Con el pago de 480 indemnizaciones, cierra sus puertas el ex frigorífico ColCar

Lamentablemente, la planta faenadora de Colonia Caroya no pudo reiniciar sus tareas después del parate que se autoimpuso a principios de marzo de este año.

Lo que muchos empleados del frigorífico JBS de Colonia Caroya venían presumiendo, finalmente se cumplió: desde octubre no habrá más trabajo en la planta faenadora que fue adquirida en su momento por la firma brasilera JBS Friboi en 20 millones de dólares.
En estos días, se están terminando de concluir las desvinculaciones de los últimos empleados sobre un total de 480 y el destino del inmueble es incierto, aunque siempre existió la sospecha de que el grupo empresario pretendía conservarlo como depósito para los productos congelados de Swift.
Fuentes municipales aseguraron que, difícilmente, pueda volver a ser habilitado para que funcione como frigorífico y, mucho menos, si pasa a manos ajenas. ¿La razón? Una nueva firma difícilmente pase el apto ambiental que se solicita para todo emprendimiento de esta naturaleza.
Independientemente de la cantidad de fuentes de trabajo que dio el frigorífico a lo largo de su existencia, no menos cierto es que trajo no pocos dolores de cabeza a las diferentes administraciones por los olores nauseabundos que generaban las lagunas en las que arrojaban la sangre, y otros restos de la faena.
El vecindario puso en numerosas oportunidades el grito en el cielo e, incluso, un vecino amenazó con ir a la Justicia si el municipio no hacía cesar esa situación de agresión ambiental. La zona sur de Jesús María y varios barrios de Caroya fueron afectados por olores, particularmente, durante los meses cálidos.
Fuentes gremiales aseguraron que el grupo brasileño pagó las indemnizaciones al cien por ciento, lo que implicará que, si reanudan algún día la faena, deberán contratar nuevamente personal.
El único personal que mantendrá momentáneamente su puesto de trabajo es la gente de la guardia y, posiblemente, algo de mantenimiento para controlar que las máquinas con que cuenta el establecimiento no se arruinen definitivamente por falta de uso.
Desde la última faena a comienzos de marzo y hasta junio, el personal recibió un salario conformado por la garantía horaria (equivalente a 140 horas semanales) y el resto con un subsidio de la Nación (60 horas semanales).
Desde julio, el pago de los haberes estuvo a cargo del Gobierno nacional, a través de un subsidio de 2.400 pesos del Ministerio de Trabajo. En octubre de 2007, Col Carfaenaba 700 animales diarios y abastecía el mercado interno y la exportación (incluida cuota Hilton). Por ahora, está cerrado.
Claudio Minoldo

Claudio Minoldo

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