones de pareja y listado de prioridades, donde lógicamente aflora el lugar que ocupa el trabajo y el dinero en el hogar y demás disyuntivas de una casa. El dolor del desamor y la rutina lo arrastran al bar de la esquina, donde cree que un tinto puede ayudarlo a olvidar. Todo eso lo lleva a pensar ¿cuál es el sentido de su vida?.
Claudio Minoldo

Claudio Minoldo

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