Solamente aquel que entienda la fascinación que despierta la música podrá entender el porqué de tantos sacrificios que hacen los músicos para hacer lo que más les llena el alma.
Desde esa lógica de la pasión es que se puede entender, entonces, que la Escuela Superior de Música de Colonia Caroya haya avanzado en la concreción de otro sueño: montar un estudio de grabación para la infinidad de agrupaciones que existen en nuestra zona y cuyas posibilidades de registrar material estaban condenadas a experiencias caseras o un traslado inevitable a la ciudad de Córdoba.
Marcos Fernández, director de la Escuela de Música, se refirió a la flamante adquisición tecnológica: “Es una tecnología que es humilde pero importante porque se ha conseguido con mucho esfuerzo con recursos que han salido del trabajo de alumnos y docentes. Creo que va a haber muy buena calidad en las grabaciones porque hay buenos elementos físicos y humanos”.
Pablo Giordano, uno de los profesores, fue el encargado de explicar el alcance que tendrá el estudio: “En principio, para un músico, el tema de la grabación es un tema importante porque, a través de ella, puede escucharse sin la presión de la interpretación. Es fundamental para los alumnos de la Escuela porque la idea es usar el estudio para grabar todos sus proyectos, todas sus canciones, sus ideas para escucharse, evaluar, y evolucionar”. Y añadió: “En segundo lugar, creo que le va a hacer bien a toda la zona porque conocemos muchas bandas de la zona, después de tantos años de escuela, que necesitan un estudio y no tienen donde grabar. Nosotros se lo vamos a ofrecer por un precio barato y con una alta calidad”.
Giordano señaló que el estudio ya está a disposición, aunque están ordenando la agenda ya que tienen algunas limitaciones de uso mientras está funcionando la escuela.
El estudio tiene equipamiento como para grabar a una banda estándar de batería (microfoneo de 8 a 10 micrófonos), micrófono de alta calidad para grabar voz líder, consola de 16 canales más otra consola más pequeña con la que llegan a 20 canales (algunos canales son estéreo, otros RCA), una placa de grabación para PC, y una CPU equipada con el software que utiliza la mayoría de los estudios.
La sala está completamente acustizada, tiene un sistema de monitoreo por auriculares, y los instrumentos con los que cuenta la escuela: batería, piano eléctrico, equipo de bajo, equipo de guitarra.
La edición de los trabajos será digital porque los equipos analógicos tienen un precio demasiado elevado. No obstante, la idea para el futuro es incorporar algún preamplificadores analógicos y, quizás, un masterizador analógico. Una de las ideas que tiene la gente de la Escuela de Música es, en el futuro, llegar a producir los discos, tanto en la gráfica, como en la fabricación y distribución del disco.
“Eso va a llevar tiempo, pero es un próximo paso, un próximo objetivo”, redondeó Giordano.
Respecto de la modalidad y el canon por el uso, Fernández indicó que están terminando de definir un valor mínimo para cubrir los gastos en lo que hace a la contratación del técnico en grabación y también para que quede un resto para que la escuela pueda reinvertir y que mejoren los materiales y la calidad.
Fernández no supo estimar la cuantía de la inversión, sencillamente, porque llevan años juntando materiales como si fueran hormigas.
“La verdad es que es un proceso que viene de años, que viene de eventos, de organización de recitales, clínicas, y de otras actividades. A lo mejor no se puede decir cuánto ahora pero seguro que se trata de una inversión importante”, acotó el director.
La Escuela Superior de Música no tiene predilección por género alguno dentro de las carreras de ofrece y los contenidos se reparten entre los distintos géneros considerados como populares. “Al ser una Escuela y no un conservatorio, se pone el foco en lo que es la música popular que no es sólo la música occidental del siglo 20 (rock, jazz, folklore, música latinoamericana, música brasilera) y la escuela trabaja con todos esos estilos. La apertura va hacia esos estilos y todo otro estilo porque no hay limitaciones para eso”, completó Fernández.
En nuestra zona, de hecho, hay una treintena de bandas de rock, una cifra similar de bandas que cultivan el folklore o el tango, y unas cuantas que les va el cuarteto y la cumbia. Se trata de unos 70 u 80 conjuntos que tienen necesidad de grabar y de darse a conocer a través de material grabado.
El estudio debutó con la grabación de unas maquetas de La Pata de la Tuerta y del disco de Miriam Ochoa y sus Relajantes Musculares.
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