No se trata de la primera experiencia asociativa que ensaya la familia Roldán para su supermercado. Muchos en Jesús María recordarán que allá por los años ‘80 el supermercado de la calle Tucumán se llamaba Caracol. Esa experiencia duró un tiempo hasta que decidieron salirse de la sociedad y continuar por su cuenta.
Esas experiencias asociativas tienen como finalidad poder competir en la capacidad de compra a los grandes supermercados lo que, después, les permite competir en surtido y precio.
Ésa y no otra fue la razón que llevó a los Roldán a sumarse a la franquicia Almacor que originalmente estuvo en Jesús María de la mano de Francisco Rubino hasta que decidió venderla. De aquella experiencia, quedó una buena imagen y memoria en quienes fueron clientes de la cadena con más de 80 sucursales en toda la provincia.
Pero ahora Almacor se mudó a pleno centro de Jesús María y Marcelo Roldán, uno de los propietarios ofrece las razones para el cambio: “Individualmente andábamos bien. Pero en estos últimos diez años cambió todo. En el rubro nuestro fue en la gran concentración. Empresas acapararon demasiado en la comercialización. El caso de empresas como Molinos del Río de la Plata que tiene cuatro o cinco marcas líderes y ahora compró cuatro o cinco empresas más. Ellos deciden a qué tipo de clientes atender, por la facturación mensual, y entonces terminamos comprándoles a un distribuidor mientras otras cadenas compran en forma directa”.
La consecuencia directa es que con un intermediario resulta imposible sostener precios competitivos. Con la incorporación a la familia Almacor, Roldán logró mejorar su capacidad de compra directa, sumar productos que no se obtenían vía distribuidores y, fundamentalmente, mejorar los precios.
“Cuando nos quedamos solos no dejamos de tener productos de las marcas líderes porque nuestra clientela lo exigía. No nos podía faltar un jabón Ariel o un shampoo Head and Shoulders. Sino la gente nos separaba porque no teníamos surtido. No dejamos de tenerlos en esa época, pero estábamos más caros. Ahora, mejoramos el precio”, explicó Marcelo.
“Nosotros -agregó el empresario- medimos nuestro negocio por cantidad de tickets y unidades vendidas. En esta boca, hemos recuperado entre un 12 y un 15 por ciento la cantidad de tickets”.
Uno de los secretos de la mejoría está en la permanencia dentro de los medios de comunicación provinciales sobre las ofertas que en el caso de Almacor va precedida de la arenga ¡Vecinaaa!. Hay un mailing semanal y distribución de folletos en los que constan, principalmente, las ofertas de fin de semana.
“Acá abrimos a las 7.30. Antes, teníamos el movimiento tradicional de los chicos que van a la escuela, de los policías que van a hacer adicional al banco. Ahora, hay gente que viene antes de las 8 para comprar la oferta del día”, señaló Marcelo para reforzar la mejora.
En 2011, los Roldán cumplieron 70 años dentro del rubro desde el comienzo en Villa Tulumba hasta su desembarco en Jesús María en 1979. “Acá hemos hecho una larga carrera”, manifestó Marcelo tras explicar que el híper de Colonia Caroya les pertenece a sus hermanos Mario y Carlos y que él junto a María Filomena y Roberto se hicieron cargo de Almacor en Jesús María -en sus dos sucursales del centro y de barrio Latinoamérica- más el mayorista de barrio La Florida.
O sea que de los ocho hermanos, al menos cinco siguieron los pasos del matrimonio fundador en un rubro que se ha tornado muy competitivo durante los últimos 20 años.
“Todavía hay mucha gente que la tiene incorporada a la marca Almacor. Todavía está presente en Jesús María”, concluyó diciendo Marcelo Roldán para significar que han hecho una buena elección al sumarse a la cadena bien cordobesa.
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