Avanza la creación de una red para abordar la violencia familiar en la zona

Esta semana, actores vinculados al abordaje de la violencia familiar siguieron avanzando en la creación de una red para articular respuestas ante una problemática que crece cada vez más en todo el mundo.

Cuando fue promulgada la Ley  Provincial 9283 sobre violencia familiar, los organismos que llevaban lustros tratando de sacar del silencio la problemática celebraron los aspectos innovadores que tenía la flamante norma.
Pero de 2006 a la fecha, muchos de esos aspectos todavía no tienen una respuesta satisfactoria por parte del Estado y son las organizaciones intermedias y los municipios los que vienen sosteniendo con sus equipos técnicos la problemática.
En nuestra región, se vienen reuniendo algunos de esos actores y trabajando en la conformación de una red que trabaje en forma articulada para dar cumplimiento a lo que la Ley exige: prevención, detección temprana, atención, derivación eficaz y erradicación de la violencia familiar.
Así, por ejemplo, esta semana se reunieron los equipos técnicos de los municipios de Caroya, Sinsacate, y Jesús María, con el juez de Familia local, José Sartori, con el Juez de Menores, Oscar Patat, con el Asesor Letrado, Juan Posse, el ayudante Fiscal, Facundo Moyano Centeno, la secretaria del fiscal Patricia Di Meglio, la delegada de la SENAF, Alicia Alioni, el delegado local del PAMI, Enrique Miretti, personal de la Unidad Departamental Colón de Policía, y con la Lic. Ema García de la Dirección de Violencia Familiar que depende del Ministerio de Justicia de Córdoba.
El juez Sartori, acompañado de sus secretarios Andrea Scarafía y Miguel Pedano, presidió la reunión con un curioso mecanismo de administración del tiempo para cada orador: un reloj de arena que otorgaba un par de minutos.
Después de enumerar los programas que lleva adelante la Dirección de Violencia Familiar, García señaló que en el Departamento Colón solamente tienen firmado convenio con ellos los municipios de Colonia Caroya, La Granja, Río Ceballos, La Calera (en proceso), y Saldán (acaba de solicitar su incorporación). A través de esos convenios, los municipios se aseguran diversas capacitaciones y supervisiones para abordar la problemática.

El principio del problema
Denunciar un caso de violencia familiar (física, psicológica, sexual, o económica) puede ser el inicio de una solución o el agravamiento de la actual situación violenta. La denuncia no es la panacea. Es apenas un instrumento que apenas se activa debe dar origen a la respuesta inmediata de los organismos competentes.
En tal sentido, la convocatoria de esta semana tenía por cometido ahondar en los mecanismos que hay que poner en marcha cuando se asentó la denuncia.
La situación es preocupante porque, según los datos que aportó el juez Sartori, se asientan entre cinco y seis denuncias diarias sobre violencia familiar, lo que eleva la cifra al rededor de 1500 por año.
El 98 por ciento de esas denuncias son formuladas por mujeres que padecen violencia. De allí a que se haga necesario acompañar a la víctima con una asistencia psico-socio-educativa. No se trata de enviar a esa persona a “terapia” porque suele ocurrir que esa persona sienta que la envían al psicólogo porque tiene la culpa de la situación que padece.
Nuestra zona figura segunda en las estadísticas de denuncias sobre violencia familiar. Fuentes consultadas por este semanario señalaron con preocupación la cantidad de denuncias donde hay un “alcohólico/a” de por medio.
La casuística no se reduce a casos de mujeres golpeadas sino que abarca a los niños, niñas y adolescentes y también a los integrantes de la tercera edad, aunque parezca increíble.
Sobre la necesidad de articular rápidamente los recursos disponibles ante una denuncia valga el ejemplo que brindó una abogada que estuvo presente durante la última reunión de la red.
Su clienta estaba en medio de los trámites de divorcio, con un pedido de exclusión del agresor de su domicilio. Sin embargo, resultó imposible impedir que el agresor se acercara hasta la víctima y le propinara tal golpiza que devino en un aborto de un embarazo avanzado. Lamentablemente, no se trata de un caso aislado y extraordinario sino de una problemática más recurrente y frecuente que lo que se piensa.
 Para que estos ejemplos no se multipliquen ni que las soluciones lleguen tarde, es que la red de violencia familiar se ha propuesto diseñar unos protocolos de actuación que les sirva a todos los actores involucrados, desde el momento mismo de la denuncia hasta la puesta en marcha de medidas de remediación que ayuden a combatir este flagelo.
Claudio Minoldo

Claudio Minoldo

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1 comentario:

  1. vale agregar que este espacio de encuentro fue impulsado por el programa de atencion de violencia familiar de la municipalidad de jesús maría. saludos!!

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