La pavimentación de la calle 172 aumentó los peligros para la escuela Los Inmigrantes

La tranquila calle de tierra se transformó en un corredor donde circulan muchos vehículos y transporte pesado. Los alumnos pidieron elementos de seguridad al municipio.

Hasta su pavimentación, la calle 172 Marcos Perdía de Colonia Caroya fue relativamente tranquila. Y aunque nadie desdeña la mejora, reconocen que trajo aparejada una mayor peligrosidad para los alumnos que concurren a la escuela Los Inmigrantes que está ubicada sobre esa calle.
Autos y motos que circulan a gran velocidad, y transporte pesado que ingresa a las industrias de ese sector cambiaron la configuración de Malabrigo. Hasta el transporte de pasajeros urbano comenzó a circular sobre la calle 172.
A eso se sumó el beneficio del boleto educativo gratuito que generó que muchos alumnos se vuelvan a sus hogares en colectivo. Los alumnos deben cruzar la calle para subirse al colectivo y esperar en una garita a la que le falta seguridad.
Todo el primer ciclo elaboró un proyecto que se llama Un peligro que no es pasajero donde abordan todos los riesgos a los que se ven expuestos ni bien ponen un pie fuera de la escuela. También, trabajaron sobre posibles soluciones.
Es difícil de creer que la confluencia de dos beneficios, pavimento y transporte gratis, traigan aparejados peligros, pero así lo vienen viviendo los alumnos de la escuela Los Inmigrantes de Malabrigo y se lo trasladaron a sus maestros.
Es que son muchos los que toman el colectivo frente al colegio y para esperar el colectivo urbano tienen que cruzar la calle 172 que ya no tiene nada de tranquila y esperar en un lugar que es inadecuado para tanta cantidad de pasajeros. En el sector donde está la garita, la vereda se confunde con la calle, y la configuración de la vereda alterna lomadas y terreno con pendiente. Si a eso se le suma que los chicos esperan cerca de 20 minutos a que llegue el transporte, el cuadro es más complejo.
Si bien es cierto que el municipio dispone de agentes de tránsito para colaborar en la tarea de ordenar la circulación a la salida de la escuela, su trabajo no debería incluir evitar que los niños bajen a la calle, anden a los empujones, o jugando.
Los alumnos de Tercer grado A, B, y C, Pilar Páez, Maira Quiroga, Horacio Busso, y Manuel González Castro -en nombre de sus compañeros y de los alumnos de primero y segundo grado- fueron narrándole a Semanario Primer Día todos los inconvenientes viales sobre los que trabajaron en el proyecto “Un peligro que no es pasajero” que será presentado en la Feria de Ciencias el 31 de agosto.
Los chicos contaron que le enviaron una carta al intendente de Colonia Caroya en la que le solicitaron que coloque una valla de contención sobre la vereda donde se encuentra la garita y le narraron los peligros a los que se encuentran expuestos. También le pidieron que les facilite chalecos con elementos refractantes para poder implementar el proyecto de “pequeños inspectores” en los que dos alumnos por semana colaborarán con la tarea de ordenar la salida del colegio.
A los padres, les presentarán un powerpoint con fotos y videos en los que se observan claramente los peligros que vienen reseñando las maestras desde principios de año.
La intención no es culpar a nadie por esta situación sino buscar alternativas que saquen al alumnado del posible riesgo.
Claudio Minoldo

Claudio Minoldo

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