Sierras Chicas, Punilla, Traslasierra, y parte del norte de Córdoba fueron los más afectados por la temporada de fuego. Lo más grave está por comenzar como señalan los especialistas.
Apagar el fuego es parte del problema. Lo más relevante viene después del fuego, las consecuencias que arrastra la imprudencia de quien inició el fuego -se sabe que la mayoría de los incendios tuvieron origen en personas- y que motorizó a toda una provincia en procura de apagarlos.
Está claro que las secuelas que deja el paso del fuego se concentran en problemas ambientales, productivos, y hasta humanos. Y que esas secuelas se prolongarán en el tiempo.
Raúl Montenegro, de FUNAM, indicó que los incendios "agravarán sin dudas la sequía porque las altas temperaturas durante los fuegos aceleraron la evaporación de agua, y porque los suelos –ahora ennegrecidos- captarán mayor radiación solar, tendrán más temperatura y perderán la escasa humedad que todavía les quedaba".
Agregó que en las sierras quemadas "disminuirá la infiltración de agua cuando comience la temporada de lluvias, aumentará la erosión de los suelos y desmejorará la calidad del agua en los lagos". Montenegro sostuvo que "las 40.000 a 50.000 hectáreas de ambiente nativo perdidas hasta ahora durante estos incendios son una "tragedia" para Córdoba porque la provincia "ya no podía perder una sola hectárea más de bosque nativo". Montenegro recordó que la provincia "es una de las que tiene peor manejo ambiental a nivel país" y que tuvo "la tasa de desmonte más alta de Argentina en el período 1998-2002, esto es, -2,93% anual, una cifra más alta que la media mundial (-0,23%) y mayor que la media para África
(-0,48%)".
FUNAM sostuvo que los incendios que se están registrando en la provincia de Córdoba "son extremadamente graves no solamente por la sequía sino también porque la provincia, una de las más desmontadas de Argentina, tiene el nivel de resistencia ambiental más bajo de su historia. Perder hoy 5.000 hectáreas de ambiente nativo bajo el fuego es más grave que la pérdida de esa misma superficie 50 años antes. Córdoba ya no tiene margen para seguir descontando superficie con ambiente nativo, sobre todo en sus cuencas hídricas, cada vez más destruidas".
La Reserva Hídrica de La Quebrada, un caso testigo de tragedia ecológica
El biólogo Ricardo Suárez, director del Proyecto de Conservación y Reforestación de las Sierras Chicas, indicó que los fuegos de los últimos días "quemaron el 75% de las 4.200 hectáreas que tiene la Reserva Hídrica La Quebrada". Este sistema ya sufría la sequía, la destrucción de vegetación nativa y la extracción de agua para consumo humano. Suárez, que viene observando técnicamente el comportamiento del embalse, sostuvo que en los últimos tres días, del 3 al 5 de septiembre, el caudal del arroyo Colanchanga, principal afluente del lago, "se redujo en un 12%". Agregó que esta merma se debe "a la mayor evaporación por calor. El fuego seca la superficie y pierde humedad, y disminuye el aporte de agua a los arroyos que alimentan el lago de La Quebrada". También recordó que en la provincia "al invierno seco y relativamente caluroso se le sumó una pequeña nevada y descenso de la temperatura, seguido de ascenso térmico y baja en la humedad relativa. Esto provocó una mayor muerte en la vegetación y deshidratación rápida, lo que sumó más biomasa combustible".
En vías de extinción
Montenegro recordó que en la provincia la expansión de los cultivos industriales, los incendios y la falta de controles gubernamentales hicieron que de las tres regiones biogeográficas que tenía la provincia a comienzos del siglo pasado –Chaqueña, del Espinal y Pampeana- solo sobreviva la Chaqueña y con una superficie extremadamente reducida.
Con respecto a los fuegos ocurridos en estos últimos días enfatizó: "la biodiversidad nativa de la provincia ha sufrido un duro golpe, sobre todo las especies que ya estaban en receso y extinción. Fuego y sequía se combinaron letalmente".
En Córdoba han sido consideradas como presionadas y en variado estado crítico numerosas especies de la fauna, entre ellas boa de las vizcacheras, tortuga de tierra, iguana overa y colorada, buho, aguilucho, gavilán de campo grande, gavilán ceniciento, reina mora grande y varia especies de gatos monteses. Entre las plantas presionadas se mencionan quebracho colorado, orco quebracho, cola de quirquincho, tabaquillo, pico de loro o tramontana y muchas otras especies. Pero la pérdida es aún más cuando consideramos las miles de especies grave mucho más grave, lo que se está perdiendo son ecosistemas naturales donde existen miles de especies coexistiendo entre sí, desde microorganismos hasta grandes árboles y mamíferos. Su pérdida es prácticamente irreversible en tiempos humanos. Los últimos incendios han contribuido significativamente a bajar la biodiversidad de la provincia y disminuir aún más su escasa resistencia ambiental.
Panorama Deportivo
2011
cordoba
incendios
En una semana se quemaron más de 40 mil hectáreas en la provincia y aparecen nuevos focos de incendios
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario