Desopilante propuesta del Coro Polifónico

Los dirigidos por el profesor Daniel Orona repusieron una propuesta coral con textos de grandes del humor como Leo Masliah, Les Luthiers, y el negro Dolina ante un auditorio que celebró tanta alegría.

Demasiado bien se las arregla el Coro Polifónico Municipal de Jesús María para la ocasión de su presentación anual y este año no fue la excepción. Decimos demasiado bien para las limitaciones insalvables con las que tiene que lidiar. A saber: sobre un total de los 21 integrantes que tiene actualmente, sólo cuatro son varones y ninguno de ellos tiene el registro de tenor. Por tanto, ese registro tiene que ser suplido con voces femeninas. Paralelamente, su repertorio de sopranos está limitado a unas poquitas voces, aunque muy potentes.
En el concierto en clave de Ja! que presentaron durante la noche del sábado 28 de agosto en el cine teatro Gianelli ninguna de esas limitaciones se notó en absoluto y el coro funcionó como si sobraran voces en cada uno de los registros.
A la que se le notó cierto nerviosismo fue a Tere Baudín que tenía que lidiar con la lectura de unos textos preparados por Marita Freites y el hecho de tener que ponerse y sacarse los lentes para leerlos amenazó con jugarle una mala pasada, cuestión que se resolvió sobre la marcha y terminó siendo un aporte efectivo.
Pero lo más importante en esta presentación fue, definitivamente, la capacidad de los coreutas para actuar las desopilantes canciones que formaron parte del repertorio.
Las carcajadas entre el público comenzaron, por ejemplo, cuando Norma Capraro actuaba de novia que esperaba a su futuro esposo y la espera se transformaba en velorio. O cuando Marcelo Mugni reclamaba a su antigua novia la devolución de sus calzoncillos. O durante la secuencia del inalámbrico que reproducía interminablemente una conversación entre dos tortolitos que terminaba en desastre.
Y un párrafo aparte se lo llevó Gustavo Frizza en la representación de la payada de la vaca, el clásico de Les Luthiers, que lo tuvo en el contrapunto a Germán de Laforé.
O al mismo De Laforé intentando seducir a Karina Romero en otro clásico de Les Luthiers, la yegua mía.
Por tratarse de canciones cuyas exigencias vocales son inferiores a las de otras composiciones, el plus de la actuación logró cautivar al público presente que disfrutó del espectáculo, aplaudió a rabiar, y felicitó a los coreutas al terminar la función.
La duración del espectáculo, alrededor de 50 minutos, le deja a uno la sensación de que podría haberse estirado más, pero queda saldada la cuenta cuando se contabiliza que fueron 12 canciones que tuvieron en el clásico “What a wonderful world” de Louis Armstrong su epílogo perfecto. Se trató de una versión dulce, conmovedora, sumamente femenina que coronó un año de esfuerzo de esta agrupación local, bien reconocida fuera de nuestros pagos por los méritos de su director.
Claudio Minoldo

Claudio Minoldo

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1 comentario:

  1. No me sorprende la excelencia del profesor Orona, con quien compartimos lúdicas y afrodisíacas veladas en Buenos Aires cuando asiste a reuniones de perfeccionamiento.
    Es un eximio ejecutante de guitarra, además de director de coros.
    Siempre te espero en nuestro depto. de Palermo viejo.

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